jueves, 19 de julio de 2007

Más gotas para la nariz, es la guerra.



Si soy un hombre de hierro, ¿por qué me duelen tanto las piernas? Esta es la primera reflexión que se me ocurre cuando me siento a escribir, querido diario.
Hace escasamente veintiún días nadaba como una ballena, vieja, pero ballena. Montaba en bici como un cohete y sólo cuando llevaba hora y media corriendo comenzaba a sentirme a gusto con el ejercicio. Tras tres semanas de descanso, activo pues me he puesto las pilas limpiando y ayudando en casa, no puedo dar un paso sin sentir una punzada de dolor, sobre todo en los cuadriceps, elementos de “carne” que se localizan en la parte delantera de las patas, entre la cadera y las rodillas. Pero comencemos por el principio.
Tal y como estaba previsto sábado nos reunimos en casa casi todos los componentes del viaje a Alemania más “santas” e hijos. Alguno faltó, se le hizo de menos, pero se le disculpa, no siempre se puede estar en todos sitios.
La bienvenida la daba la pancarta que tuvimos en el recibimiento en el aeropuerto. Mi santa, que no yo, que soy un desastre, había previsto morcillas, longanizas, salchichas, tocino, en resumen todo aquello que durante un año ha estado prohibido a nuestros paladares. Los asistentetes, como en el monte, “Si al monte vas de lo que lleves comerás”, es decir, el que tenía una apetencia se la traía y ya está. Alfonso, nuestro entrenador apareció con una inmensidad de “pescaos con patas” y botellas diversas. Stani se nos presentó con unas tartas de manzana, que al final fueron vitoreadas y repetidamente aplaudidas como sorpresa de la noche, realizadas por su mamaíca. Aderezó los dulces con ginebra azul. Manolo se nos presentó con un cabrito entero, debidamente troceado, melones, vino del bueno y un sinfín de comida más, que como es normal en mí, no podría enumerar pues a última hora de la noche, caí en un trance y no recuerdo más que a un tío de rojo, luego mi hijo me dijo que me puse el partido de la selección de fútbol sub20, fallando un gol de parvulario, visto aquello, me acosté. El Capitán Bajoca, mi vecina cuñada y dueña de la imagen del patrón de lugar San Cucufato, sus hijas, mi hermanica y mi cuñao y algunos más nos reunimos para comer y beber hasta saciarnos. Tan tarde se hizo y tanta comida y bebida llevaron mis amigos que tenemos provisiones para siete navidades de siete meses cada una. Del evento no existe ninguna prueba fotográfica pues los habituales fotógrafos hartos, como los músicos de tocar y no bailar, decidieron dejarse el equipaje de trabajo en casa y dedicarse exclusivamente a livar. De los seiscientos cuarenta quintos, don pedritos o botijos, sólo quedaron en casa unos quinientos así que creo que cumplimos sobradamente con la fábrica de cerveza para hacer que puedan sacar antes de septiembre todo su stocage a la venta. El domingo fue, como los días antes de las elecciones de descanso y reflexión.
Y llegó el lunes. Lo primero enumerar los objetivos a corto plazo, es decir hasta septiembre. La intención es ir a todas y cada una de las carreras y triatlones que nos apetezcan. Nacimos en las carreras populares y porque ahora seamos de hierro no vamos a repudiar nuestro pasado. Este tipo de pruebas, son más que nada eventos sociales donde ver amigos, echar unas risas y matar la mañana del tedioso mes de julio. De momento el domingo iremos a correr el 5000 popular de Almoradí. De casa allí me iré en bici y luego correremos. La vuelta la realizaremos en el coche del Capitán Bajoca que gustosamente se ha ofrecido a ello. Hora de salida de la prueba 10 y media de la mañana. Salida de casa a las ocho, cuando lleguemos nos preparamos y a correr.
La Subida al Santuario de María Magdalena en Novelda será la siguiente y después el triatlón de Agramón. Tenemos en la lista el Triatlón de Jumilla que aunque es en piscina no me lo pienso perder y el Cross popular de la Bahía de Portmán. Este último estará supeditado a como quede el cuerpo después de la Romería y Feria del patrón San Cucufato que tendrá lugar, dios mediante el viernes por la noche anterior. El itinerario será desde la Cueva Ermita situada en casa de la “Camarera” del Santo, pared con pared de casa hasta donde se acabe la cerveza. En ese lugar dejaremos al santo y su peana, lo taparemos con una bolsica y ya regresaremos a recogerlo al día siguiente. Para localizarlo, seguramente no nos acordaremos y el monte de noche es igual en todos sitios, dejaremos una baliza de radiofrecuencia que nos indique el lugar.
El lunes comencé a nadar y tras cincuenta minutos de dar manotazos al agua lo dejé. Dos mil metros. Como consecuencia del esfuerzo me salieron unas ronchas en los sobacos que necesitaron de tres botes de pomada curativa, de esa de los culitos de los niños. ¿Cómo puedo estar tan mal, si hace como quien dice cuatro días, era de hierro, pero de hierro forjao? Por la tarde, cuarenta y cinco minutos para un recorrido de 7.800 mts. por los alrededores de casa. El martes más de lo mismo. Lo único es que nadé peor y con más ronchas aún. Ando por la calle como si fuera a desenfundar mis colts de cuarenta y dos en cualquier momento. Al pegar los brazos al cuerpo, los escozones que llevo en las axilas me hacen rápidamente despegarlos y tomar esa forma característica de los pistoleros del oeste americano. El miércoles ídem de ídem. Tres días con doble sesión, no muy intensas pues tengo decidido que voy a intentar relajarme un poco, pero tan dolorosas como si estuviera expulsando una piedra. Las piernas duras como el mármol y lo demás como siempre, nunca está tan duro como las piernas… Que he vuelto a la piscina se nota inmediatamente pues de nuevo tengo unas mocarreras más largas que las “velas de un niño”. ¿Qué le echarán a la piscina que me pone la nariz como la de un yonki? Sobacos malheridos, dolor de patas, nariz congestionada. ¡Qué estoy hecho un atleta de elite!
Me he despedido de empleada de hogar tras el desencanto que tuve con la empresa al no ser nombrado empleado de la semana. Mi postura en la misma es la primitiva, ayudar ayudo, que no mucho, tampoco vayamos a ponernos medallas que no corresponden, pero ya no como una obligación societaria. Los que somos unos “machistas de mierda”, tenemos eso, que no nos curamos nunca.
A mis queridos lectores comunicarles que cerveza queda, que dejen en los comentarios el día y la hora, más que nada para estar en casa y gustosos nos ofrecemos a compartirla.
Mi amigo Pepo, con el cual estoy citado en su “Mansión-Museo” de Denia para el fin de semana de 18 de Agosto, me ha ofrecido la posibilidad de ir a correr el Ironman de Zurich, la estoy barajando, seguramente será que no, pero se está teniendo en cuenta. Cualquier prueba de este tipo conlleva, a la par que el sacrificio físico uno económico y resulta que se nos ha roto el coche, pero roto de roto, nada de arreglos, que ésta más bien chamuscao. El lavavajillas y el congelador han decidido dejar de funcionar a la vez y para colmo, el chapuzas que nos hizo la cocina encajó tan bien el lavavajillas que para sacarlo hay que romper el mueble y claro, una vez roto tendremos que poner muebles nuevos. ¡En fin, un desastre! De momento voy a pasar la Loto por el manto de San Cucufato para ver si me trae suerte y me toca y luego me buscaré un nuevo empleo “pá mí” y otro “pá mi santa” por las tarde y así poder hacer frente a los dispendios y boatos que conllevan los arreglos que necesita la casa y el coche. Ya sabéis, si necesitáis oficinistas, informáticos, vendedores, actores porno o de comedia u otras actividades, remuneradas por supuesto, que se puedan realizar a partir de las tres de la tarde no dudéis en ofrecérnoslas, a cambio se garantiza seriedad, jajajajaja.

3 comentarios:

Jetlag-Man dijo...

¡Joé, tío! Como le he dicho al Niño de Monteagudo, os puedo ver levantando series de quintos "hasta el fallo".¡Que sois mu machotes, coño! Por el contrario, los de la Mutua me han descubierto Häagen-Dazs en la sangre, o sea, una mariconada.
¿Zurich este año. o el próximo?

stani dijo...

Coñio con el Pepo al final le ha cogido el gustico al ironman,que tío!
Acho! mañana lo mismo te llamo para tomarnos unos quintos, díselo a Andrés, y Ramón y quien quiera, joder que estamos en verano,

Andreseitor dijo...

Claro, claro, si hay cerveza por enmedio mejor que mejor. Y si es por vino, yo traigo del bueno. El plano que has puesto es por donde vas a correr?.
Otra cosa, yo no estaré en Jumilla para cuando el triatlón. Lástima, porque os iba a pargar unas rondas.....