miércoles, 30 de diciembre de 2009

¿Navidad?... ¡Puagggg!

La Navidad para los solitarios es una mala época. La Navidad para los tristes, es una mala época. La Navidad, para los peleados con el mundo, es una mala época... Pero la Navidad, para los gordos, para los gordos es la peor noticia que se puede escuchar...


Aparece el primer anuncio de turrón, de cava, de perfumes y mi barriguica se pone a hacer fiestas como mis perros cuando escuchan el cacillo de la comida. Todo son reuniones (con manduca, por supuesto), cenas, comidas, aperitivos y demás saraos a los cuales, si no quieres parecer un insociable como dice de mí mi santa, debes de ir... Ya lo dijo don Quijote a Sancho en el libro más gordo que me leí en mi infancia, Don Quijote de la Mancha... "El hombre es fuego, la mujer estopa, viene el diablo y sopla"... Pues que un "bebedor social", un gordo por afición, un gordo irredento, es decir un sociópata de la sociopatía no puede permanecer inmóvil ante tanta comida, cerveza, alcohol y sonrisas sin meter la mano en todas ellas... ¡Menos en las sonrisas, por supuesto!.


Otra etapa del año que para los "enfermos" del comer es mala, malísima es el verano... Pero claro, eso es de otra manera... No es lo mismo engordar a base de tapicas y cervezas en la playa, con tus amigos antiguos o recién hechos en el chiringuito, con buen rollo, con ganas de chanza... No es lo mismo engordar junto a la piscina, con chicas con poca sesera y menos ropa... No es lo mismo que ponerse cebón de forma agradecida con gente a la que estimas, aunque sea por cinco segundos que... Me parezco a Alejandro Sanz cantando, "No es lo mismo ser que estar..."
Mira que no puedo, que voy a explotar de cólera... No es lo mismo saber que mis lorzas están de chanza, tal que si estuvieran en las Islas del amor por antonomasia... Las Sheichelles... Aquí a todas las queridas que queremos agasajar o a las que queremos añadir al haren, si no las llevamos a las dichosas islas es que o somos unos pobres o no las "deseamos demasiado"... Lo que decía, que engordar en la playa, en la piscina, en las terracicas junto a la gente con la que engordas todos los días... hasta te da buen rollo... Pero, pero es que saber que engordo veinte kilos por culpa de tener que comer con mi jefe, la compañera borde que se cree que está tan buena que cuando le pedimos la grapadora es porque queremos mirarle las tetas o con mi cuñado con el que tengo 365 días al año para vernos y tomar cervezas, pero no, tiene que ser ahora, en Navidad, por sus cojones... Engordar para satisfacer a todos, incluida mi panza, menos a mí, eso me toca lo cojones... Puagggg, mierda de Navidad...


Bueno, gracias a los que me habéis escrito aquí y a los que han corrido junto a mí de forma virtual, alguno ha habido que me ha llamado al móvil mientras "corría" a siete cincuenta el kilómetro y me ha acompañado un par de ellos, que amigos con pasta también tengo... jajajaja.


El lunes salí, tarde... Más bien de noche... No quería que ningún vecino me viera salir con la lycra entre los dos cachetes y no de la cara precisamente... Me puse, para que mi sexo no espantará a ningún perro, ni mi culo no asustara a ningún "pretendiente" un jerseycito a la cintura, en plan pijo... Lo malo era que no era de "marca con pedigrí", era Kalenji, es que esa empresa le ha quitado al correr el poco glamour que le quedaba... 8 kilómetros para cincuenta y cinco minutos...


Martes y Miércoles con la china... Ya sólo tengo sexo con la china... Es la única que me soporta. La china revienta mi perineo mientras me hago 70 km. con unos 1000 metros de desnivel acumulado en algo más de tres horas... Aquí si se practica el sexo se practica y si no pues lo dicho... ¡A mejorarse...!


Tres días, tres con un balance aceptable... menos el pulsómetro que llamó directamente a la central de polar al polo norte, para decirle que un descerebrao iba a 190 ppm subiendo una cuesta y que aún le quedaban 30 km. para llegar a casa... Por suerte los suecos pasaron de la llamada creyendo que era una broma... Igual que las miles que hacen otros descerebraos al 112.


Así que estoy contento, contento pero gordo, pero contento... Adelgazar no he adelgazao una mierda... Además tengo el cuerpo para que me ingresen... Pero... Bueno, pero estoy en el camino... No se si en el camino de adelgazar o en el de la muerte... Pero en un camino seguro que estoy...


Os dejo que mi santa quiere jugar... No sólo voy a ser con la china... Me pide el ordenata para quedar con un amigo cibernético... (si me lo dice así, seguro que no puede ser verdad)... A ver si es como el del chiste... ¿Qué vienes de putas?, le contesta la mujer... No seas mentiroso, si se te huele a cerveza...

lunes, 28 de diciembre de 2009

Cinturica de avispa.... Jajajaja....



La otra mañana me espetaron:

-¡Hola Garban, cada vez te pareces más a tu padre!.

Ya lo dicen por ahí, quien no se parece a su padre no tiene vergüenza. La cosa dicha así, de sopetón, con una sonrisa, rápido, sin tiempo para analizar la situación no tenía la mayor importancia...

Mi padre es un ancianico, sin pelo, al pobre se lo raparon al cero para convertirlo en el hombre biónico y de momento le crece con pereza, como sabiendo que tarde o temprano volverá a ser reducido a la nada... Hinchado por las medicinas y tornado el rostro a serio, preocupado... A su alrededor ocurren cosas que no entinede, no llega a captar su significado y a ratos se da cuenta que algo no va bien... El caso es que el hombre tiene un aspecto orondo, sonrosado... Como dirían en la aldea ¡qué rebosa salud!, o más acorde con las fechas, una réplica exacta de Papa Nöel, pero sin barba y sin pelo...

Pues si mi padre sustituirá a Santa Claus en cualquier momento y yo sustituiré a mi padre pronto... Y como no dejo de pensar... ¡Qué malico es eso de pensar!. El caso y volviendo a lo que venía la entrada... Me puse a mirarme en el espejo en una tarde de estas frías que no dejan hacer nada más que ver la tele o mirarse en él. ¡Cáspita!. ¡Qué mariconada de exclamación!. ¡Ya sé porque dijo el “desgraciao” aquel que me parezco a mi padre!... ¡Tengo el mismo color rojo salmón, como si estuviera tomando el sol en La Manga y habitualmente viviera en Laponia!. ¡Coño, también tengo la misma papada que mi padre!... ¡Joder, si estoy más gordo que él!. Apesadumbrado y con el sentimiento, tan común en mí, de culpabilidad infinita, pensé: ¡Dejemos pasar la Navidad y el Año Nuevo, luego volveremos a mirarnos en el espejo!.

Las seis de la mañana, bueno y unos minutos que no soy el más rápido en levantarme de la cama. Tras ducharme y desayunar me dispongo a vestirme. Elijo la ropa con tiento, a la vejez hay que llevar cuidado como se viste uno, sobre todo si ya ha notado que la papada rebosa por encima del cuello de la camisa y tiene una cara de “pan” que no le cabe en el espejo. Me pongo unos pantalones grises, muy monos, me hacen cinturica de avispa, realzan mi talle y me dan luz a mis ojos... Me da la impresión que debo de tener algo en las manos, una estraña enfermedad que impide que mis dedos sean capaces de meter el botón en el ojal. ¡Bueno, bueno!. Me ayudaré un poco. Meteré la barriguica “pá dentro”. ¡Recórcholis, qué torpe estoy esta mañana!. Me tumbaré en la cama y encogiendo la panza y con ayuda de la gravedad que tirará de la grasa hacia abajo seguro que esto se soluciona y el pantalón se ajusta... Tras levantar las piernas, apretarme a la cama y emitir gruñidos, que en mi inconsciencia intuí que podría ayudar a la tarea, desistí. No hubo manera de embutirme en el pantalón. Fue un mazazo que rápidamente mi habitual buen humor y sentido práctico de la vida intentó minimizar. ¡Me pondré un vaquero, que eso siempre entra!. Misma escena, mismo fin... No entró... Saqué la maleta donde guardaba la ropa de hace 15 años y metí en ella lo último que me quedaba de mi autoestima y los dos pares de pantalones... Rebusqué y vislumbré la solución... Allí había unos cuantos pantalones pasados de moda pero de la talla adecuada para mi actual volumen.

Salí al salón, donde mi santa me esperaba para irnos al curro y me pregunta sin ningún atisbo de acritud:




  • Garban, ¿tú vas a trabajar o a una fiesta retro por motivo de la Navidad?. ¡Qué pintón te has puesto, vas a dar el golpe!. Ni Travolta con sus pantalones de pitillo y su chupa negra clava el “tipo” tan bien como tú.




No creas, me costó convencerla de que no era mi voluntad la que me obligaban a aparecer en el curro de esa guisa... Era la voluntad de mi barriguica.

Ahi viene el porque de toda esta retahíla de sucedidos... Estoy gordo y tengo que hacer algo al respecto, porqué si no acabaré pidiéndole a mi santa que se vista como Olivia, para ir al menos conjuntados los dos...

No voy a esperar a principios de año... Sería tanto como admitir que estoy haciendo un brindis al sol, una estrategia como esas de dejar de fumar... dentro de unos días... O los proyectos de vida nueva que nunca cumplimos al comenzar el año... Así que hoy, aquí y ahora comienzo mi cura de adelgazamiento que consistirá en volver a correr y a salir en bici, justo hasta que me pueda volver a poner los pantalones que ahora he guardado en la maleta con la firme decisión de que salgan de ella antes de que se pasen de moda...


Por eso reactivo mi blog, con el espíritu de “Probé a Ser Imvencible”. Sin relajo, sin pensar ni un instante en la posibilidad del fracaso... Con buen humor, contando las “cuítas de un pobre gordo”, sin desmerecer a nadie, sin querer que nadie se sienta herido o insultado. Levanto la bandera de la obesidad sin veguenza, sin miedo, con orgullo... ¡Estoy gordo, vale!. ¿Y qué?.

Tendré que tragarme todo aquello que dije. ¡Qué ciertas son todas aquellas sentencias que nos enseñaron nuestros ancestros!. “No digas, de este agua no beberé, ni este cura no es mi padre”. “A feria buena, nunca vuelvas!... Sentiré que las mallas se me reprietan contra mi “sexo” y la culera de la lycra se embebe entre mis nalgas... Mi ombligo llegará antes que yo al final del trayecto y el vaivén de mis lorzas amenazarán el equilibrio del mundo por el “efecto mariposa” de su “grácil” cimbreado.

Esta tarde pondré pilas al cuenta kilómetros, al pulsómetro y buscaré la ropa de entrenar del fondo del cajón... Si puedo ponérmela saldré a correr y mañana iré a ver a mi zagalico el pequeño a “El Rellano”, donde está de campamento con mi china... Si acaso no me entrara la ropa adecuada, la de “deportista” de la que antes ejercía, haré como todos los gordicos... ¡Me pondré mi chandal!. Con orgullo, como el que se sabe poseedor de la verdad, me lanzaré a por la victoria contra mis kilos.

A dios pongo por testigo, que no volveré a sentirme como Scarla O'hara, siendo apretada por su corpiño con la ayuda de su “ama negra”.

Esta es la primera y última entrada “seria” de esta nueva época, las próximas prometo que serán alegres... ¡Lo qué no me pase a mí, no le pasará a nadie!”.

P.D.: El equipo de balonmano va algo mejor, pero no estoy siendo demasiado feliz con la experiencia. Mucha responsabilidad que antaño había olvidado. ¡Los que hemos disfrutado de deportes individuales no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos!. El deporte en grupo y más si se quieren obtener resultados es estresante, agobiante, acaparador... ¡Cuantas voluntades que aunar, cuantos egos que atemperar! (Y eso que los zagales son unos tipos cojonudos)


Tengo otro proyecto que espero que sea un éxito. ¿Habeis oido hablar de LipDup?. Os dejo una entrada a un blog que explica lo que es y algunos ejemplos... Cuando lancemos el nuestro os pondré un enlace... Lo haremos, si no pasa nada, para el equipo de balonmano...




martes, 6 de octubre de 2009

Tenemos el mismo problema de hace 15 años

Antiguos problemas, ¿con nuevas soluciones?. Algún año más que añadir a diez es el tiempo que dejé el balonmano. A la vuelta, al margen de nuevas modas y tácticas, todo está como casi lo dejé, al menos en nuestra región.

Te acercas a ver un partido y lo disputan los mismos equipos de hace quince años. No, no me refiero a los mismos clubes, algunos quedan y otros han desaparecido. Pocas novedades se han incorporado, me refiero a los mismos jugadores. Mismos jugadores, mismos árbitros, mismos técnicos y mismo público. Todo igual, simplemente que envejecido.


Cuando era más joven nos enredábamos en discusiones bizantinas sobre como debíamos llevar las riendas de nuestros clubes. La inocencia y el ímpetu nos llevaban a desarrollar planes anuales y objetivos dificiles de conseguir. Entonces no sabíamos que no lo lograríamos.

Los colegios no tenían instalaciones adecuadas o si las tenían, la gimnasia rítmica, el voleibol, el baloncesto más el temible fútbol-sala nos “quitaban” a los jugadores y jugadoras y para más inri nos arrebataban la pista. Una vez conseguido un minúsculo grupo de chicos o chicas de un colegio, nuestro impulso era juntarlo a otro minúsculo grupo de otro colegio... Entre los dos minúsculos grupos conseguíamos a malas penas un equipo de 12 jugadores. Una vez que los chicos y chicas provenían de diferentes escuelas, en ninguna de ellas podíamos entrenar y menos competir, pues las normas del deporte escolar lo impedían. ¿Qué hacer?. Enseguida nos buscábamos un pabellón municipal y nos pasábamos al deporte federado. ¡Qué gran error!.

Nuestra ilusión nos hacía querer tener equipos desde senior a infantiles y encima masculinos y femeninos. Pistas municipales que hay que pagar. Licencias que hay que pagar, arbitros, viajes, equipaciones y un largo etc. que se amontoban en la cuenta corriente del club. El fútbol y otros futiles proyectos que parecen importantes pues sirven para... pagar extranjeros en el fútbol, fútbol-sala, baloncesto y pagar Palacios de Deportes que alberguen a estos equipos y que den cabida a estos eventos. El encuentro se disputa, ¿pero se llenan las gradas?. En contadísimas ocasiones. ¿Tienen apoyo social?. Muy poco en función del dinero que se invierte... Y mientras los niños y los emprendedores que quieren hacer otro deporte, en la calle.

En aquella época culpaba directamente a la administración municipal y regional de nuestro estado de pobreza y carencia de medios... Ahora, quizás, no los señalaría tan vehementemente. El balonmano, como otros deportes son minoritarios, no tienen el aprecio de los medios de comunicación en España. Realmente en un país donde hace sol y buen tiempo, ¿apetece meterse en un pabellón a practicar un deporte que tiene un gran componente físico y técnico?. Es bastante más fácil, por ejemplo, para las zagalas jugar al voleibol... Espacios reducidos, nulo contacto físico... Ir a darse golpes a una pista en la que cuando lanzas el balón fuera de la portería hay que ir a buscarlo... Al menos en el baloncesto, cuando fallas, la tabla te devuelve la pelota.

Hoy por hoy, me doy cuenta de que éramos muy ambiciosos... El tiempo calma los ímpetus. El balonmano tiene un universo de población reducido en donde poder expanderse en Murcia. La organización de la administración, la estructura educativa, aunque se va progresando, impiden que deportes minoritarios repunten en practicantes. Lo que tenemos que hacer los aficionados al balonmano es adaptarnos.

Los niños tienen que jugar al balonmano en los colegios, junto a sus amigos, en su entorno cercano. Allí es a donde hay que enviar a los técnicos para que aglutinen a los practicantes. El club debe estar dirigido a los jugadores que ya han tomado la decisión de practicar el balonmano con algo más de intensidad, a partir de los 16 años. Se plantea el eterno problema. ¿Y de dóne sacamos los clubes jugadores de 16 años si no estamos vertebrados en la sociedad?. Ese es el problema, ahí es donde la administración debe colaborar con las federaciones creando planes de desarrollo de los deportes minoritarios a lo largo de todo el curso escolar, de tal manera, que se cree en el centro una cultura deportiva del juego que se decida practicar en él.

Esta solución es la más práctica, pues los clubes se ahorrarán un montón de dinero y dejarán de desaparecer proyectos deportivos, que por inviables económicamente, acaban con la ilusión de deportistas y padres y cercenan cualquir otra iniciativa que sobre el mismo deporte pretenda crear un nuevo proyecto.

El problema de las deudas en los clubes pequeños se paliaría en gran manera... La falta de jugadores también, necesitaríamos menos y la ingente cantidad de horas de pista, técnicos y medios, también se vería reducida en gran parte.

Otro día hablaremos de Táctica y Técnica. Hoy me apetecía intentar dar una explicación a ¿porque estamos igual que hace quince años?...

lunes, 28 de septiembre de 2009

¡Cumpleaños Feliz!

Pues esta semanica no ha sido nada del otro jueves. Como a dios gracias, para unos, ha llovido y me prometí que no pasaría más penas por entrenar, ni el lunes ni el martes pude. El viernes toca descanso y domingo cayó la mundial, así que el agua me ha dejado con poquicas horas de entreno unas cinco de las que algo más de dos fueron en bici con Juan y Stani. Ya estamos organizando un "fin de temporada" ahora que la de balonmano está comenzando.

Hoy es un gran día, como dice la canción. En este caso no es "puede", sino "es" un gran día. El agua cae a sacos, como si se hubiera roto la cañería principal del cielo pero eso no va a impedir que celebremos el 21 aniversario del nacimiento de un ilustre. Mi zagalico, el pequeño, el Pablete.


Pablo muchas felicidades. Pasa un gran día, si no te lo echamos a perder alguno de nosotros, claro.

En cuanto al balonmano, seguramente esta será una de las mejores jornadas de la temporada. El partido contra Abarán, un recién descendido de Primera División se ha aplazado. Esta semana al menos no sufriremos. No saldrá nada mal, todo lo entrenado saldrá bien, ya nos encargamos en los entrenos de que no falle nadie... jajajaja.

Como recuerdo aquí pongo unas fotos del debút de Pablete con el magnífico equipo del C.BM. José Chover-El Carmen, en su equipo de la escuela con el que llegó a jugar una final regional y todo. La anécdota fue que como era tan chico, de cuerpo y de edad pues el
                                                                          Premio para el que adivine quien es Pablete
descerebrao del padre le falsificó la fecha de nacimiento para que pudiera jugar. Al final del partido le atamos un nudo a la camiseta (es que era tan grande que si no se la llegamos a atar se la pisaba al correr), como esos nudos que se hace a la camisa los flamencos y salió a jugar al campo. En ese momento, una señora, madre de uno de los jugadores del equipo contrario que estaba en la grada saltó al campo. Al grito de: ¡Niño, salte del campo que te van a matar estos zagales!, asío a Pablete por la cintura y apoyándolo en su cadera lo sacó del campo. A todo esto, Pablete, comenzó a protestar y a patalear con sus piernecicas suspendidas a la altura de los muslos de la señora dándole patadas y diciendo que: ¡Déjeme jugar, que yo soy del equipo del Chover!. El árbitro tuvo que parar el partido y tras pedirle a la abochornada señora que abandonara el campo, depositando antes al jugador sobre el terreno de juego. Pablete, que ya de por sí, estaba siempre colorao como los tomates, tomó un berrinche que no te veas... La final, por desgracia la perdimos pero todos tuvimos nuestro momento de gloria, unos más y otros menos.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

¡Sigo vivo y también sigo viviendo!.

Lo que pudiera parecer una obviedad no lo es tanto. Mientras que algunos, por unas circunstancias u otras, están vivos, cierto es, por desgracia, que no viven ya que no pueden disfrutar de esa vida… Casos tan evidentes como los enfermos que estan en coma o los que se enredan en una vida que no aporta ninguna felicidad…

Mi vida sigue y ahora tendré que cambiar el tema del blog. El triatlón ya no será una de las musas que lo provoquen. Quedó como un recuerdo que me aportó muchas satisfacciones y alguna que otra decepción. Estas últimas son muy pocas. Estimo que más por mi incompetencia para hacerme comprender, ya que aunque el receptor del mensaje tenga el conducto de comunicación con tanto ruido que no sea capaz de analizarlo, creo, que es obligación del emisor, el ser capaz de llegar, no sólo a ser escuchado, si no también, comprendido. No cierro el libro, sólo paso página. Buscaremos la felicidad con otros juegos y con otra gente. Tanto el juego, como los jugadores, merecen que no se cierren las puertas. El triatlón es un gran deporte, los triatletas y la gente que los dirige merecen la pena, tanto, que nunca hay que decir: “¡Nunca, jamás!”.

Tras los 101 de Ronda llegó el relajo. Tan pancho estaba que incluso me ví tentado a abrazar la vida sedentaria. Una existencia más parecida a la de mis compañeros de escuela y coetáneos que rozamos el medio siglo de “persistencia”. No me equivoco con el vocablo. Sólo los que insisten llegan a la meta. Tan atraído estaba por los cantos de sirena del sofá que cuando me llegaron las inmerecidas vacaciones, de los 68 kilos que pesaba en Ronda había conseguido la ya estimable cifra de 78,6 en la báscula.

Intentando recoger un “panchito” que acompañaba a un “don pedrito”, que a su vez hacía más llevadero un insoportable partido de fútbol de esos de pretemporada sin interés ni fuste y no poder llegar a él, ya que  algo se interponía entre ambos, tomé conciencia de la realidad. El impedimento no era una silla, una maceta o algún criajo de los varios que han pululado este verano por casa, no. La barrera la ponía una imponente barriga cervecera, que a la  vez de hacer el esfuerzo un acto inútil, se reía de mi oronda persona. Tomé una decisión, cual Escarlata. No la de la “Letra Escarlata”, que esa estaba tachada de puta o de bruja, no recuerdo, sino la de “Lo que el viento se llevó”. ¡No volveré a estar así! y ¡A Dios pongo por testigo!.


En un mes de vacaciones me he puesto en 73 kilillos. Podríamos ponernos de acuerdo en que cinco kilitos está bien para treinta días de entreno. He doblado casi todos los días, no he reducido prácticamente los “panchitos” ni los “don pedritos” y me he pasado en la bici casi unos dos mil kilómetros. La idea, de ahora en adelante que ya estamos en el curro, es salir lunes y martes con la bici. Por aquí cerca, por los centros comerciales. Un par de horas, unos cincuenta kilómetros y los jueves y martes, antes de ir a mi nueva obligación, correr una horica. Los sábados y los domingos saldré con la peña el domingo y el sábado con quien pueda. ¿Objetivos?. Ninguno, estar un poco en forma y conforme conmigo mismo. Obtener un poco de autoestima al mirarme en el espejo y divertirme. Salir cuando haga bueno y quedarme en casa cuando no lo haga… ¿Competir?. No digo que no, pero si acaso, en algún duatlón, en algún medio maratón. ¡Eso sí!. Me gustaría ir al Maratón de Valencia a pasar un buen rato y tirarme cuatro horas corriendo con algún amigo…. Y quizás... Casi seguro... Ronda… Pero eso aún queda muy lejos. Más de un año. Esta es una parte de mi realidad. ¿Cuál es la otra?.

Mi pequeño, bueno, está en cuarto de carrera, no es tan pequeño, ha querido volver a jugar al balonmano. Tiene muchas carencias, pero atesora una gran virtud, que es su gran capacidad de trabajo y su gran ilusión. Ante tan grata decisión, no queda más que apoyarle. Me he comprometido a ayudar en un par de cosillas a su club. Algo no demasiado absorbente, no demasiado trascendente, no demasiado importante, pero si lo suficiente para que si algo puedo aportar a su proyecto, al personal de mi hijo y al de su equipo, aportarlo.

Comienzo con mucha ilusión y con muchas ganas de cooperar, aunque como todo en esta vida y con tanto andado y aprendido, a dios gracias, con prudencia, con paciencia, sin irme detrás del estoque para encontrarme de lleno con la cornamenta del toro en el pecho… Sin que llegue a ser una “obligación dolorosa”, ni un pasatiempo que se torna incómodo.

La liga comenzó el pasado sábado y la realidad les vino a poner en su sitio a este grupo de animosos pero faltos de conocimientos balonmanistas. No era fácil aprobar en esta primera convocatoria. Su intrepidez, voluntad y su innegable talento, junto con su trabajo, harán que pronto el resultado torne de color.

Club Balonmano Murcia 31 – Club Balonmano Montesinos Jumilla 37

Cuando me senté y vi desfilar al equipo de Jumilla hacia la pista tuve sentimientos encontrados y tuve la certeza de que el mundo del Balonmano en Murcia estaba parado en el tiempo.

Lo primero que creí fue que iban a masacrar a los pobres críos de Murcia. El aspecto de los Jumillanos, su formalidad en el calentamiento, su actitud profesional en la cancha, mostraban claramente la diferencia entre un grupo de jugadores y otro. Los capitalinos no poseen esa cultura del balonmano, en el que su primer dogma es: El Partido comienza ganándose en el calentamiento. Mientras que unos calentaban de forma profesional, uniformada. Con aspecto de ejército soviético. Los otros hablaban con las novias, se gastaban bromas… Parecía más bien, que el partido, a su entender comenzaba en el momento que pitaba el principio del mismo los señores colegiados. Mi experiencia me dice que los jumillanos comenzaron el partido con un 5-0 a favor y el crono del pabellón aún no se había puesto en marcha.

Por otra parte me decía a mí mismo que la ignorancia es atrevida y los equipos que menos piensan, por su falta de reflexión, no se enteran que la tarea de la victoria es imposible y al final ganan.

Vi confirmada una intuición, desde que abandoné el balonmano murciano y seguro que no porque yo aportara mucho, que estoy seguro que más bien era muy poco lo que aportaba. Este deporte en la región está parado o ha avanzado muy poco. En Jumilla estaban jugadores que en mi época de entrenador eran cadetes, habían pasado por la División de Honor y que ahora consumían su tiempo libre con sus amigos del barrio. Pocos jugadores buenos de calidad han aparecido, sigue el balonmano regional alimentándose de antiguas glorias. ¿Qué decir de los árbitros?. Agradecerles que sigan en este deporte, pues sin su aportación, indispensable, sería imposible su práctica y su evolución… Pero por desgracia seguían siendo los mismos de hace 20 años. Faltan nuevas generaciones, agua limpia y fresca que regenere y de vida a la charca…

Los locales ganaron la primera parte 18 a 14 y justo cuando se dieron cuenta que podían ganar les invadió uno de los virus más terribles que puede afectar a un jugador: La “responsabilidad”, el “miedo a ganar”. Este síndrome hace aflorar sus inseguridades y sus más ocultos defectos técnicos-tácticos. Eso junto a la incapacidad, por falta de entrenamiento, de atacar un 5:1 que propusieron los Jumillanos en defensa, sumado al poco fondo físico y la falta de riego cerebral en los momentos en que la cabeza es más importante que el brazo hizo que el resultado se tornara en negra (por el color de las camisetas contrarias), aunque digna derrota.

Objetivos a trabajar a corto plazo (opinión personal, pues trabajarán lo que el entrenador disponga):

Técnica-Táctica individual, sobre todo en defensa.

Táctica defensiva colectiva: Trabajo en equipo, basculación, ayudas, comunicación.

Ataques sencillos contra defensas organizadas: 2x2 y 3x3

Pues nada,  esto es lo que dio el debut del equipo, del que no soy entrenador, sólo un ayudante que pueda aportar aquellas cosas que se le pidan.

miércoles, 3 de junio de 2009

¿Cuántas veces voy a vivir?

A ésta si me sabía la respuesta. Tanto tiempo empleado en preparar este examen y al final me plantean las cuestiones de forma que no llego a estar seguro si las respuestas son las correctas. La materia creo sabérmela. El trabajo ha sido realizado, con altibajos, con entusiasmo, pero creo que al final puedo estar con la conciencia tranquila. Es lo que nos ocurre a los perdedores, en definitiva sólo alcanzamos a obtener nuestro reconocimiento, el propio… Nos contentamos con, al menos, tener la conciencia tranquila…

Sabía la respuesta y creí que esta era la que me iba a sacar de la duda, de si sería capaz de superar el fielato que me pusiera en la lista de los aprobados… Es una respuesta escueta, directa, sin necesidad de más explicaciones… No, no voy a vivir otra vida…

Cuando llega el momento del “repaso”, generalmente me arrepiento de lo que he hecho en momentos puntuales que han marcado mi ruta… Si volviera a vivir no tomaría esta decisión… Si pudiera regresar a aquel día, no habría tomado aquella actitud… Si tuviera otra oportunidad no viviría como he vivido en algunos aspectos…

¿Qué me hace proponerme este repaso de forma tan negativa?. ¿Porqué valoro tan negativamente mi paso por este mundo?. Me gustaría poder ser lo suficientemente valiente para afrontar esta vida, ya vivida, al menos por última vez, en el momento del repaso, de una forma más positiva. ¿Porqué arrepentirme de lo que he hecho?. Debí atacar la situación de otra forma. Debí plantearme el porqué no hice más cosas de las que acometí…¿Me arrepiento de lo que he vivido y no me arrepiento de no haber vivido otras sensaciones, otras situaciones?. He realizado un examen de conciencia, el último… Pero aún estoy vivo… Aún puedo cambiar mi vida y vivir aquello que me gustaría vivir y no lamentarme por lo que hice y ya no tiene remedio, bueno o malo… Es lo mismo, a los perdedores sólo nos queda nuestro propio reconocimiento, el tener nuestra conciencia tranquila.

No tengo valor para afrontar que esto se acaba, ahora o dentro de mil años… No lo sé, pero lo seguro es que es finito… Se acaba y me da miedo… Tanto miedo… En mi pánico suplico deseando no haber vivido. Siempre la solución más fácil… La más cobarde… Por eso los suicidas no obtienen nunca ningún respeto… Lo más sencillo, la solución que hace desaparecer mis miedos es esa…Desear no haber vivido… Si no vivo no tendré que morir…

Esos miedos, los temores por lo desconocido… Aquí comienza lo más difícil de comprender… Si ya no estoy vivo lo que hay después no es desconocido… ¿Porqué tenemos que obsesionarnos creyendo desconocer lo postrero?. El desconocimiento es un placer solamente reservado a los vivos…

Respiro y soy consciente de que aunque esté realizando un repaso a mi vida, es por eso mismo, porque aún estoy vivo… Mientras que siga en este mundo tengo tiempo de realizar todo aquello que hubiera deseado hacer o ser… En cualquier punto de mi vida, por cercano que esté al final de ella, puedo utilizarlo como inflexión de ella. No quiero seguir castigándome por las decisiones tomadas, por los errores cometidos, eso ya no es vida, está muerto. El presente es la vida y el futuro es la esperanza por seguir viviendo. Debo seguir y realizar todo aquello que no he acometido aún y que me gustaría haber conseguido… Todavía tengo tiempo para tomar la decisión de ser un aventurero, un carpintero o un actor de cine porno… sigo vivo… Otra cosa será cuanto tiempo podré disfrutar de mis deseos que durante tanto tiempo han estado sometidos por reglas nunca escritas, por disciplinas autoimpuestas… Por cárceles inexistentes sólo creadas en nuestra conciencia… Y por eso me examino en negativo. Tengo miedo de no haber superado las expectativas, aunque muchas de ellas no eran más que ilusiones creadas por mi ego…

¿Qué es lo que hubiera querido hacer y no he hecho?. He de dejar de lamentarme por lo que hice, debo ser valiente y acometer lo que en algún momento me hubiera ilusionado y no hice.

El día clarea y aún sigo aquí, dejemos el descanso… Los sueños no son más que el intentar vivir una vida que no es la tuya… Lo que sueñas no lo vives… Mientras duermes es como si estuvieras muerto… La diferencia entre el sueño y la muerte es que mientras que duermes crees vivir y cuando mueres ya no vives, pero ni una cosa ni la otra son vida. La primera es una ilusión, la segunda es… Lo que estoy seguro es que no es desconocimiento, no se puede desconocer lo que no existe, simplemente no es…

Mientras paseo de regreso a casa veo a personas correr por una ancha y larga avenida que parece no tener fin… ¿A dónde creen que les llevará esa carrera?. ¿Dónde finalizará ese camino?. ¿Qué creen que van a encontrar al final de ese esfuerzo?. ¿Reconocimiento, autoestima, vigor físico, eterna juventud…? O quizás ¿El secreto de la vida eterna?... No, eso sí que no… A esa pregunta también sé la respuesta. No voy a vivir más que una vez, así que me puedo permitir cometer errores, pero no puedo dejar nada sin hacer. Lo que no haga ahora no podré realizarlo después, en una segunda oportunidad… La respuesta a esta última pregunta es también clara, concisa, rotunda… Esto es finito, si fuéramos irracionales podríamos decir que aquí estamos de paso… Pero no, somos racionales y no podemos conocer lo que no existe, lo que ocurrirá después, pero sabemos certeramente que nunca lograremos que esto sea por siempre… Por mucho que corra, por mucho que me aleje del punto de partida, la vida nos sigue, como lo hace nuestra sombra y mientras que vivimos no sólo la sentimos sino que la gastamos… Así que gastémosla de tal manera que sea gozosa, que nos haga libres en vez de esclavos de nuestra propia existencia… Que cuando hagamos examen, ahora, ya cerca del final, no tengamos que utilizar la terapia de los perdedores, llegando a la conclusión de que en nuestra conciencia estamos tranquilos por lo vivido… Lo pasado te marca, pero no existe ya… La historia la inventaron para que aprendiéramos de ella, pero la utilizan para fustigarnos haciéndonos menos libres… Ahora que hago un veloz resumen de lo que he vivido no es el momento de pensar cuantas cosas no volveríamos hacer, cuantas cosas hicimos equivocadamente, sino…¿Cuántas cosas he dejado de hacer sin ni siquiera intentarlo…? Cuanto más corta sea esa lista, más feliz habrá sido mi vida… Lo demás ya es pasado, está muerto, no mueve molino…

Estoy examinándome y eso me hace recordar que estoy vivo, aunque poco o mucho, aún me queda tiempo… Voy a acometer esa lista de cosas que me gustaría hacer para intentar que al final, en ese último momento que tiene la especial circunstancia de que nunca sabemos que es el último, cuando haga mi lista, ésta sea muy corta. De esta forma seguro que me dará tiempo a realizar ese último examen de conciencia… En un instante… Pero, ¿cuánto dura un instante?. Por si acaso es tan corto que no me da tiempo, utilizaré el tiempo que me quede en realizar mis sueños…

No me arrepentiré de lo que hice, ni siquiera me lo volveré a plantear… Me arrepentiré eternamente de todo lo que no intenté… Así quizás no tenga miedo de vivir, para no tener que pasar el trance de morir…Cuanto miedo me da el morir… Desconozco lo que es la muerte y la temo… Pero si ya estoy muerto no hay desconocimiento, lo que no hay es vida… Así que utilizaré la que tenga para vivirla y no lamentarme porque tenga que morir… Algún día…

lunes, 25 de mayo de 2009

Los 101 de Ronda en números

No hay mucho que contar. Las zapatillas fueron unas Kalenji 1000 de las de Decathlon. Sesenta euros. La riñonera una Geonaute, o algo parecido, también de Decathlon de unos quince euros. Mallas cortas Kalenji de Decathlon y calcetines Kalenji de running. Las camisetas fueron unas Adidas de la Maratón de Londres 2002. Una Puma que hicimos hace unos años para Correr y Tirar y una Kelme de manga larga de la Media de Aspe de hace unos cinco o seis años. El frontal el de mi hijo de los scouts (en lo único que me equivoque) y poco más. Nos vinimos con el MP3 sin usar. Los geles sin tocar y las barritas sin probar. Lo único que hace falta es una camiseta y un par de calcetines cada 25 kilómetros aproximadamente, algo de vaselina y algún ibuprofeno por si te da un "perranque". ¡Ahhh! y una botella o bidón de agua, al principio vacio.




Primer tramo desde Ronda al Cuartel
Segundo tramo desde El Cuartel a Ronda









Por supuesto entrenar lo adecuado y de la forma adecuada. No ir demasiado pasado de peso, como fue mi caso.

Este año, hasta Ronda he realizado lo siguiente: 1.757 km. desde septiembre a Mayo de carrera a pie. 2.793 km. de bici más 110 de natación de deje de practicar en el mes de enero.

Los números del gps en Ronda fueron:

Elevación primer Tramo de Ronda al Cuartel.














Paso primer segmento.













Ritmo Cardiaco Primer Segmento















Tiempo primer segmento








































Resumen Primer Tramo
























Elevación Segundo Tramo del Cuartel a Ronda














Segundo Tramo, gráfica de paso














Gráfica de Ritmo Cardiaco Segundo Tramo















Grafica de Tiempo Segundo Tramo














Resumen por Secciones Segundo Segmento






















Resumen Segundo Tramo

viernes, 22 de mayo de 2009

La Alameda bien merecen 101 km.


A los hijos del asfalto, a los dueños de las prisas, a los hipotecados por el crono... Una carrera es una carrera... Igual es que yo identifico dorsal con correr... Releyendo el material de la carrera me doy cuenta que pone “13ª Marcha 101 Km en 24 horas”. ¿Es Marcha sinónimo de Romería?... Creo que no. Quiero entender que el que marcha 23 horas 59 minutos es porque su máximo está ahí... Lo respeto... No podría entender que alguien saliera a correr 101 km esperando encontrar al final de recorrido su otro yo, su martirio o una purga de sus pecados o a sustituir las fiestas patronales de su pueblo por la carrera de Ronda... A una carrera se va a correr, a conseguir objetivos por nimios que parezcan. Lo que para uno es un muro insalvable para otro es una chinica en el camino...


Me revienta el que se haga distinción entre carreras de montaña y carreras de asfalto... Son carreras a fin de cuentas... Lo común es que se lucha contra tí, contra el crono... Las diferencia el terreno, pero también son diferentes los cuatrocientos lisos y los cuatrocientos vallas... Los que alardean de que la montaña es otra cosa, en mi opinión es que no... Al final todos hacemos lo mismo, mirar el crono. Si tenemos diez fotos de diez finales de carreras en al menos nueve no se nos ve la cara porque... porque estamos mirando el crono... ¡No me jodas que vas a correr al campo porque escuchas el trino de los pájaros!. Pues yo, en 101 kilómetros no escuché ni uno...


En Ronda, el ingeniero que ideo las pistas forestales debía ser alérgico al polen... ¡Coño, es que si había un árbol a la derecha, la ruta giraba indefectiblemente hacia la izquierda...!. ¡Ni una sombra, joder!... Es una de las circunstancias más duras de la carrera, el sol, que no el calor... La tierra arcillosa, roja como la sangre, suelta cual neblina es otra... Las colas son otra circunstancia que complica el resultado final... Lejos de solicitar que las cosas se hagan de otra manera, lo que debemos hacer los participantes es adaptarnos... Muchas veces solicitamos cosas abanderando mejoras en la carrera, ésta u otra, pero no nos damos cuenta que esas son las particularidades, si se modificaran hablaríamos de otro evento... Otro hijo distinto al que se parió...

Sabíamos que íbamos bien. En todas las carreras pasa lo mismo, si comienza a pasarte gente es que estás desinflándote... En todas las horas que estuvimos corriendo, muy pocos corredores nos adelantaron, nosotros, ya que salimos los últimos adelantamos a unos 2400... El ver que nadie pasaba o muy pocos, era un síntoma de que estábamos haciendo las cosas bien...


El de la coleta nos puso a todos en fila, fue el ganador

Teníamos un objetivo secreto... Adelantar... sí ¿pero a quién?... Era un juego divertido... Más parecido a un ajedrez que a un combate de boxeo...


La tarde caía y el sol se parapetaba tras los montes... Estábamos cerca del cuartel pero los últimos mil quinientos metros se hacían interminables... Dejamos la conversación con Stani, que me estaba llamando en ese momento, para enfrentarnos con otra cuesta más... Volvimos al charloteo, saber que estás allí te da una gran seguridad de que vas a terminar... Pero ojo, no está todo en el bote... Hasta la raya blanca es carrera... Hablábamos más por los nervios que por otra cosa, Special también estaba preocupado por como reaccionaría nuestro cuerpo tras una más o menos prolongada parada.


Llegamos al comedor con las últimas luces de la tarde... ¡Joder, si que vamos bien...!. Está moderadamente ocupado, eso es buena señal, no tenemos mucha gente delante... Nos vamos a por las bolsas... Topamos nuevamente con la dichosa cola... Para entregar una bolsa, hace falta una persona... En Ronda no, para entregar una bolsa hacen falta cuatro personas... La empresa funciona así... No es crítica, es advertencia para que nos adaptemos... A mí me parece estupendo, lo malo es que no íbamos preparados para ello... Pues eso, en el tiempo que cuatro personas pueden entregar cuatro bolsas, sólo se entregaba una, así que la espera era algo nerviosa...


No habíamos vuelto a hablar sobre el tema, pero era tan claro que ni siquiera tuvo discusión... Abrimos la bolsa y nos cambiamos de calcetines, nos pusimos una camiseta técnica de manga larga... No hace falta más abrigo, no necesitamos cargar con más ropa... Si queremos correr, claro. Probamos el frontal y cogimos el móvil y una botella para los dos. Todo, todo lo demás se volvió a meter en las bolsas y se lo devolvimos a la organización... Comimos, poco, no hay que ir allí como si fuéramos a una comunión... Coca-cola, imprescindible, hay que beber Coca-cola cada vez que te la ofrezcan, isotónico, no demasiado si no quieres ir cagándote por el camino, agua, mucha agua y la sopa... ¡Hummm, qué buena estaba esa sopa!... Un yogurt... El perrito, las patatas fritas y el bistec empanao estaban de mas... Entregamos la bolsa... Otro montón de tiempo en una cola que ya comenzaba a estar más tupida... A correr...

Al principio creímos equivocarnos con la ropa... Teníamos algo de frío... Lógico, la sangre había vuelto al estómago y tardamos unos minutos en coger de nuevo el ritmo... Trotamos hacia la Ermita...


Vemos venir a dos corredores hacia nosotros, sin luz... Como somos unos pardillos le preguntamos si es que se habían olvidado el frontal y regresaban al cuartel a por él... Capullos, es que son de los que van delante, que por aquí vamos en el mismo lado de la carretera, ellos ya han visto al cura y escuchado la misa... ¡Coño!.

Nunca había corrido por la noche... Lo primero que me doy cuenta es que frontal no alumbra una mierda... Le pido a Special que no se aleje demasiado de mí... Ahora era la primera y única vez que la carrera me sobrecogió... Era algo hermoso... Veíamos las luces rojas parpadeantes de los corredores, allí, a lo lejos, pero sobre todo en lo alto... Tintineos rojos marcaban la ruta... ¡Qué empinao debe de estar eso...!. Creo que subimos rápido... Siempre yo penalizando la marcha, mis kilos me perjudican subiendo, ahora aún más... Seguimos adelantando gente que se aparta amablemente de nuestro camino... Ahora soy consciente que lo hicimos bien pero no por nuestra fuerza sino por nuestra ignorancia... Estaba tan oscuro que no fuimos conscientes de la pendiente hasta la mañana siguiente...


De sopetón llegamos a la Ermita... Si nos descuidamos pasamos de largo sin verla... Una casucha poco llamativa y que distinguimos porque había un toldo de la legión cerca de ella... ¡Pá eso no hacía falta subir tan alto...!. Exclamé con desilusión... El zig-zag de bajada es demoledor... Peligroso... Ufff, cualquier adjetivo vale, por ostentoso que parezca... Nos cruzamos con los que suben... Un pobre infeliz, se le ocurre preguntar si falta mucho para la Ermita... Le engañamos, eso está “ancadios”... pero le contestamos: “¡No hombre, no, ya casi llegas!... “¡Date prisa que van a empezar “Los oficios” y nos han dicho que la homilía del cura es preciosa!”... Las pocas fuerzas que le quedan al hombre las gasta en reirse un poco... Ahora vemos a los que suben con sus linternas y frontales... Nada más... Las luces que parecen ir flotando en el silencio de la noche nos recuerdan a las ilustraciones que nos hablaban de “La Santa Compaña”... en la noche de todos los santos...


El asfalto llega y corremos, Special que no para de mirar el reloj me comenta: “¡Garban, a cuatro treinta marca el gps!. En ese momento un coche que cruza nos da ánimos y nos dicen: ¡Así nos gusta, que corraís rápido en la madrugá!... Eso me despierta, ¿La madrugá, ha dicho?. Estoy de puta madre para correr, pero tengo que estar reteniendo demasiado a Special en las subidas... No esperaba que fuera tan tarde...

El sendero junto al río es una trampa mortal... Seguimos adelantando gente pero allí sin correr. No veo una mierda y ya he tenido dos serias meteduras de pata, literales, en un hoyo. Cada vez en uno diferente, claro... Si te rompes o te esguinzas un tobillo, fácil en ese terreno, no solo te quedas sin llegar a meta, estando a cuatro pasos, como quien dice, sino que evacuarte de allí tiene que ser bastante complicado...


Volvemos a la pista y llegamos al cuartel... ¡Qué largo se me hizo ese sendero!. Iba tocado, más mentalmente que físicamente... Cogemos un camino de tierra y comienza el principio del final... Una cuesta donde se ve Ronda allí, al frente, casi la puedes tocar con las manos y crees que es la última... No. Esa dura cuesta no te lleva a ningún sitio importante, sólo tienes que subirla para luego bajarla.... Llegas al río... Ahora si que has terminado, piensas... Imponente la pared insalvable del Tajo de Ronda... Subes la cuesta pero la pared sigue estando allí, a lo lejos, subes pero no lo suficiente para que se acerque el pueblo... Allí ya exploto... Special me anima... Le digo...”¡Esta puta cuesta... Pues no me está hablando, la puta cuesta!... Ya sólo hablo para decirle a Special... ¡Por dios, subamos para coger cota y acercarnos a esa puta pared...!... Sólo quería coger altura para pasar por encima...

Sellando el pasaporte, por última vez

Unos cachondos nos invitan a que nos hagamos una foto... ¡No me jodas, pagar una foto, mientras muero... Eso si que es de enciclopedia del humor”...!. Amablemente declinamos la invitación... Por primera vez nos pasa alguien... Tres corredores que habíamos adelantado en la cuesta anterior llegan hasta nosotros y ya llegamos a Ronda... El piso de la cuesta dichosa es más duro, con sus cantos pulidos y redondeados, que la misma cuesta... En el asfalto paramos a beber agua y a disfrutar de la satisfacción de que ya, ahora sí, estaba resuelta la incógnita... ¡Sí íbamos a llegar a Ronda!... Nos ponemos a correr y al llegar a los tres que íbamos a adelantar los invitamos a que nos sigan... Nos hacía feo dejarlos a quinientos metros de meta... Juntos llegamos a La Alameda... Sin estridencias, ni especiales algaradas... Nos sellan el pasaporte y nos endosan un buen puñado de minutos de más por la cara en el tiempo final... Da igual, llegar era nuestra meta. Nos ponen la medalla. Nos abrazamos y nos hacemos una, sólo una y única foto y nos vamos, junto a nuestras Santas, más santas que nunca porque nos estuvieron esperando catorce horas a ¿dónde?. Efectivamente, si nos conoces acertaste de lleno. Al bar a tomarnos unas cervezas y a que mi Special se fumara un cigarrico que ya hacía catorce horas que no se encendía ningún “trujas”.

Mi pañuelo de Hommer y mi amgio. Esta es la foto de meta, la única y genuina

Pues esto es Ronda, para mí. Para otros será otra cosa... Es una carrera que debes disputar una vez en la vida... Merece la pena... Merece la pena por los Rondeños, Los Legionarios, los corredores... Aunque si de algo me vengo algo desilusionado ha sido de estos últimos, no de todos, claro... De algunos... Mucho adjetivo de cientuneros, de forma de vida... Pero al final todo es lo mismo... Si puedo me cuelo y no espero, faltándole al respeto a cientos de personas... Si la camiseta es fea protesto... Si ...


El problema creo, son los protagonistas... Al final nos parecemos más a los “Galácticos” del Madrid que a los adnegados sufridores y solitarios deportistas corredores de fondo... Nos sobra ego y nos faltan... Nos faltan muchas cosas... Lo digo en plural yo también soy imperfecto y me meto en el grupo de los que tendríamos que mejorar...


P.D.: Llegamos sin ampollas, rozaduras... etc. Sin más dolores que los estrictamente necesarios. El entrenamiento, la planificación y la elección de material es básico para una empresa de este tipo.

El Lunes, para los amantes de los números, muchos, pero que muchos números.


La Legión, gracias por vuestra ayuda y vuestra paciencia

jueves, 21 de mayo de 2009

La Cultura del Ladrillo. (Parte II).

Decidimos irnos p'á Ronda. Los cinco. Nuestras Santas, Special Force un servidor de ustedes y los seis kilos de sobrepeso que estos dos años no he podido quitarme de encima. ¿Cuánto me meteré entre pecho y espalda que a pesar de la tripá a entrenar que me doy no pierdo peso?. Es quizás lo que peor llevo de este vicio del correr. El cuidar la alimentación me produce mucho, pero que mucho stress. Prefiero vivir gordico a estar siempre con los nervios a flor de piel a causa del mal humor que me produce el continuo análisis de lo que estoy comiendo.

Pertrechados con nuestro equipo y dos listas de “porsiacasos”. El maletero lleno de trastos y un nerviosismo y una ilusión que contagiaba a mi ya hastiada de carreras y compañera de fatigas, mi Santa.

Habíamos repasado un sinfín de veces todo. A que hora llegaríamos a Ronda, que haríamos primero, cuando nos levantaríamos al día siguiente, como afrontaríamos la carrera... Quien me conoce sabe que externamente siempre estoy de chascarrillos, bromas y risas, pero que soy una persona metódica hasta la exasperación. No me gusta dejar nada a la aventura, nada que no esté planificado...

Lo primero que tenemos que poner en claro es que hay dos temas que juramos todos, los cinco que íbamos en el coche, mantener en secreto... Seguro que algún día entre gin-tonics y bromas lo contamos, pero hoy por hoy es secreto de sumario. Dos etiquetas para el futuro, no podemos unir en la misma conversación Ronda con “El trayecto más corto” o Ronda con “Cremas Hidratantes”... Ahí lo dejamos...

Un poquico antes de llegar al Puerto de La Mora paramos a tomar unas cañas. Allí nos encontramos con unos cartageneros del Mandarache que luego coincidirían de nuevo con nosotros en el restaurante italiano en Ronda para comer. Tras una horillas de viaje alcanzamos nuestro destino... Por supuesto ,ya fuera de cualquier horario previsto... Para no dar pistas, decir que tuvimos que parar , como no podía ser de otro modo, sobre las tres y media de la tarde para intentar tomar algo en el merendero más cutre y más alto de una ruta que lleva a Ronda..., pero de aquella manera. Por supuesto sólo hicimos un pis... Y porque no quedaba más remedio.

Encontramos el hostal. Siguiendo nuestra tónica de todo a un euro, un lugar de ambiente “familiar”. Allí ya estaban las habitaciones hirviendo de corredores que regresaban de comer. A quince metros había un italiano al que nos fuimos a comer pasta... La pasta y los plátanos son dos “manjares” que he apartado de mi alimentación por unos meses... En una mesa junto a la nuestra los Mandareche que nos habíamos encontrado a las puertas de Granada. Se desata la conversación y nos advierten que vamos muy eufóricos, que se nos ve poco preocupados... Le explicamos que entre nuestro “material” llevábamos unos euros “p'á cerveza” y pocas ganas de complicarnos la vida... Nuestro objetivo era terminar en el tiempo y forma que fuese y con tan pocas aspiraciones no nos íbamos a presionar en exceso. Concretamos con el pizzero unas cervezas para cuando pasara la carrera por la puerta del local y dimos consejos de entrenamientos y planteamientos de carrera, cual más disparatado a los ya veteranos. Ellos se encontraban presionados, el año pasado no pudieron acabar y se lo habían tomado como algo “personal”. Uno de ellos el más joven, al final se lo merendó en 12 horas 30 minutos... Los otros penaron bastante más.

Como eran más de las cinco y media nos fuimos directos para el polideportivo... Allí fue donde comenzamos a tomar conciencia de la realidad de los 101 kilómetros de Ronda.

Los alrededores hervían de corredores y legionarios. Los primeros intentaban llegar a por sus dorsales, los segundos informaban y trataban de ayudar al forastero. Hay que planificar bien cuando has de ir a recoger el dorsal. Nosotros, sobre las cinco y media llegamos al límete de lo tolerable. Tardamos unos cincuenta minutos para recoger la bolsica con una cola de unos veinte metros. Cuando salimos la cola ya alcanzaba una longitud de más de 200 mts. No se lo que tendrían que esperar los pobres que se pusieron a esa hora a entregar la documentación. De allí fuimos a La Alameda. Allí entregaríamos las mochilas que dejaríamos en El Cuartel. Estimamos que si íbamos a correr a Setenil llegaríamos a buena hora y no necesitaríamos nada. Lo que en un principio era un acierto, a la postre se convertiría en un error que nos podría haber ayudado a solucionar el mayor de los desaciertos cometidos... Más tarde se verá el motivo...

En La Alameda se respira una aire más sosegado que en el Polideportivo, donde casi todo son nervios por la largísima espera. Moraleja: Hay que llegar pronto a recoger el dorsal o te comes una espera, por corta que sea la cola de una hora mínimo). Para dormir en el Polideportivo hay que hacer otra cola, para dejar la bici, en caso de ser bikero, otra y así sucesivamente... Dejamos las mochilas en un plis-plas. Me gusta que las metan dentro de grandes y fuertes bolsas de plástico y cerradas con cinchas, seguro que no perdemos nada... Recogemos a nuestras Santas y ya nos tiramos a Ronda la nuit...

Una carrera de este tipo permite que la noche antes, sin pasarte, puedas tomar una cerveza y pasear un poco con la parienta... Nuestros compañeros y compañeras lo agradecen. Para ellos las vísperas de las carreras son un aburrimiento mientras que nosotros estamos con los pies en alto.

Cenamos pronto. Ya estábamos aprendiendo. Si te descuidas un poco todos los restaurantes están llenos y tienes que hacer una cola extra esperando mesa. Un paseo para ver como cientos de corredores y familiares se desesperan esperando un lugar donde medio cenar. Disfrutamos del colorido y buen humor del “Los últimos Sus-murais”. Un grupo creado en internet por una buena causa para correr en Ronda. Y ahora sí, ahora está todo listo. A la cama. Antes repasamos con la lista que llevamos todo lo convenido en las riñoneras. El objetivo era llevar de todo lo que nos habían dicho que podríamos necesitar, pero no duplicar el contenido. Si yo llevaba esparadrapo, Special Force llevaría tiritas, si yo vaselina, él cacao para los labios y así sucesivamente.

Dormí regular. Es normal, la experiencia es la madre de la ciencia y todos sabemos que esta noche no es la buena, lo buena era que durmiera la anterior...

Como los burricos que atan a al noria, ya habíamos aprendido bastante del mecanismo de la prueba. Desayunamos a las ocho y a las nueve nos dirigimos al polideportivo, esta vez otro, no muy lejos del de la tarde anterior. Entramos con todos nuestros bártulos. Camisetas que cambiaríamos antes de la salida, zapatillas por si el cesped estaba mojado no salir con las de competición húmedas, una mochila grande donde meter todo y dárselo a nuestras santas. El llegar temprano nos evitó lo que ocurrió con posterioridad a los marchadores que llegaron con el horario más ajustado. Como la hora se venía encima comenzaron a dejar pasar solamente a bicicletas y los de a pie tuvieron que chuparse otra espera y otra cola interminable. Fotos con el carnero, fotos con la bandera, fotos con los compañeros de Special Force, fotos a lo que fuera o fuese, había que ocupar la espera. Decidimos, más por hacer algo que por necesidad, que ya era hora de ponernos con la vestimenta de correr y devolverle la mochila a nuestras santas. Ya estamos listos, otro nuevo repaso. Montamos una cadena con los ciclistas que ocupaban todo el anillo del campo de fútbol que hiciera llegar la mochila a las chiquillas que estaban en la grada. Eso animó un poco el cotarro, pues rompió la tensa espera de los bikeros esperando a que tiraran el cohete. Llegó la mochila a las nenicas y ya la suerte estaba decidida. Salen los ciclistas. Casi cuarenta y cinco minutos de bicis pasando. Nos vamos a mear... Debajo de un árbol del campo de fútbol.

Cuando llegamos los 3000 marchadores ya están en la línea de salida como si de un mil quinientos se tratara... Inocentes pensamos que en 100 kilómetros nos daría tiempo a todo, no hacía falta comenzar a dar empujones, ni saltar vallas para coger un sitio más cerca del arco... ¡Primer gran error de la mañana!. Tiran los cohetes, nos abrazamos y nos juramos por última vez que no nos dejaríamos el uno al otro en toda la prueba. Si decimos de retirarnos el otro debería coger por los huevos al compañero y arrastrarlo hasta La Alameda, costase lo que costase... Ya habíamos decido no volver nunca más y una retirada nos hubiera tentando a retar de nuevo a la suerte.

En nuestro peregrinar por el pueblo nos dedicamos a escudriñar entre el gentío... Lo mejor de la carrera, sus gentes... No vemos a las chiquillas, nos jode, nos hubiera gustado despedirnos de ellas, más que “ná” por si no regresamos... De correr, con lo mal situados que estábamos, ni se plantea. Lo principal es salir vivo de allí. En cualquier momento te puede atravesar el hígado uno de los bordones, bastones y demás utensilios que utilizan los marchadores para ayudarse y que con tan poco tiento portan algunos. Que no te piquen como a un toro con una garrucha de esas es el principal objetivo de esos primeros metros. Saludamos a varios murcianos que nos encontramos por el camino...

Salimos del pueblo, la estampa es conocida por las fotos, volvemos a ver un enorme gentío por una senda roja y polvorienta que a malas penas deja sitio para correr. Nos miramos sin decir nada: “¡Vaya una cagada!” pensamos. ¡Qué mal nos hemos colocado!. El camino es ondulado, asequible para correr, pero somos prudentes. Corremos cuando es llano o cuesta abajo y el gentío nos lo permite, cuesta arriba se anda...

Una curva y un gentío se arremolina alrededor de algo que no acertamos a saber que es... Pronto nos damos cuenta... Es la cola para llenar el bidón. Es el primer avituallamiento... Ya estamos seguros... ¡Somos unos capullos!. Pasamos del primer avituallamiento, tampoco era imprescindible... Nos juramos no volver a saltarnos ninguno... Pero éste, en éste se va a parar Rita... El Tomtom comienza a reconfigurar la estrategia... Tenemos que apretar pues de lo contrario en cada uno de los avituallamientos tendremos que esperar a que pasen todos los que van marchando. Hay que correr para llegar con menos gente por delante al agua...

Te tienes que quitar el sombrero para agradecer a la gente del camino que sacaba de sus casas su manguera, sus garrafas de agua, sus caramelos, fruta... A la gente que animba sin cesar como si de un partido de noventa minutos se tratara, a los legionarios que a pleno sol se encontraban en los sitios más recónditos y perdidos del camino para cuidar, animar e informar a los participantes.

Pasamos el segundo avituallamiento y el tercero. Ya se puede correr, la cosa comienza a estar bastante más clara. La gente hace la goma. Nosotros le pasamos, pero la mayoría no paran en los puestos y de nuevo tenemos que volver a pasarlos. Nos cruzamos con las bicis. ¡Nenudo espectáculo!. Parece como si tu fueras montado en una de ellas... El campo de prácticas y el circuito Ascari. Kilómetro 25 aproximadamente... Nos damos cuenta del gran error que hemos cometido de nuevo... Veinte minutos esperando a coger un vaso de agua y un pequeño bocadillo. Donuts, barritas, naranajas, plátanos... ¡Aquí hay de todo!. ¿Para qué coño cargamos con tanta mierda?. La espera y el convencimiento que vamos cargados como burros para nada, nos hace bajar un poco la moral. Vaselina, cambio de calcetines, cambiamos cada 25 kilómetros, pues el polvo del camino destroza los pies y si las herramientas de trabajo fallan, ¿cómo vamos a currar?. Pensamos en desacernos de todo allí mismo y quedarnos con un bidón vacío para los dos... Sopesamos los pros y los contra... ¡Coño dejar tanta pasta en medio de un camino es una frivolidad!. ¡Si hubiéramos dejado algo en Setenil allí podríamos deshacernos de todo, pero como no ha sido así, tendremos que cargar hasta el cuartel. Ya comienza a hacer calor... Lo superamos bastante bien, correr a las cinco de la tarde por la mota del río en Murcia de dos a tres horas diarias en un ejercio que curte... En Arriate ya comenzamos a pasar a gente muy madura... Adelantamos a unos amigos y en la Cuesta de los Cochinos a otros. La gente está tirada por las orillas. Otros recogen agua de una “regaera”, sin preocuparles si ese agua es potable o no... Es algo muy parecido a una “catástrofe”. ¿A qué velocidad saldría esta gente si nosotros no hemos podido adelantarlos hasta el kilómetro treinta y tantos?.

Special Force va como un tiro. Yo voy muy bien... Vamos sobradamente preparados, seguros de nosotros mismos... Igual que el estudiante que se examina y sabe que ha estudiado, que tiene los deberes hechos... Nos ha fallado el ser unos pardillos (perdemos mucho tiempo en las colas y transportamos peso de más)... Yo voy bien, insisto, mis seis kilos de más van algo peor... En llano y en cuesta voy al ritmo del “chico de la empresa”, cuesta arriba lo retraso algo. He llegado a Ronda muy tocado de las rodillas e intento cuidarlas y mover todos los kilos de más contra la gravedad me penaliza...

Bajamos de la Cuesta de los Cochinos y el humor no nos deja. Le pregunto a Special, nazareno como yo... ¡Oye, Special!. ¿yo con qué salí, con cruz o con cirio...?. El personal mira, pero no dice nada...

Llegamos a la Romería... Allí un compañero de Special, se atreve a seguirnos pero hoy no iba a ser el día que nos adelantara nadie. Pronto desiste en la disputa. En el kilómetro 40 paso a “Guille”, nos conocemos de la “Pujada al Castillo”. Me paro un segundo para saludarlo y seguimos a nuestro ritmo... Los kilómetros de más hasta Setenil nos están poniendo nerviosos. No aparece el pueblo y por los gps ya nos marca que teníamos que estar bebiendo y cambiándonos los calcetines. El calor hace que no haya digerido demasiado bien lo poco que he comido... Poco, porque se ha de comer poco, pero lo necesario para correr sin desfallecer... Tengo algo de angustia, pero no digo nada a mi compañero... En Setenil me tomaré un ibuprofeno, aunque eso sea ayuda externa... Pasar por las terrazas te pone los “pelos tiesos”. Es un pueblo muy bonito y la gente te trata como debieron de tratar los griegos a sus héroes olímpicos... No puedes dejar de correr y saludar... De vez en cuando tengo que tirar de las riendas a Special, que va desbocado y se anima con los aplausos...

En Setenil ya no hacemos cola... ¡Menos mal!. Ya llevamos mucha gente detrás y más que quedarán. Tampoco teníamos que recoger nada, así que pillamos lo justo del punto y nos vamos a unas pequeñas escalinatas a cambiarnos de calcetines y de camiseta. Junto a nosotros se encuentra una pareja que debe estar esperando a algún competidor. La chica muy guapa... Como no podía ser de otra manera le lanzamos unos “requiebros” y alguna que otra chanza... Enseguida nos preguntan: “¿De que parte de Murcia sois?”. Resulta que eran de Puerto Lumbreras. El chico de ella ya ha pasado, le preguntamos el dorsal para que cuando lo adelantáramos darle recuerdos de su parte... ¡Somos más chulos que un ocho!. En ese momento la chica de él llama por teléfono para decirle que está llegando a Setenil (luego se dió cuenta que de llegar nada, que faltaba bastante más de lo que ponía el bloc) pero que está muy mal, que se va a retirar... La gente se paraba para no levantarse, algunos salían en camillas... Decidimos dejar tan buena compañía e irnos de allí, antes de que se nos pegue algún virus del tipo “retirada”... Le dejamos un poco de vaselina para la novia de nuestro nuevo amigo y tiramos hacia otra cuesta más...

En el siguiente punto le pregunto en canchondeo a un legionario ¿Cuántos kilómetros llevamos?... El tío me contesta cinco menos de los que marca el gps... Le digo con sorna: ¡Pues yo, en cuanto me marque el bicho este 101 me paro, esté donde esté y tenéis que llevarme la medalla y la sudadera hasta allí!. Hicimos peña un ratico con un grupo de la legión, con un guardia civil... Con mucha gente...

A Special-Force no hacía más que sonarle el teléfono... ¡Le llamaba ya Obama, qué tío más conocido!. Las primeras llamadas fueron algo despistadas, su madre le decía que comprara el pan que hoy era doble y los de la caja de ahorros para que fuera a recoger un regalo... Luego comenzaron a llamar las nenas y los amigos... Eso si que da alas...

El camino hacia el cuartel se hace largo... Por contra el sol ya había desaparecido del horizonte y comenzaba una nueva etapa... Pero eso ya será mañana...