lunes, 28 de septiembre de 2009

¡Cumpleaños Feliz!

Pues esta semanica no ha sido nada del otro jueves. Como a dios gracias, para unos, ha llovido y me prometí que no pasaría más penas por entrenar, ni el lunes ni el martes pude. El viernes toca descanso y domingo cayó la mundial, así que el agua me ha dejado con poquicas horas de entreno unas cinco de las que algo más de dos fueron en bici con Juan y Stani. Ya estamos organizando un "fin de temporada" ahora que la de balonmano está comenzando.

Hoy es un gran día, como dice la canción. En este caso no es "puede", sino "es" un gran día. El agua cae a sacos, como si se hubiera roto la cañería principal del cielo pero eso no va a impedir que celebremos el 21 aniversario del nacimiento de un ilustre. Mi zagalico, el pequeño, el Pablete.


Pablo muchas felicidades. Pasa un gran día, si no te lo echamos a perder alguno de nosotros, claro.

En cuanto al balonmano, seguramente esta será una de las mejores jornadas de la temporada. El partido contra Abarán, un recién descendido de Primera División se ha aplazado. Esta semana al menos no sufriremos. No saldrá nada mal, todo lo entrenado saldrá bien, ya nos encargamos en los entrenos de que no falle nadie... jajajaja.

Como recuerdo aquí pongo unas fotos del debút de Pablete con el magnífico equipo del C.BM. José Chover-El Carmen, en su equipo de la escuela con el que llegó a jugar una final regional y todo. La anécdota fue que como era tan chico, de cuerpo y de edad pues el
                                                                          Premio para el que adivine quien es Pablete
descerebrao del padre le falsificó la fecha de nacimiento para que pudiera jugar. Al final del partido le atamos un nudo a la camiseta (es que era tan grande que si no se la llegamos a atar se la pisaba al correr), como esos nudos que se hace a la camisa los flamencos y salió a jugar al campo. En ese momento, una señora, madre de uno de los jugadores del equipo contrario que estaba en la grada saltó al campo. Al grito de: ¡Niño, salte del campo que te van a matar estos zagales!, asío a Pablete por la cintura y apoyándolo en su cadera lo sacó del campo. A todo esto, Pablete, comenzó a protestar y a patalear con sus piernecicas suspendidas a la altura de los muslos de la señora dándole patadas y diciendo que: ¡Déjeme jugar, que yo soy del equipo del Chover!. El árbitro tuvo que parar el partido y tras pedirle a la abochornada señora que abandonara el campo, depositando antes al jugador sobre el terreno de juego. Pablete, que ya de por sí, estaba siempre colorao como los tomates, tomó un berrinche que no te veas... La final, por desgracia la perdimos pero todos tuvimos nuestro momento de gloria, unos más y otros menos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias papa!! tú siempre sacando a la luz mis mayores proezas deportivas jajaja.
Es broma, siempre me ha gustado esa historia, es muy del estilo de nuestra casta jaja.

magopepo dijo...

Felicidades, Pablete.

Un placer compartir contigo, de vez en cuando, algún buen ratico. A ver si el golfo de tu padre se hace el ánimo y corremos juntos la maratón de Valencia, aunque sólo sea por los gintonics de después.

Ilusionados saludos.

stani dijo...

joder que fácil! al lado del maricón de Pacorro, dónde quedamos para las cervezas?....

XARLI dijo...

¿Para cuando dices que nos invita tu Pablete?

Anónimo dijo...

Ooooño, el pablico, miralo, tiene la misma cara de concentración que el padre. En serio, comentando el otro día por casa con la santa, decía que hay familias que ojo con la genética, lo dura que es.
Y Pablete la ha heredao.

Abrazos, Spanjaard.