miércoles, 23 de septiembre de 2009

¡Sigo vivo y también sigo viviendo!.

Lo que pudiera parecer una obviedad no lo es tanto. Mientras que algunos, por unas circunstancias u otras, están vivos, cierto es, por desgracia, que no viven ya que no pueden disfrutar de esa vida… Casos tan evidentes como los enfermos que estan en coma o los que se enredan en una vida que no aporta ninguna felicidad…

Mi vida sigue y ahora tendré que cambiar el tema del blog. El triatlón ya no será una de las musas que lo provoquen. Quedó como un recuerdo que me aportó muchas satisfacciones y alguna que otra decepción. Estas últimas son muy pocas. Estimo que más por mi incompetencia para hacerme comprender, ya que aunque el receptor del mensaje tenga el conducto de comunicación con tanto ruido que no sea capaz de analizarlo, creo, que es obligación del emisor, el ser capaz de llegar, no sólo a ser escuchado, si no también, comprendido. No cierro el libro, sólo paso página. Buscaremos la felicidad con otros juegos y con otra gente. Tanto el juego, como los jugadores, merecen que no se cierren las puertas. El triatlón es un gran deporte, los triatletas y la gente que los dirige merecen la pena, tanto, que nunca hay que decir: “¡Nunca, jamás!”.

Tras los 101 de Ronda llegó el relajo. Tan pancho estaba que incluso me ví tentado a abrazar la vida sedentaria. Una existencia más parecida a la de mis compañeros de escuela y coetáneos que rozamos el medio siglo de “persistencia”. No me equivoco con el vocablo. Sólo los que insisten llegan a la meta. Tan atraído estaba por los cantos de sirena del sofá que cuando me llegaron las inmerecidas vacaciones, de los 68 kilos que pesaba en Ronda había conseguido la ya estimable cifra de 78,6 en la báscula.

Intentando recoger un “panchito” que acompañaba a un “don pedrito”, que a su vez hacía más llevadero un insoportable partido de fútbol de esos de pretemporada sin interés ni fuste y no poder llegar a él, ya que  algo se interponía entre ambos, tomé conciencia de la realidad. El impedimento no era una silla, una maceta o algún criajo de los varios que han pululado este verano por casa, no. La barrera la ponía una imponente barriga cervecera, que a la  vez de hacer el esfuerzo un acto inútil, se reía de mi oronda persona. Tomé una decisión, cual Escarlata. No la de la “Letra Escarlata”, que esa estaba tachada de puta o de bruja, no recuerdo, sino la de “Lo que el viento se llevó”. ¡No volveré a estar así! y ¡A Dios pongo por testigo!.


En un mes de vacaciones me he puesto en 73 kilillos. Podríamos ponernos de acuerdo en que cinco kilitos está bien para treinta días de entreno. He doblado casi todos los días, no he reducido prácticamente los “panchitos” ni los “don pedritos” y me he pasado en la bici casi unos dos mil kilómetros. La idea, de ahora en adelante que ya estamos en el curro, es salir lunes y martes con la bici. Por aquí cerca, por los centros comerciales. Un par de horas, unos cincuenta kilómetros y los jueves y martes, antes de ir a mi nueva obligación, correr una horica. Los sábados y los domingos saldré con la peña el domingo y el sábado con quien pueda. ¿Objetivos?. Ninguno, estar un poco en forma y conforme conmigo mismo. Obtener un poco de autoestima al mirarme en el espejo y divertirme. Salir cuando haga bueno y quedarme en casa cuando no lo haga… ¿Competir?. No digo que no, pero si acaso, en algún duatlón, en algún medio maratón. ¡Eso sí!. Me gustaría ir al Maratón de Valencia a pasar un buen rato y tirarme cuatro horas corriendo con algún amigo…. Y quizás... Casi seguro... Ronda… Pero eso aún queda muy lejos. Más de un año. Esta es una parte de mi realidad. ¿Cuál es la otra?.

Mi pequeño, bueno, está en cuarto de carrera, no es tan pequeño, ha querido volver a jugar al balonmano. Tiene muchas carencias, pero atesora una gran virtud, que es su gran capacidad de trabajo y su gran ilusión. Ante tan grata decisión, no queda más que apoyarle. Me he comprometido a ayudar en un par de cosillas a su club. Algo no demasiado absorbente, no demasiado trascendente, no demasiado importante, pero si lo suficiente para que si algo puedo aportar a su proyecto, al personal de mi hijo y al de su equipo, aportarlo.

Comienzo con mucha ilusión y con muchas ganas de cooperar, aunque como todo en esta vida y con tanto andado y aprendido, a dios gracias, con prudencia, con paciencia, sin irme detrás del estoque para encontrarme de lleno con la cornamenta del toro en el pecho… Sin que llegue a ser una “obligación dolorosa”, ni un pasatiempo que se torna incómodo.

La liga comenzó el pasado sábado y la realidad les vino a poner en su sitio a este grupo de animosos pero faltos de conocimientos balonmanistas. No era fácil aprobar en esta primera convocatoria. Su intrepidez, voluntad y su innegable talento, junto con su trabajo, harán que pronto el resultado torne de color.

Club Balonmano Murcia 31 – Club Balonmano Montesinos Jumilla 37

Cuando me senté y vi desfilar al equipo de Jumilla hacia la pista tuve sentimientos encontrados y tuve la certeza de que el mundo del Balonmano en Murcia estaba parado en el tiempo.

Lo primero que creí fue que iban a masacrar a los pobres críos de Murcia. El aspecto de los Jumillanos, su formalidad en el calentamiento, su actitud profesional en la cancha, mostraban claramente la diferencia entre un grupo de jugadores y otro. Los capitalinos no poseen esa cultura del balonmano, en el que su primer dogma es: El Partido comienza ganándose en el calentamiento. Mientras que unos calentaban de forma profesional, uniformada. Con aspecto de ejército soviético. Los otros hablaban con las novias, se gastaban bromas… Parecía más bien, que el partido, a su entender comenzaba en el momento que pitaba el principio del mismo los señores colegiados. Mi experiencia me dice que los jumillanos comenzaron el partido con un 5-0 a favor y el crono del pabellón aún no se había puesto en marcha.

Por otra parte me decía a mí mismo que la ignorancia es atrevida y los equipos que menos piensan, por su falta de reflexión, no se enteran que la tarea de la victoria es imposible y al final ganan.

Vi confirmada una intuición, desde que abandoné el balonmano murciano y seguro que no porque yo aportara mucho, que estoy seguro que más bien era muy poco lo que aportaba. Este deporte en la región está parado o ha avanzado muy poco. En Jumilla estaban jugadores que en mi época de entrenador eran cadetes, habían pasado por la División de Honor y que ahora consumían su tiempo libre con sus amigos del barrio. Pocos jugadores buenos de calidad han aparecido, sigue el balonmano regional alimentándose de antiguas glorias. ¿Qué decir de los árbitros?. Agradecerles que sigan en este deporte, pues sin su aportación, indispensable, sería imposible su práctica y su evolución… Pero por desgracia seguían siendo los mismos de hace 20 años. Faltan nuevas generaciones, agua limpia y fresca que regenere y de vida a la charca…

Los locales ganaron la primera parte 18 a 14 y justo cuando se dieron cuenta que podían ganar les invadió uno de los virus más terribles que puede afectar a un jugador: La “responsabilidad”, el “miedo a ganar”. Este síndrome hace aflorar sus inseguridades y sus más ocultos defectos técnicos-tácticos. Eso junto a la incapacidad, por falta de entrenamiento, de atacar un 5:1 que propusieron los Jumillanos en defensa, sumado al poco fondo físico y la falta de riego cerebral en los momentos en que la cabeza es más importante que el brazo hizo que el resultado se tornara en negra (por el color de las camisetas contrarias), aunque digna derrota.

Objetivos a trabajar a corto plazo (opinión personal, pues trabajarán lo que el entrenador disponga):

Técnica-Táctica individual, sobre todo en defensa.

Táctica defensiva colectiva: Trabajo en equipo, basculación, ayudas, comunicación.

Ataques sencillos contra defensas organizadas: 2x2 y 3x3

Pues nada,  esto es lo que dio el debut del equipo, del que no soy entrenador, sólo un ayudante que pueda aportar aquellas cosas que se le pidan.

2 comentarios:

XARLI dijo...

Todavía tengo unas cervecicas esperándote!!!
Y tú ahora, cual tránsfuga, te pasas a uno de esos viles deportes de pelotas y balones, ja,ja!!

stani dijo...

Ya decía yo que de tanto pasar por el coto y sólo se te iba a pegar algo, no te digo nada más por si te lee algún mariquita amigo tuyo. Dentro de poco te veo jugando a la petanca, jejeje. El sábado atento que te voy a quitar las pegatinas.... olé.