viernes, 22 de mayo de 2009

La Alameda bien merecen 101 km.


A los hijos del asfalto, a los dueños de las prisas, a los hipotecados por el crono... Una carrera es una carrera... Igual es que yo identifico dorsal con correr... Releyendo el material de la carrera me doy cuenta que pone “13ª Marcha 101 Km en 24 horas”. ¿Es Marcha sinónimo de Romería?... Creo que no. Quiero entender que el que marcha 23 horas 59 minutos es porque su máximo está ahí... Lo respeto... No podría entender que alguien saliera a correr 101 km esperando encontrar al final de recorrido su otro yo, su martirio o una purga de sus pecados o a sustituir las fiestas patronales de su pueblo por la carrera de Ronda... A una carrera se va a correr, a conseguir objetivos por nimios que parezcan. Lo que para uno es un muro insalvable para otro es una chinica en el camino...


Me revienta el que se haga distinción entre carreras de montaña y carreras de asfalto... Son carreras a fin de cuentas... Lo común es que se lucha contra tí, contra el crono... Las diferencia el terreno, pero también son diferentes los cuatrocientos lisos y los cuatrocientos vallas... Los que alardean de que la montaña es otra cosa, en mi opinión es que no... Al final todos hacemos lo mismo, mirar el crono. Si tenemos diez fotos de diez finales de carreras en al menos nueve no se nos ve la cara porque... porque estamos mirando el crono... ¡No me jodas que vas a correr al campo porque escuchas el trino de los pájaros!. Pues yo, en 101 kilómetros no escuché ni uno...


En Ronda, el ingeniero que ideo las pistas forestales debía ser alérgico al polen... ¡Coño, es que si había un árbol a la derecha, la ruta giraba indefectiblemente hacia la izquierda...!. ¡Ni una sombra, joder!... Es una de las circunstancias más duras de la carrera, el sol, que no el calor... La tierra arcillosa, roja como la sangre, suelta cual neblina es otra... Las colas son otra circunstancia que complica el resultado final... Lejos de solicitar que las cosas se hagan de otra manera, lo que debemos hacer los participantes es adaptarnos... Muchas veces solicitamos cosas abanderando mejoras en la carrera, ésta u otra, pero no nos damos cuenta que esas son las particularidades, si se modificaran hablaríamos de otro evento... Otro hijo distinto al que se parió...

Sabíamos que íbamos bien. En todas las carreras pasa lo mismo, si comienza a pasarte gente es que estás desinflándote... En todas las horas que estuvimos corriendo, muy pocos corredores nos adelantaron, nosotros, ya que salimos los últimos adelantamos a unos 2400... El ver que nadie pasaba o muy pocos, era un síntoma de que estábamos haciendo las cosas bien...


El de la coleta nos puso a todos en fila, fue el ganador

Teníamos un objetivo secreto... Adelantar... sí ¿pero a quién?... Era un juego divertido... Más parecido a un ajedrez que a un combate de boxeo...


La tarde caía y el sol se parapetaba tras los montes... Estábamos cerca del cuartel pero los últimos mil quinientos metros se hacían interminables... Dejamos la conversación con Stani, que me estaba llamando en ese momento, para enfrentarnos con otra cuesta más... Volvimos al charloteo, saber que estás allí te da una gran seguridad de que vas a terminar... Pero ojo, no está todo en el bote... Hasta la raya blanca es carrera... Hablábamos más por los nervios que por otra cosa, Special también estaba preocupado por como reaccionaría nuestro cuerpo tras una más o menos prolongada parada.


Llegamos al comedor con las últimas luces de la tarde... ¡Joder, si que vamos bien...!. Está moderadamente ocupado, eso es buena señal, no tenemos mucha gente delante... Nos vamos a por las bolsas... Topamos nuevamente con la dichosa cola... Para entregar una bolsa, hace falta una persona... En Ronda no, para entregar una bolsa hacen falta cuatro personas... La empresa funciona así... No es crítica, es advertencia para que nos adaptemos... A mí me parece estupendo, lo malo es que no íbamos preparados para ello... Pues eso, en el tiempo que cuatro personas pueden entregar cuatro bolsas, sólo se entregaba una, así que la espera era algo nerviosa...


No habíamos vuelto a hablar sobre el tema, pero era tan claro que ni siquiera tuvo discusión... Abrimos la bolsa y nos cambiamos de calcetines, nos pusimos una camiseta técnica de manga larga... No hace falta más abrigo, no necesitamos cargar con más ropa... Si queremos correr, claro. Probamos el frontal y cogimos el móvil y una botella para los dos. Todo, todo lo demás se volvió a meter en las bolsas y se lo devolvimos a la organización... Comimos, poco, no hay que ir allí como si fuéramos a una comunión... Coca-cola, imprescindible, hay que beber Coca-cola cada vez que te la ofrezcan, isotónico, no demasiado si no quieres ir cagándote por el camino, agua, mucha agua y la sopa... ¡Hummm, qué buena estaba esa sopa!... Un yogurt... El perrito, las patatas fritas y el bistec empanao estaban de mas... Entregamos la bolsa... Otro montón de tiempo en una cola que ya comenzaba a estar más tupida... A correr...

Al principio creímos equivocarnos con la ropa... Teníamos algo de frío... Lógico, la sangre había vuelto al estómago y tardamos unos minutos en coger de nuevo el ritmo... Trotamos hacia la Ermita...


Vemos venir a dos corredores hacia nosotros, sin luz... Como somos unos pardillos le preguntamos si es que se habían olvidado el frontal y regresaban al cuartel a por él... Capullos, es que son de los que van delante, que por aquí vamos en el mismo lado de la carretera, ellos ya han visto al cura y escuchado la misa... ¡Coño!.

Nunca había corrido por la noche... Lo primero que me doy cuenta es que frontal no alumbra una mierda... Le pido a Special que no se aleje demasiado de mí... Ahora era la primera y única vez que la carrera me sobrecogió... Era algo hermoso... Veíamos las luces rojas parpadeantes de los corredores, allí, a lo lejos, pero sobre todo en lo alto... Tintineos rojos marcaban la ruta... ¡Qué empinao debe de estar eso...!. Creo que subimos rápido... Siempre yo penalizando la marcha, mis kilos me perjudican subiendo, ahora aún más... Seguimos adelantando gente que se aparta amablemente de nuestro camino... Ahora soy consciente que lo hicimos bien pero no por nuestra fuerza sino por nuestra ignorancia... Estaba tan oscuro que no fuimos conscientes de la pendiente hasta la mañana siguiente...


De sopetón llegamos a la Ermita... Si nos descuidamos pasamos de largo sin verla... Una casucha poco llamativa y que distinguimos porque había un toldo de la legión cerca de ella... ¡Pá eso no hacía falta subir tan alto...!. Exclamé con desilusión... El zig-zag de bajada es demoledor... Peligroso... Ufff, cualquier adjetivo vale, por ostentoso que parezca... Nos cruzamos con los que suben... Un pobre infeliz, se le ocurre preguntar si falta mucho para la Ermita... Le engañamos, eso está “ancadios”... pero le contestamos: “¡No hombre, no, ya casi llegas!... “¡Date prisa que van a empezar “Los oficios” y nos han dicho que la homilía del cura es preciosa!”... Las pocas fuerzas que le quedan al hombre las gasta en reirse un poco... Ahora vemos a los que suben con sus linternas y frontales... Nada más... Las luces que parecen ir flotando en el silencio de la noche nos recuerdan a las ilustraciones que nos hablaban de “La Santa Compaña”... en la noche de todos los santos...


El asfalto llega y corremos, Special que no para de mirar el reloj me comenta: “¡Garban, a cuatro treinta marca el gps!. En ese momento un coche que cruza nos da ánimos y nos dicen: ¡Así nos gusta, que corraís rápido en la madrugá!... Eso me despierta, ¿La madrugá, ha dicho?. Estoy de puta madre para correr, pero tengo que estar reteniendo demasiado a Special en las subidas... No esperaba que fuera tan tarde...

El sendero junto al río es una trampa mortal... Seguimos adelantando gente pero allí sin correr. No veo una mierda y ya he tenido dos serias meteduras de pata, literales, en un hoyo. Cada vez en uno diferente, claro... Si te rompes o te esguinzas un tobillo, fácil en ese terreno, no solo te quedas sin llegar a meta, estando a cuatro pasos, como quien dice, sino que evacuarte de allí tiene que ser bastante complicado...


Volvemos a la pista y llegamos al cuartel... ¡Qué largo se me hizo ese sendero!. Iba tocado, más mentalmente que físicamente... Cogemos un camino de tierra y comienza el principio del final... Una cuesta donde se ve Ronda allí, al frente, casi la puedes tocar con las manos y crees que es la última... No. Esa dura cuesta no te lleva a ningún sitio importante, sólo tienes que subirla para luego bajarla.... Llegas al río... Ahora si que has terminado, piensas... Imponente la pared insalvable del Tajo de Ronda... Subes la cuesta pero la pared sigue estando allí, a lo lejos, subes pero no lo suficiente para que se acerque el pueblo... Allí ya exploto... Special me anima... Le digo...”¡Esta puta cuesta... Pues no me está hablando, la puta cuesta!... Ya sólo hablo para decirle a Special... ¡Por dios, subamos para coger cota y acercarnos a esa puta pared...!... Sólo quería coger altura para pasar por encima...

Sellando el pasaporte, por última vez

Unos cachondos nos invitan a que nos hagamos una foto... ¡No me jodas, pagar una foto, mientras muero... Eso si que es de enciclopedia del humor”...!. Amablemente declinamos la invitación... Por primera vez nos pasa alguien... Tres corredores que habíamos adelantado en la cuesta anterior llegan hasta nosotros y ya llegamos a Ronda... El piso de la cuesta dichosa es más duro, con sus cantos pulidos y redondeados, que la misma cuesta... En el asfalto paramos a beber agua y a disfrutar de la satisfacción de que ya, ahora sí, estaba resuelta la incógnita... ¡Sí íbamos a llegar a Ronda!... Nos ponemos a correr y al llegar a los tres que íbamos a adelantar los invitamos a que nos sigan... Nos hacía feo dejarlos a quinientos metros de meta... Juntos llegamos a La Alameda... Sin estridencias, ni especiales algaradas... Nos sellan el pasaporte y nos endosan un buen puñado de minutos de más por la cara en el tiempo final... Da igual, llegar era nuestra meta. Nos ponen la medalla. Nos abrazamos y nos hacemos una, sólo una y única foto y nos vamos, junto a nuestras Santas, más santas que nunca porque nos estuvieron esperando catorce horas a ¿dónde?. Efectivamente, si nos conoces acertaste de lleno. Al bar a tomarnos unas cervezas y a que mi Special se fumara un cigarrico que ya hacía catorce horas que no se encendía ningún “trujas”.

Mi pañuelo de Hommer y mi amgio. Esta es la foto de meta, la única y genuina

Pues esto es Ronda, para mí. Para otros será otra cosa... Es una carrera que debes disputar una vez en la vida... Merece la pena... Merece la pena por los Rondeños, Los Legionarios, los corredores... Aunque si de algo me vengo algo desilusionado ha sido de estos últimos, no de todos, claro... De algunos... Mucho adjetivo de cientuneros, de forma de vida... Pero al final todo es lo mismo... Si puedo me cuelo y no espero, faltándole al respeto a cientos de personas... Si la camiseta es fea protesto... Si ...


El problema creo, son los protagonistas... Al final nos parecemos más a los “Galácticos” del Madrid que a los adnegados sufridores y solitarios deportistas corredores de fondo... Nos sobra ego y nos faltan... Nos faltan muchas cosas... Lo digo en plural yo también soy imperfecto y me meto en el grupo de los que tendríamos que mejorar...


P.D.: Llegamos sin ampollas, rozaduras... etc. Sin más dolores que los estrictamente necesarios. El entrenamiento, la planificación y la elección de material es básico para una empresa de este tipo.

El Lunes, para los amantes de los números, muchos, pero que muchos números.


La Legión, gracias por vuestra ayuda y vuestra paciencia

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que te den pol culo el Lunes. Yo soy de Humanidades.

Qué te voy a decir, si estoy en casi de todo de acuerdo contigo. Que sí, que lo bueno y lo malo de esto se lo damos nosotros al mundillo del corredor.

SPJ.

SPECIAL FORCE dijo...

Solo decir una cosa, o mejor, agradecer a mis amigos Garban y Mago Pepo por acabar convenciendome(auque fuese a base de gin-tonic)de emprender esta empresa que personalmente me ha supuesto una enorme superación personal que en la vida me hubiese imaginado.

Gracias amigos.

Landes dijo...

Gracias por recomendarme tus crónicas. Lo bueno es que me dejas con más ganas, si cabe, de intentarlo. Lo malo es que no se si a esas ganas le acompañan los huevos necesarios para hacerlo.