miércoles, 22 de agosto de 2007

Y al Castillo fui a Ganar...

Hay momentos en que la luz blanca te ciega. No sabes a que responder. Estaba en el “in-passe” de arreglar una casica tomada por dos hijos veinteañeros y sus amigos. Deseando tener un momento para contar mis sensaciones. De repente, como si de un espectáculo de fuegos artificiales no esperado, descubrimos un montón de buenas noticias. (ESTE PUNTO Y APARTE SE LO DEDICO A MI AMIGO GUILLE).
Estaba, como comentaba, intentado poder relatar con mi humilde prosa, lo acontecido en este fin de semana, cuando recibo la noticia de la preparación, por parte de mi amigo Pepo, de la maratón de Florencia. Miento, algo sabía, pero nunca me indicaste que ibas a comenzar con miles para continuar con dos miles. Sólo por primera y única vez. Primero fuerza, es decir gimnasio, luego tres miles, a continuación dos miles, afinar con miles… En fin, cosas que seguro que tú ya sabes.
¡Continuamos para bingo!
Mucho tiempo atrás, mi zagalico tuvo la feliz idea de comenzar a correr. ¡Bendita idea!. Con un “Mar” de dudas, un guiño a mi amiga Mar, comencé a explorar en el mundo de Internet guiado por mi compañero Javier (El VeterinariodeLaAlberca). Este me indicó donde buscar. Por él fui a “ElAtleta.com”. Pensé que en esta página podría obtener información. Tras algún tiempo de lector reuní el valor necesario para hacer algunas preguntas. Mis cuitas fueron prontamente respondidas por “invisibles maestros” y más y más frecuentes dudas obtuvieron su explicación. La relación con ElAtleta se hizo tan cercana y habitual como si de una familia se tratara y en ella convivían sus miembros. El incansable e inagotable espíritu emprendedor de muchos de "nicks" hicieron que pronto comenzáramos a conocernos. En el cros de Alcobendas, el de La Constitución conocí a los primeros seres humanos que se asociaban a un "alias". Amadeo, con el que tuve una gran relación y que por desgracia quedó entre bambalinas, que no en el olvido. Alva, una gran chica que también tuve la gran suerte de conocer. Carlos, La AbulaVeloz, El Millero. A Pianista, lo conocí en el Cros del Chocolate. Eran otros tiempos en los que la juventud nos empujaba a desafíos más rápidos y más intensos… También eran tiempos en los que el Foro, siempre voluble a la voluntad de unos pocos que a veces lo arrastran, navegaba por aguas intempestuosas, por tormentas que parecían no tener fin. En aquella refiegas quedaron, algunos heridos, unos pocos prisioneros y algún que otro muerto. Eran los comienzos de este pequeño gran foro. En la actualidad, batallas descarnadas en donde el anonimato es la principal estrategia para molestar, herir, difamar o simplemente disuadir a buenas personas de participar, no es estratagema extraña. En aquellos días era algo más que perjurio, blasfemia o simplemente una falta de hombría que no se podía entender. Tras las convulsas aguas, llegó la calma. Mi colaboración semanal en el foro se acabó, porque entendía que mi deber era apoyar al que en su momento fue el más fácil de derribar y mi intervención en este pequeño gran mundo fue espaciándose, que no su lectura. Comenzaron entonces las actividades del Correr x Correr, en el que Spanjaard (en estos momentos no se si se escribe exactamente así), Carmencita y otros foreros, disculpad mi torpeza contribuyeron al desarrollo de lo que, creo a mi entender, fue el primer club de atletismo virtual, sin reglas ni obligaciones. También aquello tuvo su momento de entusiasmo y su momento de declive. El sábado llevaba entre mi mucho ajuar una camiseta de Correr x Correr, dudé hasta el último momento si ponérmela o no, finalmente la dejé dormir en el baúl de los justos. Las “Kedadas” fueron una nueva actividad del foro. La de La Pedriza en navidades, creo recordar que fue la primera, siguieron otras, entre ellas la I Kedada de Correr x Correr Levante. Fue un hijo que nos duró poco. El parto fue casi indoloro, pues la ilusión colmaba ampliamente al trabajo del alumbramiento… Los malos padres dejamos perecer a la criatura, es posible que podamos revivirla. Seguro que no será igual, nunca segundas partes fueron buenas, pero con las heridas restañadas y el entusiasmo recuperado todo puede ser posible. De estas “Kedadas” surgió, por arte del “Mago Pepo” y su Familia, Mar al frente, la Pujada al Castell de Denia. Nunca asistí a la Pedriza, un año me quedé con las maletas en la puerta de casa, pero unos pequeños detalles me hicieron desistir de la aventura. Como decía, muchas veces fui convocado para participar y ninguna asistí. El mundo de Internet me había defraudado en gran manera… Sólo quedaban de aquel mundo virtual dos o tres amigos reales. Juanma, el tuno Triatleta, conocido por Juevpa en el foro, Derrapes en la tuna y Butragueño en casa (mi santa dice que tiene toda la geta del exfutbolista). El Mago Pepo fue otro que de ese mundo de Internet, quitando a los murcianos por lo fácil que resulta ponernos en contacto, permaneció como un amigo real… Tras muchos intentos, más por parte de los demás que mía, también hay que decirlo, las circunstancias hacen que “El Mago Pepo” logre arrancar un compromiso familiar, aquí si la santa no da el visto bueno ni se tose. Asistiremos a la VI Pujada al Castell de Denia. Solamente el día que decidí vencer mi vergüenza para pedirle a mi santica que “saliera conmigo”, tuve mejor elección. Esto ha sido más que cualquier otra reunión que pudiera haber soñado.
Mar y Pepo, Pepo y Mar. Macarena y Pepe, Pepe y Macarena. María José y Pepe y viceversa, que no quiero ser pesado, son unas personas tan amables, tan cariñosas y con tanta humanidad que hacen que uno no esté respirando, sino que viva intensamente en cada momento en que estás en su presencia. El fin de semana ha sido magnífico y desde aquí quiero agradecer el gran, entusiasta y agotador trabajo que con tanta ilusión, alegría y dinamismo han hecho para que pudiera conocer a tantos y tantos nick que tras ellos atesoraban a grandes y maravillosas personas. Gracias.
Tras la ñoñería, pasemos a lo que realmente queremos saber los que corremos a dos cincuenta el kilómetro (UN GUIÑO A MI AMIGO LUIS LOZANO). ¿Merece la pena correr la carrera?. Rotundamente no. No podemos ir a correr, tenemos que ir a disfrutar del ambiente, la camaradería, la cordialidad y las ganas de agradar de todos aquellos que allí nos reunimos. Los Luises, los Fernandos, Los Garabitas, Los Pacos, Los Guille, Los… Un montón de personas que por partida doble y algunos cuádruples daban a la reunión sentido y permanencia en el tiempo. La bebida, ¡la bebida era de campeonato!, la música. El fuego, la comida… ¡La balsa!, ¡Los gin tonic!... Todo era una compendio de sabores, olores y sensaciones que daba a cada uno de los momentos un toque mágico.
En cuanto a la carrera ¿qué decir?, fue lo menos importante. La ida fue exuberante, magnífica, divertidísima. El regreso apoteósico, ridículo y catastrófico, depende quien cuente el relato. Para mí fue uno de los veinte minutos más divertidos de mi pequeña vida.
No voy a desvelar el secreto de la Pujada al Castell, sólo se descubre, cuando, como yo, se va por primera vez. No la gana el más rápido, el más fuerte, el más… Tenéis que ir para descifrar cuales son las cualidades que debe atesorar la persona, que no el atleta, que puede ganar esa prueba…
Puntualizar algunas cosas. Es cierto, no me callo ni cuando nado… Es cierto, me gusta la cerveza. Es cierto, me gustan mis amigos de la Pujada al Castell.
Por otra parte a Gonzalo no lo perdí yo. Los dos intentamos jugar nuestras bazas vencedoras y a los dos nos salió rematadamente mal. Aunque al que peor le salió fue al señor dueño del bancal de pepinos que se lo dejé hecho un cristo… Seguro que no le vale ninguno ni para una ensalada…
A las cinco de la mañana, más o menos, nos fuimos los “últimos de Filipinas” a dormir, más bien a dormitar, pero es que no quería que se acabara el día… ¡Y mientras quedaran gin tonics…!.
Lo dicho, gracias a la familia “Mago Pepo”, gracias a los músicos, gracias Pepa, la cantante con quien tuvimos el placer mi santa y yo, de compartir unas horas y gracias a todos los que conocí por enriquecernos con vuestra amistad.
Guardo con gran cariño y por siempre mi dorsal, que espero que no sea el único, de la pujada, mi medalla y sobre todo mis recuerdos.
Un abrazo de vuestros amigos Garban y La Santa.

jueves, 16 de agosto de 2007

En Librilla Garbanzito puso las cosas en su sitio.

En la víspera de Agramón, Stani, Mariló, mi santa y un servidor, junto al Capitán Bajoca y Lolica, es para que vayamos sabiendo como se llama quien aprieta los machos al Capitán, mi hermanica y su santo estuvimos cenando unos pasteles de carne, empanadillas, salchichas y un par de manos de quintos por cabeza. Esa cena fue perfecta para que el triatlón nos saliera al día siguiente de escándalo... Por bueno, qué no por malo.
Ayer por la mañana, como no podía ser de otra manera el día de la Virgen de Agosto, estuvimos El Capitán y yo con nuestras respectivas santas, tomando en el lugar más caluroso de la casa, es decir, el armario que está junto al horno, un aparitivo como el día, este día es de espíritu santo, es decir la misa se dice con incensario y tó, lo merece. El caso es que el capitán estaba receloso en tomar los quintos pues decía que "no se encontraba bien". Esto no era más que una excusa para no "tomar" lo mismo que yo, sino algo menos, con la aviesa intención de ganarme, de nuevo y como viene siendo habitual en la carrera de la tarde.
A las ocho partimos hacia la carrera y pronto comenzó a hacerme carantoñas y a plantearme traviesos planes... "¡No nos haremos pupica!, ¿verdad?. ¡Vamos a ir flojico!, ¿no es cierto?". Con esa cantinela no estaba más que preparando un malvado plan que consistía ,principalmente, en que me confiara para después darme con la caña todo el camino. A uno, que ya lo han toreado en diferentes plazas, ya no lo engaña cualquiera y fui dejándome querer, para que el confiado fuera él. No quería calentar el capitán con la excusa de que se había comido una "Pantera Rosa" y dos litros de horchata de chufa. Todas esas zarandajas no eran más que pequeñas historietas para justificar la que se le avecinaba.
Tuvo en principio mucha suerte. Para empezar la carrera el año pasado medía 10.000 mts. y éste la había reducido a 7.500. Tres vueltas a un circuito complicado con muchas curvas de noventa grados y cuestas cortas pero intensas. Nos pusimos atrás, muy atrás. Desde allí gritábamos que las dos primeras vueltas al circuito era neutralizadas, que no hacía falta correr demasiado, en cuanto dieron la salida nos dimos cuenta de que el truco no había engañado a nadie. Puse, pues mi hermanico no me dió ni un relevo, velocidad de crucero y comenzamos a adelantar gente. Cada vuelta apretaba un poco más la tuerca. Pero el Capitán, del que me está asombrando su cambio de actitud pues ahora sufre como un cabroncete, no cedía. Lo oía a mi espalda jadear como si estuviera haciendo "el amor por última vez", pero siempre pegado a mi chepa. Pensaba ya que no me lo iba a quitar de encima cuando a mediada la última vuelta y tras un repecho y una curva lo oí exhalar como si a muriese fuese. Poco a poco los resoplidos del Bajoca se escuchaban más lejos. Como es una persona taimada, miré de reojo la sombra para cerciorarme que no se había ido al otro lado de la calle con la intención de engañarme y que yo tuviera la sensación de que se alejaba, cuando la realidad es que estaba a mi misma altura aunque separado lateralmente. No lo ví, así que ya supe que esta vez el nenico no se llevaría el gato al agua... Así que ya vamos dos por uno, a favor del Bajoca, pero me voy acercando... Después escribirá que el corre por divertirse, conocer gente y ver bonitos paisajes, pero yo se que no es cierto, miente, el corre para ganarme, pero esta vez ¡va a ser que no!.
Dejaré unos días de estar operativo. Me voy a Denia al los fastos que organiza mi amigo Pepo, carrera incluida, aunque el acto principal, como no podía ser de otra manera, es una cena por todo lo alto, ¡hasta con músicos y cantante en directo!. Para la ocasión he sacado del armario mi smoking, de cuando hice la mili en la legión y mi santa ha recuperado el vestido de novia, es el único largo que tenía, al que le ha quitado el velo y le ha subido el escote, no por que no se le vea la carne, sino porque hace tanto tiempo ya que lo estrenó que ahora, dice ella cosa que yo no comparto, no está para llevar ese escotazo "palabra de honor". Cerveza de barril con exóticos y riquísimos platos es una combinación difícil, pero mi amigo Pepo sabía que yo, si no es con cerveza no ceno... Con un barril creo que tendré suficiente para la cena, sino, siempre se pueden sacar unas litronas...
¡Hasta el lunes!, querido diario.
P.D.: Terminé en 30:11 para 7.500 mts. y el Capitán unos diez segundos más, pero suficientes para que sólo viera mi espalda. De todas formas no estaría de más, siendo ahora un reputado corredor, que de vez en cuando y sin que sirva de costumbre, tirara un poquico del grupo, ¡ya está bien de chuparme la sangre y después intentar ganarme!...jajajajajaj

lunes, 13 de agosto de 2007

En Agramón comenzó el despegue hacia la más absoluta de la incompetencia Triatlética

Pues finalizó el fin de semana. Ha sido duro pero hemos sobrevivido. Cuando la prueba es el sábado por la tarde me fastidia bastante el fin de semana. Me tengo que cuidar, no mucho pues como se me ve en las fotos me he puesto “de buen año”. Como dice mi entrenador, “me he preñao”. Así que el viernes no lo puedo exprimir. El sábado por la mañana tampoco puedo salir a tomar el aperitivo y lo paso entre tareas domésticas y preparando el material para la prueba que se trate.
A las cuatro quedamos Stani y yo en casa para junto con nuestras santas

¡Por aquí me ando!. ¡Vaya espaldas de nadador que tengo!


irnos para Agramón. Pusimos las chinas encima de la baca y para Albacete. A las cinco estábamos recogiendo los dorsales y tras dejar la gorra y las zapatillas en el box nos dirigimos al embalse. El secreto de esta carrera está en dejar el coche a la orilla de la carretera para que en cuanto den la salida del agua poder salir dirección al pueblo y ver a los ciclistas pasar y luego la carrera pie. Mi santa y Mariló (fotografa) salieron pitando con el coche enseguidica, no sin antes hacer unas foticos en donde se nos veía la panza que habíamos echado y que seguramente no perderemos hasta el mes de octubre o noviembre, que la vida está mu mala… Las lorzas están sólidamente asentadas en nuestras barrigas cerveceras pero como ya estamos casaos nos hemos dejao un poco, total ya nadie nos mira…

Las chinas fueron la envidia de los boxes y luego al final de la carrera hicimos el Stani y yo un corro de triatletas, todo el mundo pregunta precio, tocaba nuestras chinas y admiraba nuestra adquisición por su baratura.
La natación fue en el pantano de Camarillas a una vuelta. Primero teníamos que ir a la boya que estaba completamente al otro lado de embalse. En cuantico que me explicaron como era me entró un yuyu… Nadar en el embalse, sin ver el fondo y con las historias que salen fin de semana si, fin de semana también de ahogados en los pantanos al enredarse en los fangos del fondo me pusieron nerviosísimo. Todo el mundo salió desde dentro del agua. Como no tenía prisa cuando salió todo el mundo me metí y comencé a nadar hacia el abismo. Al ratico me tocaron los pies y tragué un buen montón de agua. Me paré y me vi en medio del lago y me volvió a entrar un ataque de pánico. Me puse a nadar con mi mejor estilo perruno, siendo la envidia del contorno. Pensé en volverme, pero me di cuenta que estaba igual de lejos de una orilla que de la otra, así que me dirigí hacia la boya más lejana con la idea de que si seguía con tanto miedo salirme por el otro lado. Al llegar a la boya el río hacía corriente y el agua estaba algo más fresca. Eso debió ser lo que aclaró las ideas. Decidí seguir hasta la segunda boya y salir por esa parte del embalse y así no tener que darle toda la vuelta. Una vez que había llegado hasta allí, pensé en nadar cerca de la orilla, haciendo algunos metros de más pero mucho más seguro y entonces ya empecé a nadar mejor, incluso adelanté a algunos competidores. Como siempre comenzaba el triatlón con la gran cagada de la natación. No llevaba reloj, mejor así no sabía cuanto tiempo llevaba ya perdido…
Al salir del agua vi que aún quedaban algunas zapatillas en la alfombra. Me puse las mías y ya en la primera cuesta adelanté a dos triatletas. Entré en boxes, me puse las zapatillas de ciclimo, el casco, las gafas y la china. Con el con el 36 y el 25 me dispuse a afrontar el primer kilómetro de terrorífica subida. Enseguida pensé que me iría bien pues pasé a otros dos ciclistas en las duras rampas. Pronto comencé a alcanzar ciclistas y a pasarlos como un rayo, tanto apreté que al volver hacia Agramón ya iba en una larga hilera, ¡qué gusto da ver que estás en la carrera! y no como en Jumilla que cuando salí a correr creí que me había equivocado de ruta pues no vi a nadie. Las transiciones de nuevo fueron patéticas. En los dos últimos kilómetros adelante a cuatro participantes que salieron a correr antes que yo… La carrera a pie fue nada más que regular. No fue mala pero al final de la primera vuelta iba algo tocado. En la segunda me animé un poquillo más. Como resumen diremos que no se dio mal la prueba. Stani me volvió a dar una buena tunda, pero cada vez está más cerca así que debe atarse los machos.
En cifras diremos que en la natación tardé 20:26, podría haber sido peor. De los 188 que llegaron a meta hice el 179. La bici ya fue algo mejor. Mi cuentakilómetros me dice que marque 40:23 para 21 km. 700 mts. añadiéndoles las transiciones se fue a 45:26, el puesto 112 por tiempos. A pie 19:30 para cinco kilómetros con el puesto 56 por tiempos. La clasificación final fue 139 a sólo cinco minutos de Stani, así que ya falta menos.
En las fotos se nos ve gordos, pero no creáis que es un espejismo, estamos tremendamente obesos y lo que es peor, sin vías de reparación…
En instantánea que salimos en plan gay con todo el pelo al aire, el del pecho es el único que nos queda, no es que estemos enfadaos con la cámara es que estamos apretando la barriga sin respirar pa meter la panza y la fotógrafa estaba empeñada en soltáramos el aire pa sacar la tripa en el foto.
Hasta mañana, querido diario

viernes, 10 de agosto de 2007

Es tan fácil entrenarme que me llegan las ofertas a raudales...


Soy un corredor tan estupendo, un triatleta tan fantástico que entrenarme es facilísimo. El otro día mí coach, que tiene unas cosas conmigo que no se como llamarlas, me envía un e-mail. “Garban, me escribe, que no me has dicho que objetivos tienes para el año que viene, ¿qué deseas ¿, ¿a qué aspiras?”. Inmediatamente le contesté.
Admirado, querido y siempre bien valorado entrenador:
Desearía estar en la línea de salida del Cto. de España de Triatlón por grupos de edad con serias aspiraciones de lograr un buen puesto. También desearía dejar mi marca en maratón lo más cerca posible de las tres horas y quince minutos. No dejo de anhelar el repetir mi marca de una hora veinticuatro en la media. Todo esto como objetivos primarios. Como secundarios, hacer una buena temporada de duatlón y estar entre los primeros doscientos en la media maratón de Orihuela.
Un efectuoso abrazo de éste que lo es, tu humilde siervo,
Garbanzito.
Mi entrenador que es un pedazo de pan y siempre está dispuesto a dejarlo todo con tal de satisfacer mis dudas y necesidades me contestó inmediatamente.
Estimado Garban:
La carta a los Reyes Magos ha de escribirse en Diciembre, pero no dudes que guardaré ésta para, en su momento, reenviársela a Baltasar, ¿o prefieres a Gaspar?.
Ni siquiera un beso o un simple afectuoso saludo me adjunto.
Su falta de cariño fue lo que me espoleó a recontestar su contestación.
Mi amado entrenador:
Visto que confías tan poco en mis posibilidades, me plantearé de nuevo los objetivos. En los próximos días recibirás respuesta.
Adiós…
La despedida fue breve, concisa, fría. Esto debió alertarlo y de nuevo se dispuso a contrarreplicar mi réplica.
Colérico Garban:
No pongas en mi boca algo que no he dicho. Confío plenamente en tus posibilidades, en lo que no confío nada de nada es en tu actitud. Nos has demostrado sobradamente tu especial habilidad para no dar un palo al agua y encontrar una excusa que no sólo justifique tu injustificable forma de proceder, sino que haga que todos te tengamos en un altar por se víctima de continuas y arrasadoras plagas que hacen tu vida más triste y difícil que la de la protagonista de la telenovela de turno.
Así que si no quieres ninguna explicación más, espero tu respuesta en cuanto a lo primero por mi inquirido. De lo demás…, dejaremos que siga flotando como sino no se hubiera dicho, para que no se enturbie nuestra relación.
Tuyo que lo es…
No voy a decir que no me dolió, querido diario, me dolió, así que medité seriamente cual iba a ser mi contestación.
A los pocos días le envié la siguiente misiva.
Mi cielo de entrenador:
Ya tengo claro que es lo que voy a hacer la próxima temporada. Mi gusto sería poder competir todas las semanas que hubiera carrera a pie, duatlón o triatlón. Esta temporada, con la cabezonería de ser hombre de hierro, no he ido a ninguna carrera y ya sabes tú que mi principal ambición es arrastrar mi nombre por la última página de las clasificaciones de cada una de las carreras en las que participo.
Por otra parte como objetivos principales señalaremos: correr un triatlón o dos de distancia B, Elche y Zarautz, podrían ser buenas pruebas. Participar en la maratón de Valencia es otro objetivo.
Como se que esto será muy fácil de planificar para ti y estoy por la labor de molestar todo lo posible me gustaría respetases las siguientes pautas de entrenamiento:
No quiero hacer series.
No quiero subir a la pista
No quiero nadar más de dos mil metros diarios
No quiero tener que hacer técnica de natación, me aburre mucho.
No quiero entrenar los lunes por la tarde
No quiero tener salidas en bicicleta de más de ochenta kilómetros.
Si quiero hacer farlek los martes
Si quiero hacer pirámides los jueves
Si quiero hacer rodajes los miércoles
Si quiero nadar los viernes
Si quiero hacer transiciones los sábados
Si quiero competir todos los domingos.
Tu más fiel admirador y venerador del suelo donde pisas.
Garban
Tardó días en contestar pero ya he recibido respuesta. No fue otra que la siguiente.
Refulgente Garban:
Me lo has puesto difícil, pero como tu sabes mi principal misión en la vida es hacerte feliz a ti. Tras meditar mucho he encontrado una planificación que se acopla perfectamente a tus exigencias y me deja a mí con la tranquilidad de que siguiéndola podrás alcanzar todos los objetivos señalados.
Te adjunto una hoja cuadriculada. En la primera línea pones el mes y el año en el que te encuentres. Acuérdate de cambiarlo cada vez que comiences una. Debajo en los cuadros que hay a la izquierda pones el día del mes que corra. Recuerda, un número, el uno, el dos y así sucesivamente, no me pongas lunes, martes, etc. ese dato no es interesante. Piensa que si llegaras algún mes al 32, 33 o superiores es que se te ha olvidado cambiar de hoja. Todas las casillas que estén por encima de 31 seguro que pertenecen al mes siguiente, cópialas en la hoja nueva, en esa que pusiste un mes nuevo… Recuérdalo, es muy importante. A la derecha del numerico, ojo ponlo en numeros reales, no lo pongas en romanos que seguramente cuando llegues al treinta se te hará pesado de escribir treinta palotes, o incluso podrías escribir de menos… por ejemplo: IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII. Una vez que tienes todo claro escribe, como te indico, a la derecha del número el entrenamiento, que a tu entender, deberías haber hecho. A continuación de éste, escribe lo que realmente has realizado. Si el realizado es tan ruin y poco profesional que te avergüence escribirlo, no te preocupes, ¡miente!. Escribe aquello que te llene de orgullo, satisfaga tu ego y te ponga ante mí como uno de los mejores y más serios atletas que tengo en mi lista de pupilos. A estos entrenamientos que pongas inventados, por favor, ponle un asterisco al lado para que podamos catalogarlo dentro del diario de entrenos, como invisible… Sabes sobradamente que el entrenamiento invisible es muy importante para cualquier deportista. No olvides, mensualmente, enviarme este documento, básico para poder evaluar tu progresión, si milagrosamente la hubiera. En caso de que no progreses, sabes que me tienes a tu disposición las cuarenta y ocho horas del día para contarme cuitas, milongas, penas y demás zarandajas que a los atletas os gusta contar a vuestros entrenadores para que una vez analizadas, pensemos que si después de hacer todo lo que me dices y tener esas sensaciones, si no llegan las marcas es, sin duda, porque un espíritu maligno te ha poseído y es el mismo dios que impide que tú con tu gran espíritu de sacrificio no logres los éxitos merecidos.
Ya sabes Garban, no dejes de cumplir este plan de trabajo que con tanto entusiasmo, estudio y trabajo te he elaborado. Y por favor, si algo saliera mal, “¡Echame a mí, la culpa de lo que pase…!”, como dice el bolero.
Afirmándote que nuestro amor es recíproco y único, tuyo que lo es
Tu Coach.
Ahora si que estoy contento, no hay nada como dialogar para que dos personas lleguemos a entendernos y más si los dos tenemos el mismo objetivo, el rendimiento máximo de mi curtido y atlético cuerpo.
¡Hasta la próxima, querido diario!
P.D.: He estado repasando lo de la Media de Hellín, el objetivo no era una hora treinta minutos, sino una hora treinta y cinco minutos. Al final salieron 1:38:28, que creo que es la mejor marca en la corta historia atlética del Pablico. Recuerdo que me decía: ¡Garban, por favor, déjame morir aquí, no me empujes más!, pero yo, que soy un inconsciente no cesaba de empujar. ¡Paberlo matao!. ¡Qué buenos ratos!, aunque a Pablo le dolieron las piernas un mes...

jueves, 9 de agosto de 2007

El Parchís, ese objeto de deseo...

De ahora en adelante tendré que ser cauto. Se acabó el “novelar” las historias, ha aparecido “mi santa” y ella es toda pragmatismo. Ha finalizado mi etapa de “cuenta cuentos” y pasaré a ser “cronista oficial” de los aconteceres diarios.
Mi casa es como el dysneilandia del parchís. En cuanto me ablando se monta un tugurio de juego. El tablero tiene las mismas dimensiones que una tele de 22 pulgadas. Es por hacernos una idea más parecido a una pantalla de cine de verano que a un juego de mesa. Mi santa intenta liarme para que juegue, por su puesto en su contra. Tenerme en contra es un valor seguro para su victoria. Mi poca pericia para ese juego, hábilmente mezclada con un soberano desinterés, me marca como firme candidato a perder el prestigio y los dineros… Una partida de parchís en casa, es una manera de financiar el tabaco a mi señora. La nenica lanza el dado y le sale un seis en la mano que se tira para ver quien sale. Seguidamente lanza un cinco y pone dos fichas sobre el tablero de juego en la salida y a continuación dos seises más con lo que me mata en la siguiente, se cuenta veinte, se como la ficha de mi compañero, se cuanta otras veinte y mete la ficha en su “casa”. Ha tirado dos veces se ha ganado tres euros por los tres mates, aquí se juega duro y ha metido una ficha en “su casa”. Los demás miramos y pagamos con cara de resignación. Esperamos pacientemente a que ella juegue sus fichas y las nuestras y nos indique, con gran amabilidad, donde podemos poner cada ficha antes de que nosotros hayamos podido, si quiera saber, que número nos muestra el dado.
He perdido todo el interés por el parchís. Directamente cuando propone jugar una partida le doy cinco euros y me quito del marrón. Seguidamente y para que no se me aburra voy a casa de una vecina o llamo a algún familiar con la excusa de que la “santica” se encuentra enferma y cuando consigo que vengan las siento a la mesa para que mi nenica tenga su partidica… Mientras procuro ponerme el mp3 y alejarme lo máximo posible del lugar de juego, aunque eso es una quimera, sólo juega ella… De esa manera evito escuchar las conversaciones que siempre se desarrollan sobre temas tan entretenidos como por ejemplo, cuando se murió la “agüela” o si el primo de Ronda, ese que era Capitán de Fragata, pero a quien nadie vio nunca en un barco, era mayor que la prima de Ayamonte, la que tenía la cuadra de caballos que su padre era veterinario de la Yeguada Militar… En esos momentos es cuando más disfruto pues mientras que todo el mundo se rompe la sesera acordándose de tan lejanos y espinosos referentes familiares, mi santa juega con las dieciséis fichas del parchís moviéndolas todas como si de las suyas se tratara y dejando para los otros tres participantes en la partida el único e indelegable placer de mover el cubilete con movimientos rítmicos y taquicárdicos. La nenica se apuesta las más descabelladas cosas a que al final la “agüela” se murió el año que ella dijo y que la prima era mayor. Lo curioso del caso es que es capaz de sopesar todas las posibilidades de sus contrincantes en décimas de segundo y elegir la más favorable para ellos y encima ganarles los cuartos. Por supuesto, si la santa dice que la agüela murió en el 1578 es del todo cierto y que la prima era mayor, por supuesto. En casa jugar al parchís es como releer un libro que ya habías leído, recuerdas pequeños detalles que olvidaste, pero sabes sobradamente el final. Mi santa gana…
Estoy leyendo mi plan de entrenamiento de este mes. Tengo que nadar al menos tres días a la semana y me han cerrado la piscina. Estoy muy mayor para volver a coger el coche e ir en busca de alguna donde los bañistas no se me crucen cada dos metros por delante. Seguramente pasaré de nadar y ya volveré en septiembre, a fin de cuentas no me quedan más que uno o dos triatlones por hacer y no pasa nada si tardo dos minutos más o menos. Lo que si estoy haciendo es ir al spining. El Capitán Bajoca y yo hemos hecho el firme propósito de enterarnos a que hora dan la sesión las macizas que conocí este invierno. De momento ya llevamos diez sesiones y sólo hemos tenido como monitores a dos tíos que están encantados con nuestra presencia pues somos los únicos usuarios de menos de 60 años y que podemos seguir el ritmo de la canción. Creo que están pensando poner boleros y tangos para amenizar el ejercicio.
El sábado iremos a Agramón, si mi santa quiere acompañarme que me tiene castigado con su ausencia por un pequeño desliz que cometí el viernes pasado, una minucia, nada que merezca ser reseñado en este pequeño y querido diario. Me he dado cuenta que también en el plan hay un montón de bici los días de fiesta, pero es que los días de fiesta hay carreras en todos los pueblos de la región y me apetece ir a correr a ellas un montón. De momento el calendario en donde espero liar a Stani y al Capitán es: El quince Popular de Librilla (7500 mts.). El 22 Nocturna de Las Torres de Cotillas (5.600 mts.). El 25 VII Charca Grande de Totana (10000 mts.), si mientas sale alguna más pues se hará, por supuesto sin que me coach se entere… jajajajaja.
Esta semana hemos doblado casi todos los días. La búsqueda de la monitora de spining y luego por la tarde un rodaje, farlek o lo que tocara por los alrededores de Los Cuadros.
Ya veremos como se desarrolla el fin de semana, querido diario.


P.D.: Foto Histórica. FBali, Garbanzito y PabloBall, con su novia en la Media de Hellín en donde un servidor y Pablo creyendo que era llana, ¡vaya pedazo de cuestas tenía!, intentamos que el segundo hiciera una hora treinta. Tenía tres vueltas el circuito y estuve empujando al bueno de Pablo desde la segunda al final, 14 kilómetros. Al final creo que no lo logramos pero por muy poco tiempo. Voy a ver si encuentro el tiempo y lo pongo.

martes, 7 de agosto de 2007

Toda la verdad










Gracias a la magnífica y abnegada fotógrafa (Mariló) hay imágenes de la Subida al Santuario de Sta. María Magdalena, ¡dios mío, qué nombre tan largo para una carrera!. Como se puede ver en las fotos el Capitán un poco más y muere en el empeño de que no lo pillara. Yo, en cambio, sin forzar, con prestancia, elegancia y “fasilidad” como los grandes campeones.
Ya tengo las clasificaciones de Jumilla. La natación como lo esperaba, 18 minutos son muchos pero son menos que los 24 largos que hice en el mes de septiembre, también es cierto que entonces no llevaba las centenas de kilómetros que ahora… Bueno, quien no se consuela es porque no quiere. La bici es engañosa. El tiempo de las dos transiciones están metidos en ella. Así que habiendo manifestado que ambas fueron penosas el tiempo total aumenta. Mis sensaciones fueron buenas y el tiempo de 48 minutos me parecen excesivo, no se… el tiempo final está bien, así que igual es que me pareció que iba rápido pero iba a paso tortuga… La carrera a pata está flojilla pero es porque la segunda vuelta fui muy lento escoltando a mi compañera. Dejo fotos de la carrera del sábado y la clasificación del domingo.
Un triatlón en piscina no es más que una carrera por tandas. Se dividen los nadadores por tiempos homogéneos y se reparten en las seis, ocho o nueve calles que tiene la piscina. Antes de salir los nadadores de cada calle se ponen deacuerdo para llevar un orden de salida. El más rápìdo primero, el segundo y así sucesivamente. Se trata de que el primero no frene al segundo y siguientes. Es igual que cuando se entrena en la piscina, el doblado se jode y toda la fila se pasa por encima. En las calles donde se encuentra la "vil canalla", nadie molesta a nadie, pues excepto a mí nadie se dobla... y como yo soy tan caballeroso cuando van a pasarme y me dan el pie, es la forma de avisar, me paro en un laíco hasta que pasen... En Murcia, con tanto mar es la única forma que haya triatlón en verano. La Guardia Civil no deja que cortemos ni un metro de carretera del 15 de junio al 1 de septiembre...








lunes, 6 de agosto de 2007

Capitan Bajoca 2, Garbanzito 0. En Jumilla sin agua hubiera ido mejor...



El jueves, el trío calabera, “special force”, Capitán Bajoca y un servidor nos fuimos a hacer el recorrido largo, adjuntaré mapa de google que ahora que tengo un gps me entretiene mucho. Son doce kilómetros escasos pero duros ya que tienen fuertes desniveles. Lo que más me gusta del recorrido es que es por el Coto de Los Cuadros. Ahora no hay ni un alma, excepto los que van en parejas para hacer cosas que son muy incómodas de realizar en el coche y más con “la pelá” que está cayendo. Al regreso nos encontramos con Stani. Le preguntamos si es que había venido a hacer cochinadas. Nos dio una explicación increíble, ¡qué estaba entrenando!, ¿quién se va a creer eso?. Dejamos apalabrada la salida del sábado para las cinco y media. La carrera comenzaba a las siete y media, una hora para llegar y un ratico para hablar con los colegas y demás.
El viernes lo dediqué a los trabajos normales de cualquier viernes, tomar el aperitivo, pasear con la santa y descansar para el sábado.
Por la mañana el sábado lo dediqué a mi secreta afición de “pornochacha”. Dejé la planta de abajo más limpia que el jaspe. Fue más que una actuación limpiadora, la creación de una sinfonía de la limpieza, un trabajo de gran belleza, excelso esplendor y magnifica prestancia. ¡Lastima que dure la casa tan poco tiempo limpia!, seguramente tendré que volver a escribir, en este caso será una pequeña oda, durante la semana.
A las cinco y media se puso en marcha la caravana de los atletas sin glamour. En un coche Stani con su nenica y su padre, en otro el Capitán, mi papaíco y yo. Al pasar por Orihuela recogimos a nuestro coach, que esta vez, como ya somos hombres de hierro, si se quiso venir con nosotros. Hasta ahora nos había hecho prometer que no le diríamos a nadie que nuestro entrenador era él. Por lo visto no quería que su prestigio cayera en picado sabiéndose que nosotros pertenecíamos a su cuadra.
Cogimos los dorsales. La primera vez que fui a correr esta carrera no habíamos más de trescientos corredores, el sábado cerca de 1.400 estábamos dispuestos a tomar la salida. No hacía demasiado calor, era raro, siempre hace mucho calor en esa pista de atletismo. Estuvimos Stani, el Capitán y yo calentando, saludando amigos y conocidos, habituales de las carreras populares y de ésta en particular.
Esta subida es una de las que más me gusta correr, pero desde hace algún tiempo por unas cosas o por otras, nunca he estado en disposición de mejorar mis marcas en ella. El sábado era el puto triatlón del domingo el que me impedía salir a tope. Nos pusimos un poco más atrás del lugar que nos correspondía. Mi hermano quería ir más adelante, pero yo me hacía el sueco. Si me pongo a correr desde el principio, el nenico me va a sacar los ojos y seguro que mañana lo pago… Eso es “no comer, por ya haber comido”, una tontería. Total que dan la salida y aquello no se pone en marcha… Mucha gente no está donde le corresponde y la pista se ha quedado algo estrecha para tantos. Tardamos un poco en ponernos en marcha y fui sorteando corredores hasta que encontramos un lugar con espacio para correr. El capitán y Stani detrás. Pasamos el primer kilómetro, esta vez si llevaba crono aunque sólo lo miré esta vez en algo más de cinco minutos, pero sólo unos pocos segundos. ¡Menos mal, no nos hemos ido a cinco treinta o seis y no tendremos que pegarnos otra paliza para decorar un poco la marca!. Pongo ritmo de crucero y me siguen mis escuderos… Mi hermanico que está por ganarme en todas las carreras que pueda y está aprendiendo mucho en los últimos tiempos, se da cuenta que llevamos el ritmo que me conviene a mí, fluido pero distendido, sabe que si llegamos a lo alto del Castillo a ese ritmo a la vuelta lo pondré lo más cerca que pueda de a cuatro el kilómetro y le dejaré sin fondo para seguirme, así que aprieta y se va unos metros hacia delante. ¡Joder, ya empezamos con ganas de fastidiarme!, reflexiono y prefiero esperar, no quiero llegar demasiado sufrido a lo alto, que mañana tengo otra… Stani, que es un pardillo, tras corretear conmigo unos metros se anima y decide que no va a seguir “con el viejo” así que sale en busca de mi hermano… Bueno, los controlaré a distancia. El Capitán sigue tirando cuesta arriba y Stani se queda en medio. Yo espero. Llegamos a lo alto y el más cercano estaba a unos quinientos metros, el otro se me había ido bastante, ¡el cabrón del capitán está tirando a muerte!, pensé, ¡tiene verdadera intención de volverme a ganar!. Abajo empieza otra carrera, siete kilómetros entre llanos y cuesta abajo que me animan a correr sabiendo que las piernas no estarán demasiado resentidas al día siguiente. Stani va “acercándose” a mí y a lo lejos veo al Capitán que también se acerca. Este está luchando duro, pues me está costando… En dos kilómetros aparece “El nene de Monteagudo” a mi lado. Le pregunto por su rodilla, me dice que está bien, entonces es una pequeña crisis pensé. Lo dejo y me voy a ritmo a por mi hermano, me quedan dos kilómetros para entrar en el pueblo, si lo pillo a la entrada el chiquillo no podrá aguantar mi ritmo, pero si entra al pueblo, será imposible pillarlo pues el ánimo de la gente y el estar tan cerca de la meta lo empujarán hasta el final. En un momento lo veo y creo que le daré alcance, pero a él le viene una cuesta abajo y yo voy subiendo, si da la curva y entra ya no lo volveré a ver hasta la meta. El tío pinchao y todo se resiste, y llega al los lugares donde se callejea. Desisto, no merece la pena darme un palizón para pillarlo en el mejor de los casos en la misma pista de atletismo, este verano, dos a cero a favor del Capitán Bajoca. En meta me sacó un minuto. ¡Qué vamos a hacer!. No queda más remedio que felicitarle… ¡Pero me vengaré!.
El domingo comenzó temprano. A las seis y media todo el mundo de pié para comenzar los preparativos. Mi zagal mayor, es que fue subcampeón de España y yo vamos a competir. Competir es una expresión pues ni él ni yo estamos en disposición de disputar un triatlón con nadie, nuestra única intención es terminarlo y pasarlo lo mejor posible. El pequeño iba de juez. A las ocho menos cuarto en camino y al cabo de una hora en el destino. Este triatlón es un poco especial. La organización pone mucho entusiasmo aunque no siempre con demasiado acierto asociado. Recogemos las bolsas, lo único interesante es el gorro, que es de latex y la camiseta que, aunque de algodón, no llega a ser la más horrorosa de la temporada, por lo demás, muchos folletos turísticos. A Pablo lo han puesto en la piscina a cronometrar. Me han asignado la calle 1. El que pusiera en la inscripción que pensaba que podría tardar 24 minutos en finalizar los 750 mts. tiene mucho que ver con ello. Allí estábamos los peores nadadores del universo, más un cadete despistao que no se había dado cuenta de que tenía que decir un tiempo de referencia y lo empaquetaron con la vil morralla. Nos organizamos. El cadete el primero, después un chico que hace travesías y que venía a acompañar a una chica y no tenía prisa por salir, pues la zagalica no nada demasiado… (lo que hace el amor). Después un veterano de Elda, tras él mi amigo lorquino, a continuación el güiri más simpatíco de Aguilas y luego yo. Pretendían que saliera delante, como soy hombre de hierro. Me callé, cuando den la salida, ya me podré yo donde quiera. Dan el silbido y se pone en marcha la romería. Como nado peor que nadie pero soy más listo que ellos me quedo el último y les rompo toda la estrategia… Cuando llevo cuatrocientos metros, pierdo la cuenta, mucho antes ya había perdido los pies de mi predecesor. Cuando llego a quinientos me doy cuenta de que estoy nadando con el culo… No estiraba el brazo, no hacía palanca, un año de entrenamientos y lo olvido todo en cuanto pegan el tiro… ¡Seré cebollo!. Por suerte, aunque con dudas, llevaba la cuenta bien, cuando espero que me digan ¡última vuelta!, me lo dicen… Termino y aún quedaban dos o tres personas en la piscina, ¡esta vez no he sido el último, pero me faltó poco!. Me voy a por la bici. ¡Es desolador llegar a boxes y encontrarte con que no hay nadie!, No hay grupo, no hay ni gente, pues todos están en la carretera esperando que pase la cabeza de carrera. Cuando salgo pregunto en plan de coña a Antonio, el delegado técnico de la prueba, ¿voy en cabeza?, y me responde, “¡No, pero si te esperas un poco lo irás, están a punto de llegar!. ¡Coño ya tengo la presión de que no me doblen en medio del pueblo donde todo el mundo te ve… La china responde y las piernas también. La primera parte es en ligero descenso pero pega el aire de cara… Llego al cono de vuelta y allí me pasa la moto que abre la prueba. El motorista es Angel Lencina , triatleta y amigo. Le pregunto, los que me van a cazar es la cabeza de carrera ¿verdad?. ¡Sí!, me contesta. ¡Menos mal, si llega a ser uno de los que quedaban en la piscina, me pego un tiro! Me pasan, no van muy fuerte, pero como soy un tío legal les dejo que se vayan un poco y no me meto en el grupo. La gente se mete en un grupo habiendo sido doblada con una frescura inusitada, se creen que porque se pueda ir a rueda vale todo… Voy pasando gente, fundamentalmente chicas y algún chico, pero pocos. Es lo desesperante de los sprint, si no nadas, nada de lo que hagas después te lleva a ninguna parte. Es tan grande el abismo entre tú y los otros que nunca coges a nadie. En la segunda vuelta me pasan los veteranos buenos, en cabeza sólo iban cadetes. Alfaraz me anima pero me pasa como un tiro en un grupo de tres o cuatro componentes. Esta rueda era más fuerte que la anterior, pero si no me he metido a rueda de los primeros, menos aún lo iba a hacer de éstos. Sigo cogiendo chicas. Voy a comenzar la última vuelta y la cabeza de carrera femenina se acerca. Lo intuyo cuando oigo de nuevo una moto. Podría haberme pegado un calentón y que no me pasaran pero no merece la pena, quedan ochocientos metros para el giro y todo el mundo iba a ver como me esforzaba para que no ocurriera eso. ¡Paso, prefiero que piensen que no me importa!. Llega la chica y a su rueda otra que yo había pasado antes. Cuando estamos llegando al giro, la tramposa se descuelga para que no la vean los jueces. La alcanzo y le digo que aunque no la vean los jueces, ella y yo sabemos que es una “puta tramposa”, la nena se enfada, no se si por lo de puta o lo de tramposa, pero me joden mucho estas cosas. La dejo y sigo a lo mío. Se acaba la vuelta y me voy a bajar de la bici. La última chica que pasé en la bici llega a boxes y yo aún estoy poniéndome las zapatillas, ¡qué desastre de transición!, tampoco podía ser de otra manera, nunca la he entrenado, así que cualquier otro resultado hubiera sido otro milagro de San Cucufato. Se va y sigo intentando meterme las zapatillas. Al salir mi crío, el juez, me dice: “Papa, ¿has estado haciéndote las uñas en boxes?, ¡has tardado una eternidad… ¡Yo también te quiero!, le contesté. Comienzo a correr y cojo a la chica de la transición. Adelanto a varios más pero todos llevan una vuelta más que yo. Al comienzo de la segunda me cruzo con Rebeca. Una cadete que está con nosotros desde bien pequeñica. La chica va mal y creo que está en puestos de dinero. Por detrás viene otra cría con ganas de pasarla y que se le acerca peligrosamente. Me quedo con ella. Le voy dando la brasa toda la segunda vuelta, diciéndole que va bien, que me siga, que no la va a pillar, en fín, todas las mentiras que se dicen cuando se trata de sacar a alguien lo mejor de sí. Llegamos al final de la segunda vuelta, aún queda otra y creo que es el momento de dejarla tranquila, ha vuelto a recuperar terreno respecto a su perseguidora y no creo que ya pueda alcanzarla. Tampoco quiero abusar de llevarla demasiado rápido y que la pobre chiquilla tenga, como el Stani, “un trastorno”. Paso a otro corredor pero ya estoy lejos de los que me preceden así que, sin objetivos, opto por relajarme y terminar. Al llegar a meta pregunté el tiempo y me dijeron que hice una hora veintiocho minutos, ¡la próxima vez será! El sábado a Agramón, ya veremos si soy capaz de concentrarme y nadar un poco mejor…

jueves, 2 de agosto de 2007

Uff, Subida al Santuario en Novelda y Triatlón de Jumilla, igual es mucho
































Cada semana es un mundo. La pasada fue de fiesta y desenfreno. Jueves cena con las compañeras y maridos de mi santa. Viernes San Cucufato, sábado cena con “toel” que se presentó allí… Así que el domingo no pudo ser. El domingo a las siete me desperté y lo primero que recordé fue que Stani se había bajado de la moto, el Capitán Bajoca tampoco venía y que tenía que soplarme a solanas la salida en bici y en contra de lo que suele ser costumbre me dije: “¡Pos va a ser que no!” y me quedé acostado, sólo hasta las nueve. La cama sólo tiene dos usos y como el de dormir ya lo había cumplido y del otro no se “estila” pues me levanté a rondar por la casa como alma en pena. En un principio tuve la idea de comenzar a limpiar compulsivamente, como suelo hacerlo. Enseguida reflexioné y dije: “¡Si no estoy para ir en bici, “pá” limpiar menos!, y me lancé en busca de un sitio junto a la piscina donde rascarme la barriga hasta hacerme sangre. Allí, entre quinto y quinto, volví a lo que era lo cotidiano este fin de semana, ponerme morao a cerveza y panchitos…
El lunes de nuevo al vil trabajo aderezado con un rato en la piscina nadando, en la de 25 mts. no en la charca que tengo en casa, en la que intuyo que alcancé la bonita cifra de unos 2000 mts. mientras que mi alumno más aventajado, el pobre se ahogará como siga mis consejos, el Capitán Bajoca se plantó en unos 1000. En el agua no me quiero agobiar y ni cuento las vueltas que doy, estoy de pareta en pareta y cuando me canso miro el reloj, si llevo más de cuarenta minutos me largo a otra cosa y si no espero hasta que llegue a ese tiempo. Por la tarde un rodaje de ocho kilómetros por los alrededores de casa, entre limoneros, monte, esparto y romero… A estas rondas se ha apuntado mi amigo Antonio. Un curtido “special force” que nos acompaña y hace que las tediosas tardes que quedan tras el entreno se hagan más amenas. Así que esta semana somos tres.
El martes fue el último día que abrieron la piscina, así que aprovechamos y de nuevo el Capitán y yo nos lanzamos ¡Al agua patos!, por la tarde no apareció, el cabroncete se está comprando casa, tiene más perras que lo toreros, y anda liado entre negociaciones y cabreos con el vendedor. Esta vez Antonio y yo llegamos hasta Los Cuadros. ¡Qué puta diferencia!. Hace escasamente dos meses, lo que antes hacía en una hora, ese día tardamos setenta minutos… Mi santa y algunas más del lugar han montado una peña de “¡Puesta en forma por prescripción facultativa!”, es decir, se pusieron los biquinis y le aparecieron las teticas por fuera de las copas de la parte de arriba, así que todas se han juramentado para que antes del día quince, sus turgentes senos vuelvan a tener la medida adecuada para que sean cubiertos por los bikinis de la talla del año pasado… Van andado por la misma ruta que nosotros pero en sentido contrario. El juego es ir cada vez más deprisa para así cruzarnos cada vez más cerca de su salida. El caso es que son tan ingenuas que creen que cada día van más lentas y no se dan cuenta que somos nosotros que para hacerle la puñeta cada vez vamos más rápidos. Al saludo: “¡Vaya cuerpos pá un coche de bomberos!” ellas nos responden, unas veces con la indiferencia más dolorosa o con un indecoroso en “señoras que son”: “¡Veros a la mierda!”.
El miércoles sin piscina optamos el Capitán y una servidora por el spinning. Quien haya leído la vida y milagros de “IMvencible”, sabrá que lo bueno de este deporte, que no es sustitutorio de la bici, es que las monitoras están “más apretás que el tornillo de un submarino” y por eso me hice un fan casi maniático. Apareció un zagalico muy simpático, pero un zagalico a fin de cuentas, que nos quitó todo el interés por la clase. Como ejercicio físico fue magnífico, pero como ejercicio visual o estimulador de los sentidos fue decepcionante. Decidimos que vamos a ir, a partir del lunes, todos los días hasta que demos con el horario de sesiones de las “nenas bollicao” y pasamos de este tipo que nos cansa un montón y encima no nos pone nada de nada. Por la tarde, de nuevo el Capitán Bajoca se dio de baja. El dice que fue porque tenía “cosas que hacer”. Yo creo que es como el del chisto, “porque usted y yo, querido doctor, sabemos lo que es un coito. ¡Qué sino diríamos que a mi señora se la están pasando por la piedra!. Pues eso, porque nosotros sabemos lo que quiere decir: “¡Tengo cosas que hacer!”, qué sino diríamos que el tío del spinning lo había dejado para el arrastre y más sabiendo, como yo le había dicho por la mañana, que por la tarde sería una sesión de calidad. Ayer miércoles por la tarde, otra la “special force” y yo. Al pobretico de Antonio le dí un tute de tres pares, pena me daba el ver como quería seguirme y perdía la “hiel” en el empeño. Se fajó como un “lejías” que es… Una mano de quintos fue reparadora para el chiquillo.
Hoy no ha llamado el Capitán, todavía tiene que tener las paticas como alambres del spining de ayer, así que me marché a arreglar una persiana de casa de mi papaíco. Esta tarde si aparece alguien haremos el recorrido largo hasta Los Cuadros, pero esta vez despacico, disfrutando del paisaje. Mi padre, que sabe que el primer fin de semana de Agosto se hace la subida al Santuario en Novelda, me ha preguntado por el plan del fin de semana. El hombre se aburre y cuando se viene con nosotros se entretiene dándonos referencias que no entendemos o ánimos del estilo: ¡Van seis mujeres delante vuestra!, ¿No os da vergüenza?. O de la animosidad que sigue: ¡Habéis perdido cuarenta puestos de esta vuelta a la anterior, estáis hechos unos mantas!. El caso es como tengo la cabeza como la tengo me inscribí a la subida y después me inscribí en el triatlón de Jumilla y cuando fui a darme cuenta, la primera era el sábado y el domingo el triatlón. Esta semana tengo empacho de competiciones pues cualquiera le dice a mi santa que voy a perder las perricas de la inscripción de alguna… Mi idea era ir a Novelda a darlo todo, más en sentido figurado que estricto, que uno no es ningún Etíope y llegar a Jumilla con espíritu lúdico. Mi santa, que no deja ni una competición sin antes pedirme pelos y señales de la estrategia que voy a seguir, con el doble objetivo de, por una parte criticarla y por otra poder decirme que no me salió nada como había planeado, no vió con buenos ojos el planteamiento. Me ha “ordenado” que a Novelda vaya de “tranqui” y que en Jumilla lo de todo, bueno el dinero que no lo dé, me dijo. La explicación es que, según su entender, todo un hombre de hierro no puede ir a arrastrarse a ese triatlón, con todos los demás triatletas de la región presentes. Mi santa me quiere tanto que se cree que yo soy el ombligo del mundo para todos. Tendré que explicarle algún día, que no, que sólo soy el centro de su universo, que los demás mortales pasan ampliamente de mí. Así que, como no tengo valor de incumplir sus deseos, al Santuario llegaré con mi hermanico el Capitán, con lo cual no será mucho el desgaste (¡jódete Capitán, vaya puyazo te he metío!) y en Jumilla intentaré no llegar el último a meta.
Mañana descansaré, lo que eufemísticamente quiere decir que me iré de cervecicas al medio día, para que el sábado pueda estar como una rosa…
¡Hasta pronto, querido diario!



P.D.: He puesto algunas fotos con solera... Se abre el concurso, ¿quién corre con chistera?