viernes, 29 de abril de 2011

Se vende casa, se alquila piso, se cambia vida

La vida cambia en un segundo. En un momento vas por la carretera tan feliz a pasar un día al monte y en un instante ocurre algo que te cambia la vida, la trunca o te pone en el sentido contrario. Creemos que todo es para siempre y planificamos como si fuéramos a vivir eternamente. Si nos equivocamos, en vez de rectificar, nos creemos que somos sobrehumanos y nos conformamos con el: "La próxima vez lo haré de otra manera". Nunca sabemos si habrá otra oportunidad.
A mí me ha ocurrido eso. En un fugaz instante la vida se fundió a negro, como en el montaje de una película y se volvió a retomar en otro lugar, en otro momento, con otros actores, con distinto decorado.

Ya han pasado seis meses. Debo dejar de reprocharme cada uno de mis actos y debo afrontar la vida con optimismo. Cada segundo que dejo pasar, cada hora que desperdicio, son momentos que no volverán jamás. En la próxima ocasión ya no tendré oportunidad de actuar de otra manera, porque no habrá próxima ocasión, la vida pasa y como el agua de la acequia no vuelve.

Pues como dice el título, se vende casa. De ferviente creyente de que la vida del campo es la mejor, he pasado a urbanita forzado por mi mala cabeza. Así que ya sabéis aquellos amigos que habéis disfrutado con nosotros de esas míticas fiestas, llenas de "don pedritos", divertidas charlas y tórridos bailes. Villa Paraíso está en venta. Me gustaría que la comprara un amigo, así al menos podríamos volver a disfrutar de ella, a rememorar otros tiempos que como decía Campoamor fueron mejores. No, no tienen porque ser mejores de forma absoluta, eran simplemente otros tiempos.

Se alquila piso, así que si algún amigo conoce, sabe, tiene un amigo que a su vez tiene otro que alquile un piso minúsculo, céntrico y barato, que se ponga en contacto conmigo.

Y por fín, se cambia vida. Cambio mi vida en sentido absoluto. Dejaré algunas cosas que me hacían daño, pero me quedaré con otras que me gustaban. Volveré a correr y a escribir... Y también cambio vida. Doy vida, alegría, compañía, a cambio de que me presten vida, alegría y compañía. Necesito amigos. Necesito dejar a mis hermanos tranquilos para que ellos continúen con su vida y no les acapare tanto su tiempo. Hasta ahora he estado cerrado a las llamadas de alguna gente que me quiere, Pepo, Stani, Special Force, ya no. Voy a intentar disfrutar de mis amigos y devolverle todo el cariño que ellos me envían.

La vida cambia en un segundo. De realizar tiradas de 30 km. en Octubre preparando Ronda, de pesar 69 kg. a no dar un paso y volver a los ochenta. De vivir en una grandiosa casa, a retornar a la minúscula habitación de los años setenta. En el fondo no es más que una ironía. Los hombre nacemos de nuestras madres, pero es probable, como es mi caso, que volvamos a ellas. Lamiéndonos las heridas, buscando refugio.

Dejé el celibato voluntario de cuando fui monje, para volver al celibato forzado de la soledad. Estar solo no es malo cuando se elige voluntariamente, pero no deja de ser hiriente. Lo que pasa es que ya me pilla viejo y las circunstancias no son las mejores.

Cuidamos a mi madre que está enferma de Alzheimer, qué terrible enfermedad. Cuidamos a mi padre que tiene un doble edema cerebral crónico. Pero, ¿cómo nos cuidamos nosotros?.

¡Dios, qué difícil se nos hace vivir!. ¿Porqué todo lo complicamos tanto, si sólo vamos a tener esta oportunidad de ser felices?.

En este paso del desierto, he llegado al Mar Rojo, pero tengo una varita que abrirá las aguas en dos para dejarme pasar al otro lado. En la otra orilla algunas cosas no cambiarán, las que me proporcionan felicidad. En esta orilla se quedarán las que me producen dolor... Allí al otro lado del mar, volverán a ocurrir cosas que me vuelvan a hacer sufrir, pero serán otras, serán otras equivocaciones, serán otras alegrías. Al otro lado pasarán mis amigos y en esta orilla se quedarán aquellos que creí tener pero que los vínculos que nos unían no eran más hilos de telaraña, que con un manotazo se rompen.

Seguiré escribiendo, por escribir me hace feliz.