martes, 27 de noviembre de 2007

¡Y si eran buenos mozos...!

Los lugareños de una pedanía de Murcia, concretamente los de Aljucer, se mofaban de los que vivían en otra cercana, exactamente los del Carril de La Herrera, cantándole esta jotica a modo de chufla:
¡Si eran buenos mozos los de La Herrera!,
¡Si eran buenos mozos los de La Herrera!,
Qué cogían los tomates,
Con escalera

Observese la bolsa de plástico verde en la mano izquierda, uno que es un "pofesionaaa"
Pues eso, que de profesión cuando sea “mayor” quiero ser “Telepredicador”, que es una versión más moderna y que denota “menos responsabilidad con el prójimo. ¿Quién hace caso a los que por la tele, te avisan de que arderás en los infiernos por tu mala vida y a continuación te leen un número de cuenta corriente donde ingresar un donativo?...
El domingo era el día exacto, el que todos daríamos como el “elegido”, para tomar la decisión de quedarse en casa durmiendo… El hombre del tiempo, como dice “El Sevilla”, el de los Mojinos, qué cada vez son menos hombres…nos había avisado con un “día de perros” de esos que hace de vez en cuando para castigo de los impíos… Con la bolsa hecha y la casa despierta, cualquiera se echa para atrás… Miré por la ventana y el cielo estaba encapotado. Escuché la radio y me decía que hacía un día para quedarse en la piltra y pedir a la parienta que te diera cobijo entre los pliegues de sus sábanas, pero como no hay cojones para decir que “¡lo he pensado mejor, no voy!”. Cuando dieciocho pares de ojos te miran con cara de asesinarte una vez los has hecho abrir a todos, pues eso, que uno es débil y acompañado por su zagalico mayor se va para Benidorm.
El viento soplaba con fuerza, el cielo estaba cerrado pero todo no iba a ser malo, la radio se escuchaba y no hacía frío, estábamos a catorce grados y medio, una temperatura prudencial para correr.
Una vez en la autopista, llamo a Stani al móvil y éste me contesta, el móvil, que el Stani no dijo ni mú, que el aparato al que llamaba estaba apagado. ¡Menos mal!, éste por lo menos tiene más cabeza que yo, ayer se chispó en la despedida de soltero y se ha quedado sobando, donde todos deberíamos haber permanecido… Al segundo suena el “telefonino” y la voz dicharachera de mi compañero resuena en mi manos libres, ¡Acho, que no tenía cobertura, ande m´encontraba!. En convoy nos dirigimos a Benidorm. Al llegar a la salida, el viento y el cielo se juntan con la tierra y ya no es que amenazara lluvia, sino que unas pequeñas gotas se dejaban caer a modo de aviso y el suelo se mostraba tremendamente encharcado. Como excelente detective aserté: ”Fumar, no se si habrán fumao, pero llover, aquí ha llovio a manta”. Para los no iniciados en el noble arte del riego, a manta, es como se denomina en la huerta el riego por inundación. Todo lo contrario que ahora. En la actualidad se hace por goteo, que es al riego a manta como la sacarina al azúcar… Aparcamos muy cerca de meta, tan cerca que apunté la siguiente reflexión a Stani: “¿Es posible que haya sitio aquí, porque hay unas líneas amarillas pintadas en el suelo y dos postes verticales donde a la vez de la señal de prohibido aparcar, couelga un letrero que reza: Aparcamiento para los clientes de la farmacia”. Junto a las señales se encontraba una bella policía local que sólo hacía saludar a los lugareños con una amplia sonrisa y no prestaba atención a nuestros coches”. Stani que es más de la huerta que yo, concretamente él es de la huerta y yo no, se limitó a decir: “¡Acho tío, qué hoy los guardias estarán pá otras cosas, qué no sea multarnos!”. Con un razonamiento tan sólido no pudimos más que dejar los coches en tan estratégico lugar. Nos acercamos al Ayuntamiento. A Stani le fue difícil encontrarlo pues decía que no había visto ni un solo cartel que pusiera eso, le informé que era lógico, allí ponían Ajuntament, que era lo mismo pero en el idioma del lugar. ¡Lo bueno que tiene el correr, es la cultura que te aporta!. El edificio del Ajuntament, es de esos que ahora llaman “singular”. No es más que un remolque de camión gigante sobre dos columnas que lo sostienen a ambos lados. Allí cogimos los dorsales sobre las ocho y veinte de la mañana y no tuvimos más que ver la salida de la maratón e irnos. El viento seguía soplando y el ambiente era exiguo. ¡A menudo sitio hemos venio!, no hacía más que pensar… Hasta las diez, no había nada que hacer y de ahí vienen las dos reflexiones con que comenzaba esta entrada, mi afición por la telepredicación y que tendrían que dedicarme una jota con chufla por ser tan tontaina como puedo llegar a ser. La hora y media que faltaba hasta la salida podría ser eterna y nos dirigimos a donde la querencia (costumbre que tienen los animales para ir a abrevar al mismo sitio), nos guió, ¿al gimnasio?, ¡C´a…, al bar!. En él nos atrincheramos cuatro personas y fuimos capaces de ocupar ocho sillas y dos mesas, con tós los bártulos que transportábamos con nosotros. Como de nacencia soy tímido, me dio vergüenza el contestar ¡Nada, gracias!, a la pregunta de la camarera sobre que iba a tomar y me decanté por la segunda mayor tontería del día, la primera recuerdo que fue el levantarme y me pedí un CAFÉ. Mientras que degustaba tan exquisito brebaje predicaba a mis atentos discípulos sobre la metódología a aplicar en el caso que nos ocupaba. “Hay que embadurnarse de vaselina los pies, los dedos, la planta. Hay que ponerse la habitual y mucho más. La lluvia produce mayor sudoración y las zapatillas mojadas nos pueden destrozar los pies si comenzara a llover con fuerza. Debemos evitar los charcos. Beber aunque no se tenga sed. La humedad de la lluvia palia, en parte, la sed y si nos descuidamos podemos deshidratarnos. Una carrera con lluvia es una trampa. Evitemos circular demasiado tiempo en solitario, un grupo nos resguardará del aire y nos dejará fuerzas para apretar a partir del quince. Les hice hincapié de lo necesario que es llevar una bolsica de basura que ponernos en el calentamiento que evite el mojarnos y salir ya helados a correr. La bolsa cuando se lleve unos metros se tira y ya está. En mi púlpito imaginario di lecciones al más puro estilo Valdano y mientras yo ya tenía “la bicha” por dentro corriendo por todo mi sistema digestivo. Se acercaba la hora y nos dispusimos la ropa de faena. Con mi amplia experiencia me fui hacia la salida con mis guantes de lana, debajo llevaba otros de látex que evitan que el aire frío te corte la piel, mientras que la lana te da calor. En la cabeza llevaba mi pañuelo, nada de lana, el pañuelo recoge el sudor y deja transpirar la piel, de esa manera no me caerán los chorretes de sudor que producen los gorritos y la orejas, de soplillo que gasto, irán convenientemente guarecidas. Pero mientras la bicha se comía mi flora intestinal… Acabada la soflama y tras demostrar, ampliamente mi gran experiencia, nos fuimos a calentar. Pero el daño ya estaba hecho… ¡Mira que tomarme un café!, ¡seré borrico!. ¡Qué me canten la jota!.
A la media de Benidorm era la primera vez que iba, seguro que vuelvo. Hoy en día, como decía un ilustre gestor de la política cultural, con unas esparteñas (alpargatas de cáñamo) y una alcayata se hace un museo etnográfico. Algo así pasa con las carreras, con una línea de meta y un polígono industrial te organizan una media maratón. En Benidorm se han esmerado con el recorrido, es bonito y sobre todo está muy concurrido de gente, mucho guiri, mucho inserso y algunas zagalicas guapas. Por la playa no hacía demasiado aire, por lo menos a mí no me molestó, la zona dura son los dos kilómetros subiendo al parque de atracciones acuático, que no se compensan con la bajada. Encima el viento era allí donde más castigaba. En fin, decir que Benidorm es una “carrera con encanto”. Salí sin crono, como viene siendo costumbre y comencé, en cuanto pude, a adelantar gente. Al principio no era demasiado fácil por la cantidad de corredores que estuvieron en la línea de salida. En todo momento fui a buen ritmo, con sensación de facilidad y percibiendo que aún podría correr más deprisa. Llevaba un cierto lío con los kilómetros, pues los había de dos colores, hasta la mitad no tuve la seguridad de que los rojos eran los de la media. Paso por el ocho y pico y me cruzo con Stani, me indica que el giro está muy próximo y me doy cuenta de que no va demasiado lejos. Le veo bien y le digo que siga así. Volvemos por la playa y comienza mi cuerpo a darme los primeros toques de alarma. Tengo una sensación extraña en el bajo vientre, justo donde las nenicas tienen su “monte de Venus”. ¿Coño, me estaré meando?. Comienzo a prestar atención a esa ligera molestia. El ritmo no decae pero intento ser prudente. Sigo pasando gente. Obesos, eméritos, nenicas, todos sin “pinta de atletas”. ¡Cuando más viejo me hago, más clasista me vuelvo!. Reflexiono sobre la necesidad de situarme mejor en la línea de salida, punto que estoy descuidando últimamente. Durante esa reflexión me relajo un momento y el vientre hace como un ¡flax!. Sin querer expresarme demasiado escatológicamente, era como un “peillo líquido”. ¡Aprieto el culete!. ¡Glub, solo me faltaba el irme de “bareta” delante de todas las nenicas que hay en el paseo marítimo tomando el café con tostadas!. Pendiente del temilla, que cada vez era algo más “tema”, me dirijo hacia el kilómetro 15. En él, la necesidad de mear era ya imperiosa, pero si aflojaba el vientre para evacuar la menor, igual se iba la mayor… No sabía que hacer, si llorar o reírme. Me venía a la cabeza las escenas de las películas en las que el marido le dice a la parienta en proceso de parto: ¡Aguanta, nena qué llegamos al hospital y no dejes de respirar profundamente!. Si algo faltaba eran los dos kilómetros “p´arriba” que nos estábamos pegando, con un vientazo de dos pares… En la palmera que está junto a la alfombra del kilómetro 16 y pico donde se toman tiempos, me paro. Le pregunto al señor cronometrador, ¿Tiene usted algún pañuelo de papel?. Me mira y se ríe. No, me contesta, pero esto está lleno de gente, dónde te vas a aliviar?. Miro y quinientas personas animaban a todo el mundo en aquella concurrida zona. Me pongo tras la palmera y apretando de un lado sí y de otro no orino, esperando que no hayan mayores desgracias. ¡Ya sólo me duele un lado!. Con Stani me crucé un ratico antes, me había sacado algún metro más, pero no muchos, pero el tiempo que perdí en la palmera y charlando con el de “Championchiplevante”, fue demasiado ya. Bajé la cuesta como pude y ya no iba tan fácil. Apretaba más con el culo que con las patas y de pasar corredores, fueron éstos los que me pasaban a mí. Los dos últimos kilómetros se me hicieron interminables por una avenida atestada de gente que no cesaba de animar. En otras circunstancias hubiera sido un bonito final para una carrera que, aunque el crono diga lo contrario, se me pasó muy rápido. En la recta me pasaron dos triatletas de Jumilla que yo había dejado atrás en el kilómetro 5. Eso ya me hundió definitivamente. El giro a la izquierda para entrar en la plaza del ayuntamiento como digo en otras circunstancias hubiera sido muy emotivo. Pocas medias, si exceptuamos la de Santa Pola, tienen tanta gente y tanta animación. Pero yo sólo quería llegar a meta y encontrar esos wateres portátiles que había usado antes de la salida. Llego y el reloj me marca una hora treinta y siete cincuenta y nueve. Otro bajón, tenía la sensación de que iba algo mejor. Lo peor de la carrera fue el dolor de vientre que me duró hasta bien entrada la tarde. No voy a explicar lo que hice nada más llegar a meta, pero no le arriendo las ganancias a quien entrara después que yo a la cabina del portátil, aquello no había manera de ponerlo en luz. Por otra parte tuve sensaciones de correr fácil, suelto y no llegué nada fatigado al final de la carrera, pero es que me encontraba fatal. ¡Tanta experiencia, tanto saber y caigo en lo más sencillo!. ¡Mira que tomarme un café!. Estoy contento con la carrera. Stani me hubiera ganado igualmente si no hubiera tenido los problemas estomacales, pero la diferencia hubiera sido mucho menor.
Por otra parte, la semana sigue su curso normal. He hilvanado mejor la natación, al menos no me bajo antes de los dos mil metros y pronto tendré que ampliar el metraje pues los estoy finalizando en cuarenta y cinco minutos escasos. Debo ampliar hasta la hora a partir del próximo mes. Un día una hora, otro cuarenta minutos, ese es el tiempo que le dedicaré a la natación el próximo mesociclo. Estoy saliendo a rodar con mi zagal pequeño los días que el Capitán Bajoca se da de baja por culpa de los viajes.
En las fotos se ve el look, pañuelo, guantes y bolsa de plástico en la mano para el caso de que comenzara a llover. Esta semana estos son los números:
Tiempo total: 12:33:58
Pie:
Sesiones: 4
Tiempo: 4:12:19
Km.: 46,79
Calorías Teo.:2.618

Bici:
Sesiones: 2
Tiempo: 3:16:00
Km.: 80,34
Calorías Teo.:2.562

Natación:
Sesiones: 4
Tiempo: 3:05:39
Km.: 7,50
Calorías Teo.:1.882

Fuerza
Sesiones: 2
Tiempo: 2:00:00
P.D.: Analizando la carrera según los tiempos que salen en las alfombras, no estuvo mal. Corrí de menos a más y en el último sector corría aún más deprisa, no se si por los efectos laxantes o porque estaba en buena forma

1:37:59 Tiempo Total
1:37:19 Tiempo Real
1:16:45 Tiempo en el Km. 16,465
0:39:30 tiempo en el Km. 8,363
0:00:40 Perdida en la salida de la alfombra.
0:20:34 Tiempo en los últimos 4632 mts.
0:37:15 Tiempo desde el km. 8,363 hasta el 16,465
0:38:50 Tiempo Real desde el km. 0 al 8,363
0:04:26 Media últimos 4632 mts.
0:04:36 Media desde el km. 8,363 hasta el 16,465
0:04:39 Media desde el km. 0 al 8,363
0:04:37 Media Total de la Carrera
0:04:34 Media Total de los Parciales

6 comentarios:

Zarautz Masters dijo...

Lo que te tomaste fue un café o una copa de Evacuol? Tengo un compañero que antes de las competiciones se toma un cafe sólo, para ponerse las pilas y en su ausencia un Red Bull! saludos

Zarautz Masters dijo...

Se me olvidaba.¿14ºC y con guantes? Ya me gustaría verte en el Maraton de Donostia que tuvieron 2ºC en la salida!Los Murcianos estaís muy mal acostumbrados, jeh! jeh!

stani dijo...

Gorka, el garbancito este es la leche, parecía que iba a una expedición al circulo polar ártico, olé.

Anónimo dijo...

Aqui uno nacido en "La Herrera" y que no necesita escalera para pillar los tomates. jejejej.

Garban te veo en la brecha como siempre. Aquí un servidor que recién comienza a retomar la actividad tras un parón de casi cuatro meses por una rotura de fibras dichosa en el gemelo interno. Espero verte pronto en alguna carrera... si la salud me respeta.

Fran.

XARLI dijo...

Maese Garban:
Si la naturaleza o el Altísimo Te hubiera regalado el don de acertar los números de la primitiva la mitá del don de palabra que tienes, te limpiarías el culete con billetes de 500 euros...
Hay que ver lo bien que te explicas para el poco pelo que tienes, ja,ja. Pero es que podía dejar de reirme cuando, después de largarnos toda tu aventura "cafetera" haces el resumen de las sensaciones en carrera diciendo que te has encontrado "suelto"... ¡pues claro que ibas "suelto"!,¡más que nunca, ja,ja! Para eso no hace falta entrenar mucho ni quitarse peso...
Venga, en serio te lo digo: enhorabuena, pero tampoco te fíes, porque es normal correr más cuando uno se está aguantando las ganas... yo por lo menos cuando llego a casa rebosando líquidos resultante de la excreción renal corro más que en las series a 3'30.

Anónimo dijo...

Garban, emotivo estreno benidormes anda que... si ya dices que tenias que haberte quedado en casa.

Y sí, para el frío son unos discapacitados. Hará años que viajaron hasta la fría meseta y, bueno, que el mismo Garbanzito lo relate. Las crónicas de aquellos güertanos en la Pedriza, las fotos, el frío que pasarían. Que no han regresado.

Salú y patatas revolconas.

Spanjaard.wordpress.com