lunes, 28 de diciembre de 2009

Cinturica de avispa.... Jajajaja....



La otra mañana me espetaron:

-¡Hola Garban, cada vez te pareces más a tu padre!.

Ya lo dicen por ahí, quien no se parece a su padre no tiene vergüenza. La cosa dicha así, de sopetón, con una sonrisa, rápido, sin tiempo para analizar la situación no tenía la mayor importancia...

Mi padre es un ancianico, sin pelo, al pobre se lo raparon al cero para convertirlo en el hombre biónico y de momento le crece con pereza, como sabiendo que tarde o temprano volverá a ser reducido a la nada... Hinchado por las medicinas y tornado el rostro a serio, preocupado... A su alrededor ocurren cosas que no entinede, no llega a captar su significado y a ratos se da cuenta que algo no va bien... El caso es que el hombre tiene un aspecto orondo, sonrosado... Como dirían en la aldea ¡qué rebosa salud!, o más acorde con las fechas, una réplica exacta de Papa Nöel, pero sin barba y sin pelo...

Pues si mi padre sustituirá a Santa Claus en cualquier momento y yo sustituiré a mi padre pronto... Y como no dejo de pensar... ¡Qué malico es eso de pensar!. El caso y volviendo a lo que venía la entrada... Me puse a mirarme en el espejo en una tarde de estas frías que no dejan hacer nada más que ver la tele o mirarse en él. ¡Cáspita!. ¡Qué mariconada de exclamación!. ¡Ya sé porque dijo el “desgraciao” aquel que me parezco a mi padre!... ¡Tengo el mismo color rojo salmón, como si estuviera tomando el sol en La Manga y habitualmente viviera en Laponia!. ¡Coño, también tengo la misma papada que mi padre!... ¡Joder, si estoy más gordo que él!. Apesadumbrado y con el sentimiento, tan común en mí, de culpabilidad infinita, pensé: ¡Dejemos pasar la Navidad y el Año Nuevo, luego volveremos a mirarnos en el espejo!.

Las seis de la mañana, bueno y unos minutos que no soy el más rápido en levantarme de la cama. Tras ducharme y desayunar me dispongo a vestirme. Elijo la ropa con tiento, a la vejez hay que llevar cuidado como se viste uno, sobre todo si ya ha notado que la papada rebosa por encima del cuello de la camisa y tiene una cara de “pan” que no le cabe en el espejo. Me pongo unos pantalones grises, muy monos, me hacen cinturica de avispa, realzan mi talle y me dan luz a mis ojos... Me da la impresión que debo de tener algo en las manos, una estraña enfermedad que impide que mis dedos sean capaces de meter el botón en el ojal. ¡Bueno, bueno!. Me ayudaré un poco. Meteré la barriguica “pá dentro”. ¡Recórcholis, qué torpe estoy esta mañana!. Me tumbaré en la cama y encogiendo la panza y con ayuda de la gravedad que tirará de la grasa hacia abajo seguro que esto se soluciona y el pantalón se ajusta... Tras levantar las piernas, apretarme a la cama y emitir gruñidos, que en mi inconsciencia intuí que podría ayudar a la tarea, desistí. No hubo manera de embutirme en el pantalón. Fue un mazazo que rápidamente mi habitual buen humor y sentido práctico de la vida intentó minimizar. ¡Me pondré un vaquero, que eso siempre entra!. Misma escena, mismo fin... No entró... Saqué la maleta donde guardaba la ropa de hace 15 años y metí en ella lo último que me quedaba de mi autoestima y los dos pares de pantalones... Rebusqué y vislumbré la solución... Allí había unos cuantos pantalones pasados de moda pero de la talla adecuada para mi actual volumen.

Salí al salón, donde mi santa me esperaba para irnos al curro y me pregunta sin ningún atisbo de acritud:




  • Garban, ¿tú vas a trabajar o a una fiesta retro por motivo de la Navidad?. ¡Qué pintón te has puesto, vas a dar el golpe!. Ni Travolta con sus pantalones de pitillo y su chupa negra clava el “tipo” tan bien como tú.




No creas, me costó convencerla de que no era mi voluntad la que me obligaban a aparecer en el curro de esa guisa... Era la voluntad de mi barriguica.

Ahi viene el porque de toda esta retahíla de sucedidos... Estoy gordo y tengo que hacer algo al respecto, porqué si no acabaré pidiéndole a mi santa que se vista como Olivia, para ir al menos conjuntados los dos...

No voy a esperar a principios de año... Sería tanto como admitir que estoy haciendo un brindis al sol, una estrategia como esas de dejar de fumar... dentro de unos días... O los proyectos de vida nueva que nunca cumplimos al comenzar el año... Así que hoy, aquí y ahora comienzo mi cura de adelgazamiento que consistirá en volver a correr y a salir en bici, justo hasta que me pueda volver a poner los pantalones que ahora he guardado en la maleta con la firme decisión de que salgan de ella antes de que se pasen de moda...


Por eso reactivo mi blog, con el espíritu de “Probé a Ser Imvencible”. Sin relajo, sin pensar ni un instante en la posibilidad del fracaso... Con buen humor, contando las “cuítas de un pobre gordo”, sin desmerecer a nadie, sin querer que nadie se sienta herido o insultado. Levanto la bandera de la obesidad sin veguenza, sin miedo, con orgullo... ¡Estoy gordo, vale!. ¿Y qué?.

Tendré que tragarme todo aquello que dije. ¡Qué ciertas son todas aquellas sentencias que nos enseñaron nuestros ancestros!. “No digas, de este agua no beberé, ni este cura no es mi padre”. “A feria buena, nunca vuelvas!... Sentiré que las mallas se me reprietan contra mi “sexo” y la culera de la lycra se embebe entre mis nalgas... Mi ombligo llegará antes que yo al final del trayecto y el vaivén de mis lorzas amenazarán el equilibrio del mundo por el “efecto mariposa” de su “grácil” cimbreado.

Esta tarde pondré pilas al cuenta kilómetros, al pulsómetro y buscaré la ropa de entrenar del fondo del cajón... Si puedo ponérmela saldré a correr y mañana iré a ver a mi zagalico el pequeño a “El Rellano”, donde está de campamento con mi china... Si acaso no me entrara la ropa adecuada, la de “deportista” de la que antes ejercía, haré como todos los gordicos... ¡Me pondré mi chandal!. Con orgullo, como el que se sabe poseedor de la verdad, me lanzaré a por la victoria contra mis kilos.

A dios pongo por testigo, que no volveré a sentirme como Scarla O'hara, siendo apretada por su corpiño con la ayuda de su “ama negra”.

Esta es la primera y última entrada “seria” de esta nueva época, las próximas prometo que serán alegres... ¡Lo qué no me pase a mí, no le pasará a nadie!”.

P.D.: El equipo de balonmano va algo mejor, pero no estoy siendo demasiado feliz con la experiencia. Mucha responsabilidad que antaño había olvidado. ¡Los que hemos disfrutado de deportes individuales no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos!. El deporte en grupo y más si se quieren obtener resultados es estresante, agobiante, acaparador... ¡Cuantas voluntades que aunar, cuantos egos que atemperar! (Y eso que los zagales son unos tipos cojonudos)


Tengo otro proyecto que espero que sea un éxito. ¿Habeis oido hablar de LipDup?. Os dejo una entrada a un blog que explica lo que es y algunos ejemplos... Cuando lancemos el nuestro os pondré un enlace... Lo haremos, si no pasa nada, para el equipo de balonmano...




4 comentarios:

magopepo dijo...

Hola Paco, muy buenas.

Joder, podría haberlo escrito yo, punto por punto.

Es increible, ayer, exactamente ayer, decidí que no tenía sentido esperar al Año Nuevo. Ayer, tal día como ayer, puse pilas a la báscula (100,7kg., que se dicen pronto). Ayer pagué un curso de natación para el primer trimestre 2010. Ayer cancelé una comilona por todo lo alto, la cena de hoy, la de mañana, la comida de Año Nuevo, la cena del día 2 y la comida de Reyes. Me he dejado sólo la cena del 31, trataré de no pasarme.

Con el temita de la ropa me limitaré a decirte que tu situación es bastante mejor que la mía. Tú, al menos, tienes la maleta "vintage", yo toda "la de gordo" la regalé hace unos años, cuando nunca más, pasara lo que pasara, iba a volver a superar los 78kg. A día de hoy sólo tengo un pantalón que me medio entra. Camisas un par, a punto de estallar los botones con la barriga. Chaquetas, ninguna.

Y a correr no pude salir -aunque lo intenté, pero tuve que parar a los diez metros- porque el último ataque de gota todavía no se ha ido del todo y veía las estrellas.

Resumiendo, que tenemos un amplio margen de mejora. Apuntate ya, pero ya es ya, ya mismo, al maratón de Valencia y echamos el fin de semana juntos.

Reparte abrazos y besos por casa.

FELIZ 2010.

CARLOS dijo...

Buen propósito Paco, si te animas para Valencia yo ya estoy inscrito, y en cualquier caso, cuenta conmigo para salir a correr o bici, a tu ritmo. El coto es un sitio extraordinario para cualquiera de las dos.
Y sin ir más lejos, el día de año nuevo pretendo empezarlo a lo grande, así es que o ve voy a las antenas de la EVA en Sierra Espuña, y vuelta en la burra flaca (si encuentroa a alquien que me acompañe), o me meto yo solo los 42 KMs de mota a pie desde Murcia a Molina y regreso a casa.
Además, ya se te echaba de menos en las carrericas de la Federación.
Un abrazo bien fuerte y Feliz 2010

stani dijo...

Que alegría garbanzo mío que vuelvas al redil, aunque lo mismo esto es una inocentada, jajaja, ya está bien que vuelvas a madrugar una miaja y a sudar como un hombre de hierro.

Bueno, pues que feliz año campeón,el día 2 nos vamos en bici, te apuntas?

Anónimo dijo...

apuntate otro proyecto: conseguir que tú "zagalico" el pequeño sea si no bueno por lo menos decente jugando al balonmano, que no juego un pijo jajaja