sábado, 28 de julio de 2007

A San Cufato pedimos, por ser nuestro patrón...





Solo las fotos podrán hacer justicia a la gran noche que envolvió a la romería de nuestro patrón. El personal, o tiene mucha gana de fiesta o es más creyente de lo que imaginamos.













La convocatoria tuvo su éxito. A las nueve en punto de la noche más de sesenta personas, hay que explicar que en ese paraje vivimos cuatro o cinco familias de forma ordinaria no más, se arremolinaban esperando acontecimientos. Nadie, ni siquiera los propios organizadores sabían de que iba el corte, ni que deparaba a la reunión que se había propuesto. En principio se pensó sacar al santo en “andas”, es decir a la manera tradicional murciana, pero pronto se vio que el santo con peana y trono no era posible pasarlo por encima de la verja, hoy por hoy. Cuando se pensó sacarlo, como en las romerías al uso, por la puerta de la casa, Paco el de los caballos, se ofreció para en su carruaje desfilara nuestro venerable santo. Enseguida, carpinteros, cerrajeros, floristas y “escultores” se pusieron a la faena de arreglar el trono para que pudiera salir en solemne procesión. A las nueve se tocó en un móvil el himno, ese del “¡Lo lo, lo, lo, lo, looo, looo, loooo,!, bueno, el del mundial y como cualquier acto cultural de tronío en esta nuestra España el santo no salió. Cuando la muchedumbre enfervorecida comenzó a pedir la dimisión del concejal de festejos el tambor emprendió el redoble y al fondo de la calle apareció, enjaezada la jaca jerezana que abriría el cortejo en compañía del músico. Cuatro alumbrantes cortejaban al santo y ciento de devotos/as acompañaban el cortejo. Decir que los alumbrantes iba con unos “quintos o don pedritos” en la mano que le restaban solemnidad al desfile. Un gran amigo nuestro blandía el incensario con inusitado entusiasmo lo que hacía que el pequeño pony que tiraba de nuestro querido San Cucufato fuera más fumao que un jipi en Holanda. Cuando al principio éramos sesenta nos pareció una convocatoria de extraordinario éxito. Al dar la vuelta por todas las calles y pistas forestales el personal aumentó como el agua en un charco. Un centenar largo de “creyentes” se arremolinaron en torno al santo y gritaban entusiasmados: “¡Viva San Cucufato, Viva la escultora, Viva la camarera!”. Explicar que la camarera de un paso es la que paga las flores, pues hasta arreglo floral llevaba nuestro milagroso patrón. A todo esto un impresentable alumbrante iba animando al personal a que apuntara en una hoja que se pasaba cualquier “sucedido” sobrenatural que pudiera acontecer en el desarrollo de la romería o en horas posteriores. Ni que decir tiene que tuvimos que poner al servicio de los “romeros con milagros” más de cien hojas. Con este material vamos a comenzar en breves días el proceso de “coronación canónica” de nuestro San Cucufato.



















Las calles arremolinadas de gentes que curiosas se asomaban a la verja de su casa alertadas por el sonido de tambor de burla se unían a la romería, llegando al punto de que se podían contar por centenas.









Una vez llegado el santo al solar donde sin ningún ánimo de lucro, no vayáis a pensar en el Palmar de Troya, vamos a comprar para levantar un “santuario en su honor” y esta vez al sonido del “Yo soy minero” del incombustible Antonio Molina entonado por el mejor tenor del lugar, Garbanzito, se procedió a disolver el “acto”. Decir que yo soy el mejor tenor del contorno, pero el mejor barítono es mi cuñao Federico, que no quiero honores que no sean míos.
Con los pelos como escarpias por los momentos de tanta y tan sentida fe procedimos a pasar a la segunda parte del acontecimiento, es decir, a la pitanza. Cuando creímos que el personal se marchaba a casa al creer finalizada la “charanga” no hizo éste, más que ir a su domicilio a recoger las viandas para que nuestro santo, que en todo momento estuvo presidiendo el acontecimiento, pudiera disfrutar de una cena en comunidad. Los devotos en ese momento aumentaron ligeramente, un ochenta por ciento más o menos, y poblaron la calle de mesas y condumio. En ese momento, San Cucufato, realizó diversos milagros, como por ejemplo que un nene no se abriera la cabeza al darse contra el barreño de los quintos, que una anciana andase desde la punta de la calle hasta donde estaba la comida pues hacía más de cinco años que no se bajaba de la sillita de ruedas, etc, etc. Cuando llevábamos unos cuatrocientos quintos, nuestras santas creyeron llegado el momento de sacar los licores y esencias… En ese momento nos arrancamos por “Manolo Escobar” y su “¡No me gusta que a los toros vayas con minifalda!”, al que siguió “El macetero” de nuestro inolvidable Molina, o el “Palmero, sube a la palma”, que en estas tierras pega mucho. A las tres de la mañana se ajustó un arroz con conejo y a las seis y media San Cucufato realizó el milagro de enviar a todos los borracheras a sus casas.
Por mi parte decir tiene que justo cuando el interés por mis canciones de Manolo Escobar se perdió y todo el mundo optó por la opción de dar opiniones de cómo estaba “más bueno” el arroz con conejo decidí regresar a casa. Quizás, ahora que lo pienso con tranquilidad, no sólo que los devotos perdieran interés por el repertorio que con tanto acierto vociferábamos mi Fede y yo, lo que más me llevó a creer que era el momento de volver a casa fueron los dos cocotazos que me propinó mi santa.
Esta mañana me levanté a las ocho. Sí, ya he dicho que me acosté a las tres pero como no tengo ninguna aptitud atlética tengo que suplirla con un entusiasmo supino, así que pase lo que pase la noche antes, el nene que es un cabezón, entrena con más interés que si viniera de un descanso. La china y yo hemos salido en solitario, o en compañía, si se entiende que uno se la hacía a la otra. Stani,, que es un blando, tenía ayer una noche de farra que le impedía poder concretar la hora de salida. Ahora conozco la finalización de la ronda y puedo afirmar que durmieron en la playa hasta que el conductor del tractor que limpia la arena los despertó ante el peligro de cortarles la cabeza con el “sinfín”.
El Capitán Bajoca, otro triste que espera sobrepasarme algún día, también se quedó durmiendo hasta altas horas de la mañana pues tuvo una cena “inexcusable” con unos crápulas amigos suyos. Al final la china y yo hicimos 40 kilómetros en una hora y veinticinco minutos seguidos de diez kilómetros a pata en cuarenta y cuatro minutos más, y eso que a las tres estaba cantando el “Almería, un inmenso coral es tu hermosa bahía” del Escobar y a las nueve le daba a los pedales como un campeón.
Ni que decir tiene que lo de San Cucufato fue un éxito inexplicable sólo achacable a lo “milagroso” de la imagen y al grado máximo de espontaneidad de personal. Las cosas sencillas siempre triunfan y la gente quiere fiesta sin compromiso.
Pues nada, en un plis subo las fotos para que veáis que llevábamos tambor, caballo enjaezado, nenicas vestidas de largo, alumbrantes y muchos amigos con ganas de pasarlo bien.
Hasta el lunes, querido diario.

viernes, 27 de julio de 2007

Celebramos nuestro patrón, San Cucufato






“San Cucufato los güevos te ato y hasta que no lo encuentre no te los desato”. Con esta jaculatoria recuerdan las “santas” del lugar a nuestro insigne patrón cuando algo han perdido y le urge encontrarlo. Cuando el encontrar el objeto no es prioritario no rezan a nuestro santo, sino que esperan estoicamente a la próxima “limpieza general”, momento en que oportunamente aparecerán todos los objetos que perdimos y ya hemos “repuesto” con lo que tendremos “una parejita” de todo.
Pues hoy es el “Día Grande” de nuestro pequeño poblado. Cuando nos fuimos a vivir allí, en medio de la nada, el abuelo (mi papaíco), lo bautizó como “Villa Escombros”, ni falta hace especificar el porque de tan bucólico nombre… Celebramos nuestro patrón como debe ser, “acto ecuménico” y “romería”. “El acto”, no será nada sórdido, será un “acto para todos los públicos” consistirá en vestir la gruta donde apareció la “venerada imagen” con cuatro candelabros con sus cuatro cirios, el conjunto alcanza en total 2 metros de altura por unidad. Los candelabros los hemos “cogido prestados” de una parroquia, no podemos desvelar cual es, no nos vaya a pasar como a los de Cádiz que por sacar el trono (por supuesto totalmente desvestido) en carnaval los echaron de la cofradía “a la puta calle”. Estos candelabros, en su tiempo, eran los que le ponían a los féretros en los entierros, cuando se acostumbraba a hacerlo en la iglesia y no en los tanatorios. Bien, los candelabros y unas alfombricas a las que el cura no echará en falta pues sólo las usa en Semana Santa, más una limpieza general de la “gruta” hacen que todo esté preparado. Para “amenizar” hemos “distraído” unos “tambores de burla” típicos de la Semana Santa Murciana y ya desde ayer está la chiquillería ensayando para acompañar debidamente a “nuestro santo” en la romería.
El programa festivo será el siguiente:
21 horas.- “Salto de la Reja”. Sólo podrán portar al patrón los naturales de lugar, al más puro estilo Almonteño, así que mis hijos mi cuñado y yo, saltaremos la verja de su casa y nos dispondremos a “secuestrar” el venerado trono. Al salir a “la calle” el enfervorecido público romperá en aplausos y vivas al querido y milagroso San Cucufato. El cortejo se dará un paseo por las calles del paraje y repondrá fuerzas en aquellas casas que deseen albergar al santo y dar comida y bebida a los “estantes”. Cuando se acabe el vino y las morcillas, dejaremos al santo, candelabros, tambores, ¡ah, se me olvidaba!, e incensario debidamente tapados con un plástico y regresaremos a casa, el que pueda por sus propios medios y el que no pueda ayudado por sus amigos, si es que aún le queda alguno…
Pues eso, que penséis que mientras vosotros estáis paseando, la noche del viernes con vuestras santas y yendo a cenar, nosotros estaremos de “estación penitencial”… ¡Todo sea por alcanzar la gloria…!
Pongo unas fotos de Candela en su debut como atleta y localización del paraje donde se hará la romería, por si alguno quiere ir. Si alguien aparece que lleve cerveza, seis quintos por cabeza… incluidos los niños…

martes, 24 de julio de 2007

Ha nacido una estrella




De nuevo estoy contigo, querido diario. “La caloóo” como se dice en la güerta no deja viví a naide. El fin de semana ha sido pródigo en situaciones nuevas. El viernes el “Capitán Bajoca” se “apuntó” a la piscina. El nenico dice “que es pá entretenerse” pero yo adivino una secreta ilusión que no quiere desvelar para que unos no le metamos presión en su intento por conseguirla y otros, su santa en concreto, no le parta la cara, pues cada vez se mete en más líos atléticos y se “lapiza” de la vida marital y pronto llegará a casa “el encargo”. En la piscina ya somos tres “miembros” de la familia los que vamos. Mi hermano mediano, Pepe. Este hermano es el que nos lleva al día de todos y cada uno de los sucedidos de la instalación. Las “nenas” de la recepción conocen de él por la “paliza” diaria a las que las somete, en un infructuoso intento por “sacar petróleo de donde no hay”. Las zagalicas están “cañón” y nosotros ya estamos en esa etapa de la vida donde lo mejor es “permanecer vestidos” y seguir contando historias. Al final sólo el Capitán Bajoca y yo pudimos compaginar nuestros horarios para el “baño-entreno”. El capi, que es un presumido, me apareció con “turbopaquete” que hubiera quitado el hipo a cualquier “gachí” si el portador de tan minúscula prenda hubiera pesado diez kilos menos, hubiera tenido diez años menos y hubiera desarrollado diez músculos más. Se tiró al agua con un entusiasmo inusitado. Los primeros 25 metros fueron aceptables, los segundos fueron tolerables y los terceros alcanzaron la categoría de patéticos… Algo que ya todos, incluido él, esperábamos. Le recomendé que no hiciera muchos metros del tirón, que fuera nadando de 25 en 25 y que parara un poco, así nadaría más y tendría menos sensación de agotamiento. Tras cada tramo de piscina el período de descanso era mayor y a los 17 minutos 25 segundos dijo que no podía más, que le dolían los brazos una barbaridad, el culo un montón de tanto apretarlo para que le subieran las piernas y la barriga una exageración de tanto hacer isométricos para intentar ir plano en el agua… Con un poco de cara de decepción salió del agua. Todos creemos en el fondo que vamos a hacer mejor papel la primera vez, unos por desconocimiento y otros por optimistas. Por mi parte hice unos mil metros por cuatrocientos del contrario. No es que yo haya mejorado espectacularmente, es que me salí algo después.
Todo el viernes se pasó el Capitán quejándose del dolor de brazos y demás… ¡Es qué es un quejica!. Por la tarde quedamos en que “mi capitán” quería probar a montar en bici, así que preparamos la de mi zagalico pequeño para que el pudiera montarla el sábado por la mañana. Ya a última hora de la tarde comenzó, como casi siempre, a poner diversas excusas que pudieran disculparle al día siguiente de ir a la cita. ¡Qué si le dolía nosequé!, ¡qué si la abuela fuma!...
El sábado apareció a las nueve y cuarto. Esperó pacientemente a que finalizara mi tarea doméstica de fin de semana, poca cosa, pasar un paño por las mesas y el aspirador por la planta baja y nos dispusimos a disfrazarlo de ciclista. Stani envió un mensaje para confirmar su presencia en la puesta de largo de la esperanza triatlética del sureste español, nuestro capitán. El principio fue complicadillo. El meter y sacar los automáticos le llevó unos minutos y justo cuando estábamos en la carretera se acordó de preguntar : ¡Oye!, ¿pá cambiar que hago?. ¡Vaya un momento!. "¡De principio frena!, que supongo que sí sabrás que es eso que llevas parecido a un gancho, sí ese chisme que está más lejos de tu cabeza y al final de la bici, luego te daré la segunda clase". Llegamos al cruce donde pacientemente nos esperaba nuestro compañero y debimos subirle el sillín, iba muy bajo, después le explicamos que hacer para subir y bajar piñones, del plato ni hablamos, no era el día de meter el grande. Dirección a Beniel, fue la decisión que tomamos, llanico, sin demasiado tráfico, viento a favor… Stani abría el cortejo, yo seguía al consiliario y atrás el capitán se quedaba cortado constantemente. ¡Nenico, pégate a mí!, le insistía y el nenico me contestaba: “¡Si me pego mucho no me va a dar tiempo a frenar!, y mi respuesta volvía a ser la misma siempre: ¿Qué llevas, un camión o una bicicleta?. Llegamos a Beniel. El capitán se había bebido todo el agua que llevaba, se quejaba de que íbamos despacio, que se nos iba a hacer muy tarde para regresar a casa. ¡Si no hacemos otra cosa que esperarte, güebon!, ¿de qué te quejas?. Quería agua y no llevaba dinero. Le tuvimos que dar la primera colleja seria. Le explicamos que el dni, dinero y el móvil era incluso más importante que el agua y la comida… Como es un cascarrabias sólo aceptó la reprimenda a medias, intentando explicarse para rebatir nuestros argumentos, cosa que por supuesto no le permitimos. Tras comprar una botella de agua con “mi dinero”, reemprendimos el regreso. A la salida de Zarandona, el desagradecido nos metió un ataque de tres pares de cojones, al que nosotros respondimos con la más absoluta de nuestra indiferencia. ¡Qué somos hombres de hierro!. Un globero primerizo, por muy capitán que sea, no merece nuestros esfuerzos. A la entrada al Raal lo cogimos. Inmediatamente pinchó. ¡Todos los globeros tenemos un comienzo de película de terror!. Lo primero que dice es si alguno de nosotros sabe cambiar la rueda… ¡Coño, que somos “pofesionales”!, luego cuando comenzamos a cambiarle su rueda, empieza meter las manos para “mejorar” nuestra actuación. La segunda colleja, ¡si antes has preguntado como se cambia!, ¿qué haces ahora metiendo las manos en esto?. Unos doce kilómetros quedaban para casa y la carica del capi comenzaba a trasmutarse. Sabíamos que le ocurría, los abductores comenzaban a pasarle factura del esfuerzo, pero sobre todo su “tiernecico culico de bebé” estaba al rojo vivo, hirviendo por la presión inmisericorde del sillín. Dejó de hablar, dejo de respirar y se dedicó a sobrevivir. Al llegar a casa me confesó, “¡si hay un metro más me bajo de la bicicleta, tengo el culo muerto!. Sonreí y moví la cabeza en señal de comprensión, ¡eso lo hemos pasado todos!, ¿se creían estos principiantes que nos quejábamos por gusto?… Tenía en el plan cuarenta y cinco minutos de rodaje. El capitán comenzó a negociar, “si hacemos treinta me voy contigo”, me sugirió. Como soy un moñas y quiero llevarlo al camino de la “luz blanca” acepté inmediatamente, con tal de que se una al grupo de los de “hierro” me sacrifico lo que haga falta. Rodamos por los alrededores veintiocho minutos para cinco míseros kilómetros, pero al menos cumplimos el plan, cuarenta kilómetros de bici y un rodaje, escaso pero al fin de cuentas,... un rodaje.
A la tarde me llama, “¡Garban, que me duelen los brazos de nadar, me duelen las piernas de la bici y encima tengo el culo como un bebedero de patos!, mañana no voy a ir a Almoradí a la carrera. Inmediatamente le reproché su actitud. Había liado a su hija Candela para que hiciera su debut en una carrera popular ese domingo, me había liado a mí y ahora se bajaba de la moto…¡Inaceptable!. Herido en su amor propio, pronto se dio cuenta que no tenía escapatoria, debería seguir con el plan previsto.
A las ocho de la mañana del domingo Stani y yo nos fuimos para Almoradí. El plan era que me acompañaría hasta Bigastro, yo seguiría y él se volvería para completar sus sesenta kilómetros. Hasta Almoradí hay cuarenta y dos. A las nueve y media estaba en el pueblo, hago la inscripción de los dos y me pongo a saludar a muchos conocidos. Todos preguntaban por lo mismo. ¿Qué haces vestido de ciclista, es que no vas a correr?, ¿qué te ha pasado todo este año, no te hemos visto en ninguna carrera?. La respuesta era siempre igual. Les contaba, corregida y aumentada, mi particular versión del Ironman y lo bien que iba en bici, por cierto, que fue la envidia de todos los ciclistas que por allí se asomaron a curiosear. En ese pueblo hay mucha afición a las bicicletas. Llegó mi hermano, inscribimos a “la chole”, como cariñosamente le llama a Candela y nos dispusimos a animarla en su debút, el abuelo, el papa y el tito. Al principio la cría no estaba muy convencida, al final creo que le gustó, no se entusiasmó, pero si creo que disfrutó al menos un poquico. Quedó séptima, información que no paraba de repetir a todo aquel que osaba a interesarse por su carrera. Guardada la bici en el coche, disfrazados ahora de corredores de a pié, estuvimos calentando a la espera de la salida. A las once y media nos dispusimos a esperar el disparo. Cuatro vueltas a un circuito de 1200 mts. más doscientos metros más, total 5000. Salimos, como es norma en nosotros, en la cola del pelotón, en el lugar que se ponen los que no tenemos prisa por llegar a casa. En la primera vuelta adelantamos a un montón de conocidos, al grito de ¡Fulanito, no corras más, si de todas maneras voy a pasarte!, íbamos pasando a unos y a otros. A algunos fulanitos no les hace ninguna gracia que vayamos pegándoles gritos por detrás y divulgando a los cuatro vientos que vamos a proceder, eso sí, tras encender el intermitente, a adelantarlos. A esos son a los que más nos gusta adelantar. En la tercera vuelta un chico joven que decía ser legionario, le pregunta al Capitán Bajoca, “¿Quién cuenta aquí las vueltas?, el capi, como no podía ser de otra manera, le contesta ¡yo!. ¿Cuántas vueltas llevo?, le vuelve a insistir el jovenzuelo, ¡A ti te faltan tres!, le contesta “El Bajoca”, el chico, al que debía faltarle un par de hervores le discute y cambia el ritmo, mi hermano le persigue y yo desisto del empeño, iba con lo justo para terminar al mismo ritmo, pero ni un ápice más para mejorarlo. El joven se paró en el siguiente paso por meta, aún le faltaba una y mi hermano me sacó sesenta metros que no le pude recortar antes de llegar al final, así que me ganó por once segundos. Veinte minutos justicos para el capitán, veinte once para mí. Fue divertido. Nos despedimos de los amigos y sin esperar nada más regresamos a casa.
El lunes me llamó el Capitán. ¡Ya lo dice el dicho!, "¡Días de mucho, vísperas de ná!". Está constipado. Esa es la palabra que usa como eufemismo para hacerme saber que no aparecerá en un par o tres de días a entrenar, el fin de semana le ha dejado para pegarle una paliza a la cama. En fin, ¡qué está hecho polvo!.
Ayer salí una horica a solanas a rodar. A la vuelta me encontré con Jose, un atleta que corre un güevo y que está empeñado en que le siga el ritmo. Somos buenos amigos, pero yo no puedo seguirle. El caso es que fui todo el regreso a morir y encima ha quedado con que me llamará estos días para salir juntos, de esta o mejoro una barbaridad o me muero definitivamente.
Este fin de semana fue el Campeonato de España de triatlón por Autonomías. Al final se tuvo que suspender por una tromba de agua. Es una pena, pues aunque deportivamente a la FETRI, bueno podríamos personalizar en su director de competiciones, no le interesa, era una oportunidad que esperábamos muchos triatletas con ilusión. Poder vestir los colores de tu región representándola, convivir con tus compañeros, conocer a otros de otras regiones... Era una prueba que tenía su encanto. ¿Porqué hablo en pasado?. Me han comentado que este era su último año en este formato. Ya no se competirá por categorías, sino que se hará una sola en la que estarán los ocho mejores triatletas de cada región. Se acabó la oportunidad para cadetes, júnior y veteranos. Es triste. Hace unos años se hablaba de fomentar las bases y se contestaba que el triatlón era un deporte complejo en el que la formación debía hacerse de otra manera, es decir, les importaba un pijo. Aducían que con buscar triatletas en las piscinas era suficiente y encima les venían formados en el sector más complicado. Ahora el Consejo Superior de Deportes les ha abierto otra fuente de financiación bastante importante, los juegos escolares. Por agarrar ese dinero, por justificar su gasto, van a eliminar cosas que estaban arraigadas y que funcionaban. Ahora todo el mundo a competir en Escolares. Hace un año no interesaban, ahora joden a los triatletas de esa edad que decidieron trabajar en este deporte y no en otro. A esos los envían a jugar pachangas.
Por otra parte, es cierto que el Campeonato por Autonomías estaba en crisis. Pero la palabra crisis no significa catástrofe, significa que está en un momento de cambio y que hay que encauzarlo. El “inventor del triatlón”, nuestro amigo “Felipe El Hermoso”, ha buscado el cauce y como casi todo lo que hace, lo ha enviado por el camino del fracaso. En vez de buscar salidas de progreso, propone soluciones conservadores. En vez de buscar financiación, modos de funcionamiento que potencien y engrandezcan el campeonato ha tomado la salida fácil, aplicar la supervivencia por reducción y de ahí a la desaparición un par de años. Hay personajes que pasan a la historia por hacer grandes obras por engrandecer y mejorar su mundo Un ejemplo podría ser Gaudí, Eiffel y otros grandes “creadores, constructores”. Algunos personajes pasan a la historia por ser los “ejecutores” y enterradores de grandes obras, como por ejemplo Nerón que se cargó Roma. La historia pondrá a cada uno en su sitio, genio creador o oscuro ejecutor de componendas y directrices secretas, ¿cómo será recordado nuestro hombre?.
Hasta la próxima, querido diario.

jueves, 19 de julio de 2007

Más gotas para la nariz, es la guerra.



Si soy un hombre de hierro, ¿por qué me duelen tanto las piernas? Esta es la primera reflexión que se me ocurre cuando me siento a escribir, querido diario.
Hace escasamente veintiún días nadaba como una ballena, vieja, pero ballena. Montaba en bici como un cohete y sólo cuando llevaba hora y media corriendo comenzaba a sentirme a gusto con el ejercicio. Tras tres semanas de descanso, activo pues me he puesto las pilas limpiando y ayudando en casa, no puedo dar un paso sin sentir una punzada de dolor, sobre todo en los cuadriceps, elementos de “carne” que se localizan en la parte delantera de las patas, entre la cadera y las rodillas. Pero comencemos por el principio.
Tal y como estaba previsto sábado nos reunimos en casa casi todos los componentes del viaje a Alemania más “santas” e hijos. Alguno faltó, se le hizo de menos, pero se le disculpa, no siempre se puede estar en todos sitios.
La bienvenida la daba la pancarta que tuvimos en el recibimiento en el aeropuerto. Mi santa, que no yo, que soy un desastre, había previsto morcillas, longanizas, salchichas, tocino, en resumen todo aquello que durante un año ha estado prohibido a nuestros paladares. Los asistentetes, como en el monte, “Si al monte vas de lo que lleves comerás”, es decir, el que tenía una apetencia se la traía y ya está. Alfonso, nuestro entrenador apareció con una inmensidad de “pescaos con patas” y botellas diversas. Stani se nos presentó con unas tartas de manzana, que al final fueron vitoreadas y repetidamente aplaudidas como sorpresa de la noche, realizadas por su mamaíca. Aderezó los dulces con ginebra azul. Manolo se nos presentó con un cabrito entero, debidamente troceado, melones, vino del bueno y un sinfín de comida más, que como es normal en mí, no podría enumerar pues a última hora de la noche, caí en un trance y no recuerdo más que a un tío de rojo, luego mi hijo me dijo que me puse el partido de la selección de fútbol sub20, fallando un gol de parvulario, visto aquello, me acosté. El Capitán Bajoca, mi vecina cuñada y dueña de la imagen del patrón de lugar San Cucufato, sus hijas, mi hermanica y mi cuñao y algunos más nos reunimos para comer y beber hasta saciarnos. Tan tarde se hizo y tanta comida y bebida llevaron mis amigos que tenemos provisiones para siete navidades de siete meses cada una. Del evento no existe ninguna prueba fotográfica pues los habituales fotógrafos hartos, como los músicos de tocar y no bailar, decidieron dejarse el equipaje de trabajo en casa y dedicarse exclusivamente a livar. De los seiscientos cuarenta quintos, don pedritos o botijos, sólo quedaron en casa unos quinientos así que creo que cumplimos sobradamente con la fábrica de cerveza para hacer que puedan sacar antes de septiembre todo su stocage a la venta. El domingo fue, como los días antes de las elecciones de descanso y reflexión.
Y llegó el lunes. Lo primero enumerar los objetivos a corto plazo, es decir hasta septiembre. La intención es ir a todas y cada una de las carreras y triatlones que nos apetezcan. Nacimos en las carreras populares y porque ahora seamos de hierro no vamos a repudiar nuestro pasado. Este tipo de pruebas, son más que nada eventos sociales donde ver amigos, echar unas risas y matar la mañana del tedioso mes de julio. De momento el domingo iremos a correr el 5000 popular de Almoradí. De casa allí me iré en bici y luego correremos. La vuelta la realizaremos en el coche del Capitán Bajoca que gustosamente se ha ofrecido a ello. Hora de salida de la prueba 10 y media de la mañana. Salida de casa a las ocho, cuando lleguemos nos preparamos y a correr.
La Subida al Santuario de María Magdalena en Novelda será la siguiente y después el triatlón de Agramón. Tenemos en la lista el Triatlón de Jumilla que aunque es en piscina no me lo pienso perder y el Cross popular de la Bahía de Portmán. Este último estará supeditado a como quede el cuerpo después de la Romería y Feria del patrón San Cucufato que tendrá lugar, dios mediante el viernes por la noche anterior. El itinerario será desde la Cueva Ermita situada en casa de la “Camarera” del Santo, pared con pared de casa hasta donde se acabe la cerveza. En ese lugar dejaremos al santo y su peana, lo taparemos con una bolsica y ya regresaremos a recogerlo al día siguiente. Para localizarlo, seguramente no nos acordaremos y el monte de noche es igual en todos sitios, dejaremos una baliza de radiofrecuencia que nos indique el lugar.
El lunes comencé a nadar y tras cincuenta minutos de dar manotazos al agua lo dejé. Dos mil metros. Como consecuencia del esfuerzo me salieron unas ronchas en los sobacos que necesitaron de tres botes de pomada curativa, de esa de los culitos de los niños. ¿Cómo puedo estar tan mal, si hace como quien dice cuatro días, era de hierro, pero de hierro forjao? Por la tarde, cuarenta y cinco minutos para un recorrido de 7.800 mts. por los alrededores de casa. El martes más de lo mismo. Lo único es que nadé peor y con más ronchas aún. Ando por la calle como si fuera a desenfundar mis colts de cuarenta y dos en cualquier momento. Al pegar los brazos al cuerpo, los escozones que llevo en las axilas me hacen rápidamente despegarlos y tomar esa forma característica de los pistoleros del oeste americano. El miércoles ídem de ídem. Tres días con doble sesión, no muy intensas pues tengo decidido que voy a intentar relajarme un poco, pero tan dolorosas como si estuviera expulsando una piedra. Las piernas duras como el mármol y lo demás como siempre, nunca está tan duro como las piernas… Que he vuelto a la piscina se nota inmediatamente pues de nuevo tengo unas mocarreras más largas que las “velas de un niño”. ¿Qué le echarán a la piscina que me pone la nariz como la de un yonki? Sobacos malheridos, dolor de patas, nariz congestionada. ¡Qué estoy hecho un atleta de elite!
Me he despedido de empleada de hogar tras el desencanto que tuve con la empresa al no ser nombrado empleado de la semana. Mi postura en la misma es la primitiva, ayudar ayudo, que no mucho, tampoco vayamos a ponernos medallas que no corresponden, pero ya no como una obligación societaria. Los que somos unos “machistas de mierda”, tenemos eso, que no nos curamos nunca.
A mis queridos lectores comunicarles que cerveza queda, que dejen en los comentarios el día y la hora, más que nada para estar en casa y gustosos nos ofrecemos a compartirla.
Mi amigo Pepo, con el cual estoy citado en su “Mansión-Museo” de Denia para el fin de semana de 18 de Agosto, me ha ofrecido la posibilidad de ir a correr el Ironman de Zurich, la estoy barajando, seguramente será que no, pero se está teniendo en cuenta. Cualquier prueba de este tipo conlleva, a la par que el sacrificio físico uno económico y resulta que se nos ha roto el coche, pero roto de roto, nada de arreglos, que ésta más bien chamuscao. El lavavajillas y el congelador han decidido dejar de funcionar a la vez y para colmo, el chapuzas que nos hizo la cocina encajó tan bien el lavavajillas que para sacarlo hay que romper el mueble y claro, una vez roto tendremos que poner muebles nuevos. ¡En fin, un desastre! De momento voy a pasar la Loto por el manto de San Cucufato para ver si me trae suerte y me toca y luego me buscaré un nuevo empleo “pá mí” y otro “pá mi santa” por las tarde y así poder hacer frente a los dispendios y boatos que conllevan los arreglos que necesita la casa y el coche. Ya sabéis, si necesitáis oficinistas, informáticos, vendedores, actores porno o de comedia u otras actividades, remuneradas por supuesto, que se puedan realizar a partir de las tres de la tarde no dudéis en ofrecérnoslas, a cambio se garantiza seriedad, jajajajaja.

viernes, 13 de julio de 2007

Mae mía, Mae mía...

En mi pueblo hay un dicho, bastante chabacano pero que va al pelo para esta entrada. Arriesgándome a que no vuelva a entrar nadie nunca más en el blog lo voy a poner : "El niño que tanto sabe, la pich.. de un burro, en la boca le cabe!.
Pues eso, que como soy un niño que sabe mucho de informática, "pá eso me gano la vida con ella", malamente, pero me la gano, toqueteando por el blog, "pá hacelo" más bonico desahabilité los comentarios de la peña. Aquí estaba yo, mirando cada treinta segundos y comprobando que nadie decía nada. En mi interior pensaba, "¡ya "naide" me quiere!". He dejado de ser "noticia" y como la telebasura se me usó y se me olvidó. Hoy recibo con gran alegría un e-mail de mi amigo Stani en el que me decía textualmente: "¡Acho, que tu blog no nos deja añadir comentarios!". Efectivamente, como soy un maniroto había tocado un "botoncico" rojo sangre que ponía "no tocar" en letras bien grandes. No se que parte del "no tocar" no entendí. El caso es que deshabilité la entrada de comentarios. Gracias Stani, he recuperado la confianza en mí, supongo que alguien habrá querido escribir y no habrá podido. Notifico a toda la peña, que he habilitado los comentarios. Pueden ser del tipo que se desee. Vilipendiándome, dándome caña, rectificándome o para mancillar mi honor, se admiten todos... Si alguno quiere poner un comentario que alimente mi ego también puede hacerlo, no os corteis....
Gracias Stani. Esta tarde he comprado un "palé de quintos", exactamente 640 botellines, botijos, como los llaman en Guadalajara, quinticos, como los denominan por la "güerta", o don Pedritos, como deben llamarse en casa de mi santa. Lo de "don Pedritos" lo explicaré algún día.
Un saludo, querido diario

jueves, 12 de julio de 2007

Y por lo bien que lo hemos hecho, un cigarrito para el pecho




La semana ha traído consigo diversas noticias. La primera es que ya no vamos a Alcázar de San Juan. El objetivo era pasar un fin de semana con los amigos y de paso arrastrarnos en un tri. Algunas circunstancias han obligado a parte de la expedición a abandonar la idea, así que ya no hay objeto por el que acudir, lo dejamos para mejor ocasión, de momento será en Agramón el próximo triatlón que disputaremos. Ayer llevé la bici a arreglar, desde que regresamos de Roth estaba en el almacén de bicicletas esperando que la llevara a ajustar, sobre todo el cambio y a darle un repaso general. El lunes comienzo a entrenar. He visto por encima la tarea y es algo suave, sin complicaciones. De cara al verano estoy buscándome carrericas, de esas de las fiestas patronales para correr, sólo a pie, para las ciclistas no tengo nivel y para las travesías aún menos. De momento le tengo puesto un ojo a la de Almoradí, el 22 de julio. Es un poco rollo pues son cinco vueltas a un recorrido rectangular por el centro del pueblo. Ya fui una vez, pero tengo que ocupar el tiempo. Otra que tengo ya apalabrada es el diez mil y pico de Nonduermas, pero será en septiembre. Hoy me inscribiré a la Subida al Santuario de María Magadalena en Novelda. Es una carrera que está muy bien, la descubrí el primer año que empecé a correr y desde entonces no me la pierdo nunca. Es acojonante ver como me superan en la subida y como en el regreso al pueblo voy pasando “almas en pena”. Algún año también he pegado yo una explosión, pero han sido los menos. Por los pueblos cercanos a Murcia y Alicante en esta época hay muchas carreras a pie, me gusta hacerlas, no hay que prepararlas para terminar un poquico delante y hay un ambiente festivo y “globero” muy acorde con mi forma de entender estas cosas. Portman, si se pone a tiro es otra carrera que quiero hacer. Una planificación menor, como es esta tiene la ventaja de que todas las semanas correr y si tienes suerte lo puedes hacer el sábado y el domingo. Comenzaré a revisar las webs habituales, durante este año las he dejado un poco de lado y haré una lista de cuales son las carreras que me apetecen.
Esta semana me la he pasado comiendo y bebiendo cerveza de forma desmesurada, tengo un hambre feroz y unas pocas ganas de contenerme bestiales. En los ratos que no comía, veía la tele y de vez en cuando “ayudo” algo en casa. A pesar de mis “esfuerzos” aún no he conseguido que me nombre “la jefa de personal”, empleado de la semana. Me quedan cuatro días para lograr ese objetivo, el lunes me dedicaré a otras “faenas” y volveré de nuevo a ser ese esposo que vegeta en el hogar….
Stani me llamó el otro día. Me espetó “¡Acho, has leído La Opinión!”, periódico de ámbito regional en el que en otra época realicé mis pinitos periodísticos. “¡No, le contesté, desde que a mi vecino no se lo traen no tengo a quien robárselo del buzón!”. “¡Pues cómpralo, qué salimos!”. Como era a primera hora de la mañana, tuve que cargar todo el día con el dichoso periodiquito para que mis “compis” no me lo levantaran de la mesa… La cuestión es que nuestro gran amigo Xarli, se marcó una “Carta a la Directora”, Paloma se llama la ínclita, en la que loa nuestra “hazaña” deportiva como fue el realizar el ironman de Roth. En ella nos atribuye una serie de virtudes, por supuesto ninguna de ellas es verdad, por arriesgarnos, sabíamos que lo conseguiríamos somos cabezones de cojones, a intentar finalizar esa prueba. El entusiasmo de nuestro gran amigo Xarli es tan desmesurado como grande es su aprecio por nosotros. Por ello le doy las gracias y le ruego que se modere. Esta semana varias personas que leyeron, casualmente nadie lee esas secciones excepto cuando uno tiene interés en que no se lea, en cuyo caso se aplica la Ley de Murphy y lo lee todo el mundo. El caso es quien me conoce y ha leído “el panegírico” ha pensando que por inmerecido el “tal Xarli” es un admirador secreto que lo que realmente quiere es llevarme al catre. Esto es como en los toros, división de opiniones, unos en su padre y otros en su madre. Otros, los que no me conocen, al leer la carta y enumerar en ella tantas y tan buenas costumbres en mi persona, me han pedido directamente en matrimonio. Ambos casos, por extremos, han sido desmentidos personal e individualmente por mí. Mi santa me mira con ojos de difícil catalogación pues, aunque no me lo manifiesta abiertamente, no atina a atisbar a ciencia cierta las intenciones de “nuestro Xarli”. Como intuyo que de momento la carta en cuestión lo ha hecho ha sido despertar unos “pequeños y por supuesto infundados, celos”, la dejo estar y me dejo querer…
Por lo demás no hay más que contar. El único ejercicio, de cualquier clase, que he realizado ha sido limpiar el jardín, fregar el parquet, limpiar el polvo y dejar la piscina como “los chorros del oro”. Deseandico estoy que llegue el lunes y vuelva a mi vida de despegado y crápula atleta. Ahora tengo un nuevo “problemón”, la piscina me la cierran el mes de Agosto, ¿tendré que nadar en la mía agarrado por la cintura por un arnés y una cuerda?. Propondré a mi santa el ir a La Llana, playa en la que nadé este invierno. De paso mi nenica puede broncearse y lucir su expléndido perfomance de verano y yo muscular mi vigoroso y hercúleo body, también llamado “herramienta de trabajo”.
Adjunto la carta para quien quiera pueda “juzgar por el mismo” si es cierto o no lo de que el Xarli está por mis huesitos, o que el entusiasmo está asentado en sólidos cimientos sobre el conocimiento de mi persona. En cualquier caso, abstenerse individuos de ambos sexos pues de momento estoy comprometido con mi santa. El día que me eche de casa podremos comenzar con las negociaciones. Y por supuesto muchas gracias a Xarli por esta carta tan bonita, tan demostrativa de su amistad, como inmerecida.

Hasta la próxima querido diario.

sábado, 7 de julio de 2007

Me quedé en el Jurásico versus Copa del Rey.


Sigo con el jetlap del Ironman. El forzado período de descanso me está volviendo loco. Como ayer comenté empleé la tarde en limpiar la cocina de casa, limpio sobre limpio pues como sabéis mi santa nos tiene a todos a “piquico de rey”. Embutido en mi uniforme de limpiador “useasé” chanclas, camiseta vieja, pantalón corto del mundial 82, pañuelo anudado atrás en la cabeza, para proteger mis rizos, guantes de goma verdes, tres tallas más grandes, etc. De esta guisa me lancé a la cocina dispuesto a dejarla como la de un cardenal. Cuatro horas de sacar artilugios de los armario de las que la mayoría desconocía su existencia, incluso su utilidad. Nunca llegué a pensar que una cocina, tan pequeña, tan coqueta, tan recogida pudiera tener tantos escondrijos y pasadizos donde la grasa se esconde, incluso se atrinchera… La “soledad del corredor de fondo” rezan los libros que tratan sobre carreras de larga distancia, podríamos incluir dentro del grupo de los “corredores de fondo” a las/os limpiadores. Son tareas largas y estás en soledad, con tus pensamientos, frota que te frota, con tu obstinación. En esa soledad es donde me di cuenta que me había quedado en el Jurásico…
Cuando me casé, como todo en los comienzos, estaba dispuesto a llevar a rajatabla un articulado de “buenos principios”. Ayudar en las tareas de la casa, colaborar en la crianza, educación y cuidado de los hijos… Todo aquello que para los de mi generación nos convertía en “hombres modernos”. Al principio fue la luz…parece como si estuviera escribiendo el Génesis, pues no, al principio me creí estar en la ola de la modernidad porque planchaba, ayudaba los sábados en la limpieza doméstica… Pero el caso está en eso, “ayudaba”, es decir, si tenía otra cosa que hacer la hacía, trabajar, pasear al perro o acudir a un curso, cualquier actividad que se inmiscuyera en mi camino era excusa para no tener que participar en ninguna de las tareas domésticas. Cuando nacieron los niños también tomé parte activa en su cuidado. Los bañaba, preparaba biberones, con el entusiasmo del estudiante que le ha salido un trabajo de socorrista en el verano, trabajaba, es decir echaba una mano en las tareas y de paso se alegraba la vista, es decir, me era gratificante, pero todos sabíamos que era un trabajo temporal, los niños al igual que el verano, unos crecerían y cada vez necesitarían menos de nuestros mimos y la canícula finalizaría, el entusiasmo nacía de la certeza que sería un trabajo temporal. Creí ser un marido perfecto y un padre ejemplar… Y no lo he sido casi nunca pues esa modernidad a la que yo creí pertenecer no era sino un primer y pequeño paso hacia la igualdad de los dos miembros del matrimonio. De un hogar matriarcal donde el padre se sentaba a la mesa esperando a que le sirvieran el plato de comida y era llamado de usted por los hijos, habíamos evolucionado a una sociedad marital en el que hombre “ayudaba” si eso no le impedía realizar sus labores principales de trabajador, hombre social y paseador de amigos… Mi pensamiento era incorrecto pues partía de una premisa falsa, mi obligación de ayudar… No debo ayudar, el papel del hombre moderno en el vínculo matrimonial (pareja, concubinato o cualquier relación normal plenamente aceptada en nuestros tiempos) es de activo miembro en todas y cada una de las actividades societarias. Y ahí es donde me quedé en el Jurásico, no se si yo soy tan moderno como para comprometerme, porque aceptar tengo que aceptarlo por mi propio código ético, a ser el cincuenta por ciento de la sociedad en algunas de las actividades, como podría ser la limpieza de la casa… Lamento profundamente que mi santa haya dado con un “dinosaurio” del Jurásico y por ello la entiendo y me preocupo. En el matrimonio actual, es donde esas actividades básicas están más normalizadas y son entendidas como un fizti-fizti, es decir, una obligación al cincuenta por ciento de ambos miembros, si fueran tres ya sería la bomba…jajajajaja. No me creo tan moderno, ni me siento comprometido con la era como para asumir de buen grado que hoy, aunque no me apetezca, debo limpiar la casa, tender la ropa o regar el jardín, tenga o no tenga otras cosas que hacer… Por eso me da penica mi santa, porque el papel de algunas mujeres, me temo que muchas, aún sigue siendo la de ama de casa y si encima trabaja fuera la de esclava del sistema, pues ella si siente la obligación y la cumple como si de una condena se tratara, de realizar las tareas del hogar, común para todos pero desigualmente repartido…
De todas formas las chicas gestionan mal el tema de la participación del hombre en la vida doméstica. Enseguida juzgan los resultados. Te has dejado una mancha aquí, o allá no has frotado, son unas de las frases que te sueltan nada más terminar con la faena. En el trabajo hay unos que lo hacen mejor y otros peor, pero no estamos todo el día reprochándole al que lo hace menos bien su falta total de acierto. Cada mes, en cada reunión de “calidad”, se valora lo realizado y si se ha conseguido lo que el cliente quería. Lo importante es que se sigan los protocolos y seguro que el producto es acorde con lo que el usuario demandaba. Las señoras o señoritas no tienen paciencia, evalúan cada uno de los procesos en cada uno de sus pasos y lo critican, así es imposible, desmotivan al trabajador que cada vez se involucrará menos en la cadena productiva y lo peor es que es más fácil deshacerse de un operario ineficaz que de un marido acomodaticio…
Ayer nadé media hora en la piscina. No se que producto le ponen al agua pero me hace la nariz polvo, está peor que la de Cate Moos esa que se mete las rayas de seis en seis… De nuevo tengo obstruida la nariz y no puedo respirar, sobre todo por la noche cuando duermo… Casi había vuelto a estar bien, pero en cuanto me he tirado de nuevo a la piscina, otra vez hecho polvo. Mil metricos hice, más que nada para no perder el “sentido” de nadar, el feling con el agua, las sensaciones que lo denominan los nadadores. La media hora ha sido algo más entretenida pues delante iba una nenica que no estaba de mal ver, aunque muchos de los mortales estamos mejor vestidos que desnudos, perdemos mucho. Lo noto cuando las veo, en los hombres no me fijo, de momento, en el agua en bañador y enseguida pienso: “¡No vale ná!”, no me saltéis al cuello, yo tampoco estoy para tirar cohetes. Cuando salimos al hall me vuelvo a fijar y vestidicas, maquilladas, peinadicas mejoran mucho… ¡Qué sórdido soy!.
Esta mañana voy de “despedida de soltero”, para variar ésta es de las de verdad. Es de los pocos que últimamente se estrenan en esto del casorio, pues la mayoría a las que he asistido en los últimos tiempos eran divorciados que volvían a cometer el mismo error… Como somos talludicos no cogeremos un bus y haremos la ruta más “hot” de la región y limítrofes, iremos al IKEA, a comprar muebles y el dinero que nos sobre lo gastaremos en cerveza y en comer como señores. Los nenes son valencianos, así que al anochecer los volveremos a meter en el coche y los enviaremos de regreso a la capital del Turia.
Hoy en Pulpí se disputa la Copa del Rey de Triatlón. Esta es una prueba que me gusta muchísimo, tengo grandes recuerdos de ella. Si no hubiera sido por el Ironman me hubiera gustado disputarla este año. Seguro que al año que viene será imposible, éste han admitido a todos los equipos inscritos, igual el próximo no lo hacen. No iré a verla pues estaré de “despedida” tampoco me apetece acudir de espectador. Pondré unas fotos de cuando mi nenico la disputó en Córdoba hace ya algunos años, ¡cuantos recuerdos!, algunos de los que formamos el equipo, yo iba de animador y aleador, (¡ale, ale!), ya no están y todos los días los echamos de menos.
Ya han abierto la inscripción para Agramón, sólo hay 200 plazas, espero que el lunes aún queden y me pueda inscribir pues hasta entonces no podré ingresar los 15 euros que cuesta.
Ya te contaré como termina la despedida de soltero y si me quedan ganas de coger la bayeta de nuevo.
Hasta pronto, querido diario.

viernes, 6 de julio de 2007

Sigo el plan a rajatabla…

Es conocida por todos mi disciplina prusiana… Cuando me embarco en una tarea no la dejo ni a sol ni a sombra. Esta manera de ser obsesiva, compulsiva, incluso contumaz, pues aunque esté equivocado persisto en el error, me agobia y me pone de los nervios, no puedo evitarlo.
Ayer me fui a la droguería, establecimiento mercantil donde venden, entre otras cosas productos de limpieza, no vayáis a pensar que fui a visitar a mi dromedario particular proveedor de productos para mejorar mi rendimiento… Quizás mi santa encuentre alguna ventaja en que en algún campo en concreto mejore mis resultados… A lo que iba. Que ayer compré un desengrasante ultra fuerte para limpiar los muebles de la cocina. Mi “partenaire” me recriminó el acto, como tantos actos me recrimina, aduciendo si con ello quería dar a entender que en su cocina había grasa. Me expliqué e intenté dar mi punto de vista… He limpiado la casa dos veces, el jardín, la piscina, el almacén de las bicicletas y he ordenado alfabéticamente, según los letreros de las camisetas el cajón de la ropa de deporte, ¿qué más puedo hacer que me saque de esta indolencia?... Nenica, le dije, está como los chorros del oro tu cocina, pero voy a limpiar sobre limpio. Es que necesito una ocupación que me lleve toda una tarde… Me respondió que limpiar la cocina llevaba más de una tarde, no se si mi entusiasmo durará dos tardes, pero como se lo deje a medias, como otras tantas cosas, tendremos marejada tirando a mar gruesa…
Al hilo de la droguería, ayer escuché a Pereiro unas declaraciones en Antena 3 creo recordar, en ella venía a decir que pasaba cientos de controles al año y que nunca había dado positivo, por lo tanto consideraba una ignominia que le hicieran firmar un documento en el que aseguraba no drogarse. A continuación argumentaba su opinión, con un no se qué de un tacto rectal…, en ese momento dejó de interesarme el tema. Lo curioso es que no estaba molesto porque le consideraran un yonki, el nunca afirmó que no se drogaba, sino que explicó que pasaba cientos de controles y nunca había dado positivo… Una sutil diferencia… El otro día soplé en un alcoholímetro de esos de los guripas, no di positivo, pero si había bebido… Y seguro que cualquier otro viernes que me hubieran hecho soplar también habría dado positivo, pero ese día no lo dí, ¿puedo afirmar que no bebo mientras conduzco?. No, lo que afirmo es que no me han pillado, con lo cual salvo mi honor y mi código ético…¡Son finos estos tíos. !
Hoy el periódico me ha traído una noticia. Antonio Peñalver, medalla de plata en las Olimpiadas de Barcelona ha sido nombrado Director General de Deportes “de ésta nuestra comunidad”. Es curioso el poder estudiar, con la perspectiva del paso del tiempo, lo que un acto reflejo o premeditado puede acarrearle a uno en el futuro. Este gran deportista, tuvo el acierto de blandir la bandera de nuestra región en la vuelta triunfal al anillo olímpico del “Lluis Companys” que por más que les pese se llama el estadio olímpico de Barcelona. Fueron los socialistas los que lo becaron, mimaron y cuando sus lesiones lo retiraron lo olvidaron. Con los años los del PP lo rescataron del ostracismo y lo colocaron en el mascarón de proa de sus proyectos deportivos. Estaba repartiendo medallas para una empresa alicantina que organiza eventos deportivos y de repente lo llevaron a la D.G. de Deportes como asesor y de allí al ayuntamiento de Murcia para gestionar tres mil euros para becas y seguir dando medallas en el deporte escolar. Como deportista fue uno de los grandes, como gestor no tiene ningún bagaje, ninguna experiencia y las pocas veces que ha intervenido en algo ha sido para que su jefe, tenga que arreglar personalmente sus entuertos. Ahora, el simple paseo de una bandera alrededor de una pista de atletismo de 400 mts. le ha llevado a lo más alto del cajón de la política deportiva regional, siendo atleta sólo consiguió ser segundo… Un personaje sin trayectoria política ni experiencia como gestor va a llevar las riendas del deporte regional. ¡Qué dios nos asista!. Le daremos un margen de confianza, pero entreveo en la maniobra del gran prestigitador que ha resultado ser nuestro presidente, una manera de poner un tótem, un parapeto al que nadie se atreva a cuestionar o criticar, para que tras ellos, el equipo elegido por el propio Valcarcel haga y deshaga, ya veremos en que queda el tema…
Esta mañana intentaré ir a nadar un poquico. Quemaré la frustración por no haber sido nombrado Director General pegándole manotazos al agua… Seguramente tendré que seguir nadando muchos años pues tal y como están las cosas y por el color de mi militancia, cuando esté en disposición de ser nombrado director general pues las tornas cambien, mis camaradas no se ponen las pilas, tendré noventa años y lo más que podré hacer por el deporte será babear mientras veo fútbol y más fútbol en la tele…
En cuanto a mi actividad triatlética se resumen en mirar en la web de la federación de Castilla La Mancha para ver si me han puesto en el listado de inscritos de Alcázar y volver a mirar para comprobar si han abierto las inscripciones de Agramón, por lo demás no he hecho nada más y es que, como dije al principio, mi disciplina prusiana me impide saltarme ni un solo descanso.
Hasta mañana, querido diario…
P.D.: Como podéis ver en la cabecera de mi blog, yo también entré en la meta de Roth con la bandera de mi región al viento, pero mi “hazaña” no ha tenido la misma repercusión mediática que la de Antoñito, una pena. Espero que rule la foto y llegue a quien corresponda y al menos me nombre asesor del chiquillo… Es que si no me nombran alto cargo no voy a poder volver a ponerme los trajes que me compré para las comuniones de mis chiquillos…

jueves, 5 de julio de 2007

¡Si es que no se estar sin hacer nada....!

Regresé de Roth y mi santa me recibió con los brazos abiertos. Su nenico volvía a casa con los deberes hechos y con la moral por las nubes. Creyó en su inocencia que ya nada más le inquietaría que abandonaría la vida aventurera y retornaría al "seno" de su amorcito. Los primeros días fueron duros, los siguientes aún más. Me levantaba a las seis de la mañana, desayunaba y me disponía a .... ¿qué?, si no tenía nada que hacer. Hasta hace unos pocos días, preparaba la bici, me hacía el atillo para la piscina, repasaba cuanto y donde iba a hacer mis series, mis rodajes... No tenía objetivos... Cogí el trapo de limpiar el polvo, saqué el aspirador del armario, preparé el caldero con los productos de limpiar el baño y... ¡Si!, ¿qué pasa?, ¿no puedo ponerme a limpiar la casa para matar el mono?. El fin de semana fue larguísimo. Limpié el jardín, dejé reluciente la piscina... Me bebí un palé de quintos... Y aún era sábado por la tarde. Mi santa me decía con cariño y condescendencia, ¿ande vás, tan temprano?, ¿a limpiar de nuevo?... No contestaba... sólo me anudaba el pañuelo sobre la cabeza, recogiendo mi mata de pelo y enfundando mis delicadas manos en los guantes de goma verdes y me lanzaba a frotar con empeño, con minuciosidad los picaportes de las puertas, las bisagras... Y no vivía en mí...
Mi santa me medicaba a mis espaldas. Notaba que tanto encierro terminaría en una explosión gorda, de las de tormenta de arena... Ya no pude resistirlo más y lo hice... Le pedí perdón a mi zagalica por no poder cumplir mi palabra y me inscribí. El XIX Triatlón Ciudad de Alcázar contará con mi presencia, si me aceptan. Con esto comienzo un nuevo diario. Ahora las pretensiones son otras y los ánimos están renovados.
De momento voy a vivir de las rentas. Tenía descanso hasta el quince de julio y lo cumpliré hasta el catorce. Con lo que ya llevo en el cuerpo me presentaré en Alcazar de San Juan a disfrutar de la prueba. Me engancharé a la cola e intentaré no despegarme de ella, si es que alguna vez la alcanzo. Ayer nadé media hora e intentaré hacerlo todos los días que pueda. Ya sin series, solo nadar por nadar, igual que en otro tiempo fue correr por correr.
En Alcazar de San Juan estuve una vez de chico. Bueno, digo chico porque ahora tan cerca de los cincuenta, con dieciocho años uno era un crío. Iba a Sevilla, concretamente a Tablada. Base aérea donde me reconocieron... ¡Hubiera bastado con preguntarme si ese era yo!, no hacía falta ir tan lejos para tan poca chicha... El correo Murcia-Madrid que salía a las 12 de la noche hacía parada en Alcazar, nudo ferroviario. Allí debíamos esperar el que bajaba de Madrid hasta Cádiz. Para hacer tiempo nos fuimos el nutrido grupo de reclutas a hacer tiempo viendo a las nenicas entrar al instituto... Ese ha sido mi contacto con Alcázar. El viaje de allí a Sevilla fue insufrible. Nos vendieron perfumes, bajo la velada amenaza de tirarnos del tren en caso de no comprarlos. Tuvimos que comprar boletos para varias rifas y ayudar a diversos tipos de desvalidos... Aquello era Vietnan y nosotros unos rodrejos (limones pequeños y primerizos de la temporada) que no teníamos mundo e íbamos acojonados a que nos metieran "por güevos" en la mili. Cómo sería el viaje de Kafkiano que en Tablada, mientras nos medían vi a un chico que había jugado al fútbol conmigo. Como no lo había visto en el tren, le pregunté cómo había llegado hasta allí. Su padre que tenía una droguería justo donde ahora hay una tienda de informática junto a mi actúal trabajo, lo había llevado a Sevilla en un Renault 6. Le pregunté con ansiedad, ¿lleváis sitio? y esperé con los ojos cerrados, manos juntas y musitando un rezo a que contestará... Llevaban, llevaban sitio y la vida comenzó de nuevo para mí, me habría tirado del tren en marcha si tenía que soportar una terapia igual al regreso...
Así que Alcázar, treinta años después regreso, esta vez intentaré disfrutar más que aquella y hasta ahora única visita la pueblo...
La expedición está encabezada por Alfonso (mi entrenador) y señora más Luisica que se batirá el cobre conmigo. Los hermanos Garcia de Puerto Lumbreras, Bárbara y Ramón, Stani y Mariló y mi santa, que esta vez no va a dejarme solo ante las aguas turbulentas de la laguna...
Seguiremos en contacto.