miércoles, 20 de mayo de 2009

La Cultura del Ladrillo. (Parte I).

Tras algún tiempo sin escribir de nuevo retomo el vicio. No lo abandoné, solamente pospuse el blog esperando que los ánimos estuvieran de otra manera, sobre todo los míos.

Recibo algunas críticas sobre los relatos, unos piensan que son muy largos, otros que han perdido ironía y frescura... Intentaré dar gusto a todos, dividiré éste en varias partes y procuraré que suene divertido.

Con mucha ilusión pero cargados como burros antes de entrar al campo

No os dejéis llevar por el título y creáis que Garbanzito se va a poner a hablar de economía o de la crisis. Es sólo un guiño a uno de los símbolos de los 101 de Ronda, su medalla popularmente conocida por “el ladrillo” y muerta, esperemos que no definitivamente, en esta edición.

Los Cientuneros, como ellos se adjetivan, sólo hablan de su ladrillo, una medalla enorme de cerámica que te cuelgan al cuello cuando finalizan la prueba y una sudadera con la que te resguardan del frío. Este año cambiaron “el ladrillo” como ya dije, por una medalla, también enorme, de metal. La sudadera nos la entregaron a la llegada y también este año ha habido problemas por las tallas. En el foro de La Legión no paran de hablar de las tallas de las sudaderas, del cambio de material de las medallas y de otros cientos de “pequeños” y no tan pequeños detalles (por ejemplo el de las duchas). En mi opinión el personal pierde la perspectiva del asunto. Hablan, antes de la prueba, de vivencias, compañerismo, superación, lealtad... Al final sólo protestan por pequeñeces, que si la medalla es de chapa o si la sudadera es pequeña y no van a poder lucirla por los parques, entrenos y carreras populares...

El reto es terminar, alcanzar tu objetivo o superar tus complejos. La medalla te la ponen porque llegas a un lugar, La Alameda. La sudadera te la regalan para que te resguardes del frío. Quizás tu objetivo, reto o complejo se ve superado ya ampliamente con que te pongas en la línea de salida, superes la “Cuesta de los Cochinos” o te pares en el circuito “Ascari” a ver como un fulano da vueltas con un coche de “a cien mil

Lo de las bicis es indescriptible, aunque un poco caos

euros” que está claramente fuera de contexto en ese precioso paisaje de la Sierra Rondeña. La sudadera, la medalla, son accesorias y al final, tras quitarnos la careta, se convierte en fundamental.

No soy mejor ni peor que los demás, pero sinceramente, mi medalla grande o pequeña, mi sudadera pequeña o de mi talla no servirán para presumir delante de otros corredores, tendrán un lugar privilegiado en mi sala de trofeos, junto a los diplomas de Roth, el dorsal del invencible Zarautz o mi camiseta de Finisher, así que la talla o el material de la medalla es manifiestamente intrascendente. La simbología, como dicen algunos, es importante, pero más aún es lo que simbolizan.

Comenzaremos por el final, por si alguien no quiere seguir leyendo. Llegamos a meta tras muchas horas de esfuerzo que no comenzaron a las once y diez del dieciseis de mayo del dos mil nueve, sino algún tiempo atrás, en un lejano mes del año dos mil uno...

La Legión, 101 kilómetros, Ronda y nuestra revista CorreryTirar.

Un grupo de “amigos” que no nos habíamos visto la cara en la vida, decidimos tirarnos al monte y crear la revista del corredor popular vía internet “Correr y Tirar”. Un catalán, un vasco, un valenciano, un madrileño y un murciano, nos lanzamos a publicar y dar a conocer carreras por nuestra geografía y fuera de ella... Un día, en el virtual consejo de redacción que teníamos todas las semanas, Spanjaard nos propuso hablar de una carrera de ultrafondo que se celebraba en Ronda y que organizaba La Legión. Raro es que yo no tenga conocidos que hayan realizado cualquier cosa por rara que parezca. Enseguida me lancé a buscar alguien que nos pudiera contar de que iba aquello. A nosotros el tema militar nos ponía un poco en “estado de prevención”. A las pocas horas ya había contactado con un Ciezano llamado Paco y un Murciano que se llama Jose Antonio que encantados se prestaron a escribir un relato que dividimos en dos o tres partes que daba una información, por supuesto subjetiva, de la carrera. En que consistía, como era, que se necesitaba. Ya aquella información provocó controversia... El espíritu de Ronda es diverso. Unos, como era el caso de estos dos amigos con los que luego correría muchos kilómetros, querían disputarla, los que sólo querían terminarla opinaban que no habían captado el espíritu verdadero.


Si, ya se que es un tópico, pero yo no me venía sin esa foto.

Por aquellos años, recien estrenada mi condición de veterano, mis aspiraciones eran otras. La Liga Nacional y Regional de Cross y las Medias Maratones copaban mis objetivos e inmediatamente, tan rápido como pasó la edición de ese año, Ronda desapareció de mi mente.

La aburrida bicicleta, el ciclista vacilón y mis buenos amigos Special Force y “El Mago Pepo”.

El pasado año, tras la decepción de Zarautz, penaba por esas carreteras con mi “china” y me encontré a lo lejos un grupillo de ciclistas. Desesperado de hacer kilómetros “a solanas”, sin objetivos ni ilusión, me lancé a por ellos para no seguir sin compañía. Me acercaba y pronto el grupillo se percató de mi llegada y apretaron... Me mosqueé, a un finisher no le vacila una grupeta de globeros de poca monta... Apreté y ellos apretaron... Conforme me acercaba pude distinguir sus maillots rojigualdas con la cabra de la legión... Les pregunté: ¿Es que habéis terminado en Ronda?... Comenzaron a mirarme como si fuera un bicho raro... “¡Por supuesto!, me comentaron... Esa manera de contestarme, ese orgullo en la afirmación, me hicieron inmediatamente tomar la decisión. El próximo año yo también portaría uno de esos...

Transcurrieron los meses y nuestro amigo “El Mago Pepo” vino a casa a celebrar un sarao. Un par de días de fiesta dan para mucho y tras unos trucos de magia y algunos gin-tonic también mágicos convencimos a Special Force para que se inscribiera y nos acompañara. Special, un tío de la “empresa”, bragao como el que más y comprometido se resistía. Un par de trucos más y otros diez o doce gin-tonics hicieron el resto. En la primera semana de Noviembre se selló lo que luego sería una dura, interminable pero magnífica aventura.

¿Y cómo lo hacemos?.

Con el asesoramiento de mi amigo Alfonso, a la vez mi entrenador y lo que El Mago, Spanjaard y lo que leíamos en los foros nos fuimos haciendo una composición de lugar.

Lo primero que tenemos que determinar es el punto de partida. A Ronda acuden, como acuden a los santuarios milagrosos, muchos optimistas, seguros de si mismos y contentísimos de haberse conocido, que hacen de su afición una epopeya, un drama, un día infernal. Salir una hora al día, cuatro días a la semana y pasear por el campo una mañana de domingo con el pariente o la parienta es un claro ejemplo de lo que no hay que hacer, pero en todo caso lo siguiente a determinar es proponer el objetivo. La premisa al elegir el objetivo es que debe ser “conseguible”. Si estás gordico, no sueles correr demasiado y entrenas poco, estará mas dentro de lo probable el proponerse terminar que el intentar ganar la prueba.

Lo segundo es planificar un entrenamiento adecuado. El volumen debe primar sobre la intensidad. El entrenamiento para una media, por ejemplo, no es el adecuado para esta prueba aunque corras 50 medias al año. Salidas diarias progesivas en cuanto a tiempo, si demasiada intensidad, pero llegando a alcanzar las dos horas corriendo, algunas de tres y una de cinco al menos a la semana deben ser las habituales conforme se vayan acercando las fechas de la prueba. Por supuesto por terreno duro, quebrado, no vale que sea rompepiernas, tiene que ser duro, donde la misma cuesta te ponga a caminar en vez de correr y largo. No valen subidas de seiscientos metros. Nuestras interminables subidas por “El Sequén” a la “Cresta del Gallo” de más de siete kilómetros y con unos mil quinientos metros de desnivel acumulado, nos ayudaron de una manera definitiva.

Lo tercero es determinar que es lo que deseas, ¿marchar?, ¿correr?. Si tu objetivo es marchar, el equipo y la forma de afrontar el reto es totalmente diferente a si pretendes “correr”. El correr siempre es entre comillas. No hablamos de los que ganan, hablamos de mortales como nosotros. La carrera no te deja correr demasiado. Las cuestas y las colas (ya hablaremos de las colas), te marcan el ritmo, te cuidan, ofreciéndote los descansos que tu no te darías si el terreno fuera siempre favorable.

Si deseas marchar, una riñonera con uno o dos bidones de agua, barritas, geles, nueces, vaselina, calcetines, camiseta, tiritas, medicamentos... es imprescindible. Lo primero decir que en contra de lo que podáis leer y escuchar allí hay de todo, pero la fatiga va haciendo que cada vez tardes más entre los puestos y una hora u hora y media entre determinados puntos pueden romper con toda tu estrategia de carrera, debes llevar agua y elementos que puedas necesitar. Si deseas marchar un mp3, un “loro” al estilo hip-hoplero pueden incluso ayudar a que termines...

Si deseas correr, si deseas correr no necesitas más que un bidón de agua vacío, calcetines para cambiarte, si acaso una camiseta y algo de vaselina y nada más o poco más. Allí hay de todo y a una distancia asequible uno de otro. Todo lo demás que lleves es supérfluo, innecesario. Otra cosa será que “pinches” y cambies al plan B, entonces querrías haber cargado con todo lo que no llevas, pero es algo que debes valorar.

En una carrera de 101 km creerás que la posición de salida no es importante, no cometas ese error... La salida es importantísima, no por correr desde el principio, sino porque te ahorrarás ponerte detras de siete mil tíos para coger un vaso de agua en el primer avituallamiento. Se pierde muchísimo tiempo haciendo colas en esta prueba, desde que intentas coger el dorsal, hasta que te propones recoger el diploma... No es crítica, la culpa no es de la organización que debe de atender a 7000 personas, sino que nosotros debemos espabilar para intentar minimizar el tiempo de espera... Eso sí, sin colarse en ningún sitio... Que también los hay que tienen una jeta dura... dura...

La intendencia también es muy importante. Si buscas alojamiento en el mes de noviembre lo encuentras a treinta metros de meta a precios asequibles y con una calidad adecuada.

¿Nos vas a contar la carrera, Garban?.

Pues no, hoy no. Estas han sido unas primeras impresiones mías. Seguro que alguien piensa de otra manera. Seguro que no estoy en posesión de la verdad, pero si un hijo mío fuera allí le daría estos mismos consejos: Prepara adecuadamente la carrera. No cargues con nada que no sea imprescindible. Confía ciegamente en la organización, no te fallarán. Y por supuesto, corre, corre como si te fuera la vida en ello, la recompensa es tan dulce que lo merece.

Ahora mismo me pongo a contaros la carrera, la nuestra, que otros seguro que la vivieron de otra manera. Fue muy dura, muy divertida y de nuevo dura, para convertirse en divertida... Es lo que nos pasa a los sin cerebro... Al final nos vale con llegar y el resto lo guardamos como algo positivo ya que nos aporta experiencia, sabiduría y por supuesto nos aporta algo más a nuestra vida que podamos contar a nuestros nietos...


Desvelo un secreto... Por si acaso alguien aún duda... ¡No, no voy a volver!.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ya sabes lo que había; cuestas, polvo y caminos bien anchos donde se puede trotar como un necio hasta darte en todo el frenchi con la distancia, el calor y las cuestas, el polvo y -repito- los caminos bien anchos. A veces las dificultades las colocamos nosotros, complicando un hecho sencillísimo.

Y sobre la paranoia logística, los ladrilleros y los finisherismos, qué decirte. Totalmente de acuerdo.

Enhorabuena no se muy bien por qué. SPJ.

stani dijo...

Acho! cuantos bambos llevas? y encima con las voladoras, vamosnomejodas!! mi enhorabuena tanto a ti como a Antonio, no tanto por los 101 sino por el entrenamiento que habéis llevado y para más inri sin llegar a las manos, jajaja. De todas maneras tenemos que reunirnos a la mayor urgencia en el guapo para que nos contéis con pelos y señales todo lo ocurrido.....

PD. Me descojono todos los días pensando cuando te llamé y ibas por el km 78 y me tuviste que mandar a tomarporculo pues ibas a subir una cuesta.... olé

Mondo Gitane dijo...

Acongojante crónica. ya sé que por ahí no voy bien, agradecido...

CARLOS dijo...

Que no volverás?? Lo afirmas muy convencido pero demasiado pronto. En cuanto pasen unos días te sorprenderás buscando la fecha de la proxima edición y haciendo hueco en tu agenda deportiva. Enhorabuena!!!