martes, 6 de noviembre de 2007

¿Nos vamos de carreras?

Como somos unos optimistas confiamos ciegamente en nuestras posibilidades. Creemos que diez años después estaremos diez veces mejor. Esta afirmación podría ser cierta si cuando comenzamos la cuenta tenemos quince años de edad. Será lógico que con veinticinco estemos muchísimo mejor. Ahora, si la cuenta nos la hacemos desde que tenemos cuarenta, con cincuenta, como es lógico no estaremos mejor, ya será una suerte que estemos vivos…
¿Nos vamos de carreras?. No, gracias. Debería ser la respuesta. Cuando uno comienza a entrenar cree que, por el mero hecho de hacerlo, vamos a mejorar espectacularmente en la primera que disputemos. ¡Gran error!. Cada vez estaremos peor, hasta que el cuerpo asimila el trabajo y comienza a mejorar. Debemos saber que al principio el cuerpo se resiste, es más listo que los ratones coloraos, a que lo sometamos a esa carga de trabajo extra y cruje, relincha y se retuerce en forma de dolores musculares, agujetas y algunas veces lesiones, siempre por culpa del dueño del cuerpo. Cuando el cuerpo se da cuenta que vamos en serio, al cabo de unos meses, como sigue siendo igual o más listo que al principio, se conforma y decide, que si no puede con su enemigo debe unirse a él. De esta forma, comienza a dirigir sus esfuerzos en la misma dirección que la mente de su amo y ayuda a mejorar en la carrera, pero no lo hace por convencimiento, como lo hace nuestra mente, lo hace como autodefensa, adaptarse para no sucumbir. El cuerpo responde más como una “foca adiestrada” que como un niño que aprende a multiplicar. Me explico. El ejercicio sólo sirve para mejorar, aunque colateralmente aparezcan otros beneficios, para correr más, pero por ejemplo no te hace mejor jugador de fútbol… Mientras que si aprendes a sumar unas veces podrás sumar peras y otras manzanas…
Si entrenara con todo mi tiempo, todo mi entusiasmo y todas mis fuerzas, los resultados los podríamos comenzar a recibir en forma de “mejoras espectaculares” a partir del tercer, quizás con más seguridad, cuarto año. Hablamos de correr la media más cerca de la hora y veinticuatro que de la hora treinta. Con estas premisas no deja de ser triste que los que de verdad comenzamos a correr con cierto interés pasados los cuarenta años, no podamos recoger nunca los frutos de nuestro esfuerzo, pues pesará más nuestro “envejecimiento” que nuestra mejora física por el entrenamiento.
Existen tantas formas de afrontar “esto del correr”, como de personas nos dedicamos con mayor o menor entusiasmo, con mayor o menor reflejo en las marcas.
Hoy voy a rendir un homenaje a mi hermano, al “Capitán Bajoca”. Cada vez que escribo en el diario, no pasan más de cinco minutos desde que subo el comentario y me llama por teléfono. Siempre es la misma canción: “Mariquita, otra vez me has puesto como puta por rastrojo!, ¡con lo bien que yo hablo de ti y tú me vilipendias por todos lados!. Intento explicarle que me tengo que meter con alguien y ¿con quién mejor que él?. No siempre




El Capitán Bajoca a la llegada


comprende que sea mi monigote del “pim, pam, pum!, pero lo acepta con buen humor. Es algo parecido a lo que le pasa a mi santa… Me pregunta, ¿porqué haces esos comentarios de mí, si yo no soy así?. Le intento explicar que la santa es un personaje y que no tiene que ser literal en todo lo que se escribe. De todas formas ¿de quién vamos a hablar los hombres si no de nuestras “santas” y de nuestras suegras?, no tenemos casi ningún otro tema en común…
El Capitán no miente cuando dice que no entrena. Le cuesta sacrificarse, aunque cuando lo hace encuentra sus frutos. Simplemente es que ha decidido tomarse las cosas de otra manera. Explico su filosofía que me cuenta mientras regresamos en el coche de alguna carrera en donde me gana. El no hace períodos de carga, ni pretemporada, ni específicos, ni de competición. Entrena cuando le viene bien y le apetece. Su plan es ¿hoy qué haces, Garban?. Si la respuesta es rodaje, series, farlek o algo similar se viene, a veces hasta viene a hacer el ·E.T. (Entrenamiento Total). Como resultado de todo ello el se encuentra siempre bien, nunca está cansado y siempre se puede exprimir en todas las carreras. Me insiste: “Garban, si es que tu te pegas unas palizas de tres pares de cojones. Estás mal cuatro meses, corres un día y después vuelves a estar mal”. Refrenda la bondad de su forma de trabajo con los resultados: “Siempre estoy alrededor de la hora treinta y tres y la hora treinta y nueve”.Ahora, por ejemplo en mi caso, estoy ampliamente por encima de la hora cuarenta. Es una forma de vivir esto de las carreras. Nunca corre exageradamente rápido pero siempre está a un nivel parecido. Es una opción de las tantas que hay. En eso reside su grandeza, no coge grandes mosqueos, ni agarra decepciones enormes. Es consciente de las limitaciones de su postura y fundamentalmente es feliz con su forma de actuar.
Mi caso es diferente. Entreno para correr, si puede ser correr deprisa, no para terminar. El Capitán tiene sus oportunidades en carreras en las que ambos estemos por encima de la hora treinta y cuanto más cercanos a la hora treinta y cinco, más posibilidades tiene. Pero cuando la carrera se torna del otro costado, por debajo de la hora treinta, él sabe que no tiene ninguna opción, con lo que entrena es muy improbable que alguna vez llegue a correr tan rápido. Este año parece que toca “¡AÑO HORRIBILIS!”. Se han juntado muchas cosas. La primera es que estoy gordo. Cada año me cuesta más bajar de peso y me repongo en un plis-plas en cuanto lo pierdo. Lo segundo es que el año pasado me prodigué bien poco y no se como hubiera estado a estas alturas de temporada, pero si es cierto que nunca he comenzado a competir antes de la última semana de noviembre. Por último y como culmen de todas las circunstancias que concurren en la presente temporada, estoy a treinta días de cumplir cuarenta y siete años, lejos ya de mis mejores tiempos como corredor, si es que alguna vez tuve algún tiempo bueno.
Y este es, en resumen, el homenaje que quiero rendirle al Capitán Bajoca. En un tipo que se esfuerza lo justo y justo hasta el momento en que el asunto deja de ser divertido y se torna en cansado. Yo no puedo actuar así, tengo que correr cada vez más largo, más deprisa, más rápido… Para eso sacrifico un montón de carreras, un montón de días y me llevo un montón de disgustos, pero es que yo soy así, si fuera como el Capitán seríamos hermanos gemelos y lo que hace que cuando estemos juntos la reunión sea tan divertida, es que aunque parecidos, somos muy diferentes. Me gusta su manera de afrontar las cosas, sin dejar que te acosen los problemas, dándole poca importancia a las cosas que no la tienen. También por eso me alegro tanto cuando me gana, pero que no tema, pronto resucitaré de mis cenizas como el “Ave Fénix” y le pasaré por encima como un mercancías.
El lunes de la semana pasada cometí la locura de trabajar las tres disciplinas, pero no es lo habitual, fue un extraordinario. Tenía la conciencia intranquila por la falta de carrera a pie y me tiré al río, aunque no sabía a ciencia cierta si tenía agua. Fue una penitencia por mi mala cabeza.
El martes E.T. y natación. Hago un día 2.500 mts. y otro 1.500 de lunes a jueves. Los viernes, sábados y domingos, de momento no doblo. Haciendo estas cuentas me percato que me equivoqué en el resumen mensual, luego lo corregiré En la pista de Monte Romero nos juntamos, a veces, hasta treinta personas haciendo los circuitos, con las diez estaciones. Como individuo con más conocimiento y disciplina soy el que lleva en las manos “el libro sagrado”, que no deja de ser un papelico plastificado donde pone lo que hay que hacer en cada estación y cuantas repeticiones hay que hacerlo. La disciplina nos la sabemos ya, pero es que da un aire muy teatral el ir treinta tíos y tías, detrás de uno con un papel en las manos que parece que lleva las tablas de los 10 mandamientos. Esta semana se acabó el E.T. Comienzan las sesiones de Fuerza. Volveré al gimnasio del C.D. La Flota y con ello deberé de cuidar mi imagen y mi presencia. Ya comenté el año pasado lo pijos que son en aquella sala, llena de cuerpos esculturales, agraciados y llenos de estrógenos en algunos casos. A la fuerza va asociada una sesión de rodaje a pie. Tengo ganas de que aumente el volumen en esta disciplina. Correr tan mal me está matando el “ego”. El jueves salimos Stani, Juan, ya hablaré de Juan, un nuevo abducido para la causa del duatlón, después lo meteremos en el tri, junto a Xarli y un servidor de las monjas. Elegimos para la ocasión cien kilómetros duros. Subida por “El Partior” hacia Macisvenda. Luego subimos al “Albaterolo” por la cara fácil, de unos tres kilómetros y regreso desde Albatera a casa. El trabajo duro lo hizo, como siempre, Stani. Alguna que otra vez tiré yo un poquico y me quedé en todas las cuestas como es habitual en mí. Xarli al final iba un poco justo, pero es que es un cabeza loca. ¿Para que le sirve subir delante mía en todos los puertos si a la línea de meta llego yo primero?. La etapa no acaba hasta pasar la raya blanca del final. El viernes natación y por la tarde un rodaje de una hora. Ese rodaje fue el preludio de un fin de semana duro. Duro fundamentalmente porque creí que iba a estar mejor y porque me jode que el Capitán Bajoca, en una falta de respeto para con sus mayores digna de una multa coercitiva importante, se me vaya de nuevo en el kilómetro ocho, recordándome el “pasón” que me había dado en Molina quince días antes. Como comentaba el viernes corrí mal y con las piernas duras y el estómago hecho una feria. El sábado nos fuimos hasta Bigastro (60 km.)de nuevo Juan, Stani y yo. Viento en contra a la vuelta. Tiré, como es habitual, lo justo. Lo malo es que en bici voy muy cómodo y a pie de culo. Se nota el spinning que estoy haciendo los días que sólo tengo natación. También se nota que llevo mucha carga encima, pero es que necesito seguir perdiendo peso de forma urgente. Es algo así como cansancio por prescripción facultativa, aunque los anuncios dicen que uno nunca se debe automedicar y yo me receto el entrenamiento, sin consultar como mi entrenador, pero hago lo que me manda y un poquico más, ¡eso no puede ser malo!.
El domingo nos fuimos a San Javier. A la expedición se incorporó mi santa, que desde hacía algún tiempo se había bajado de las excursiones a las carreras. Fue una alegría su presencia, lástima que fuera para ser testigo de una nueva patética carrera, por eso he escrito antes lo de “¡año horribilis!. Hace un par me pasó algo parecido y fui arrastrándome toda la temporada, de petardazo en petardazo… En el calentamiento ya me encontré mal. Tenía unas sensaciones malísimas, pero como perro viejo, me las callé, no quería darle pistas al Capitán. Salimos y fui bien hasta el kilómetro ocho. Un poco antes nos pasó Stani, pero lo llevamos siempre a la vista. En un momento dado, me asaltan pensamientos negativos. Me duelen las piernas, las llevo durísimas… ¡En fin, un montón de cosas que te asaltan cuando no estás bien!. Mientras que intento sacar de mi cabeza todas las tonterías que me revolotean, el Capitán sin hacer nada se me va alejando. Al principio poco a poco, más tarde dejo de verlo y me rindo. Me jode enormemente, sobre todo porque son ritmos “sabidos”, nunca debería haberme descolgado de ese trote, pero este año debe ser el malo… Paso por meta y allí está mi santa. Se que ella no espera nada de mí, que es un divertimento, pero me sigue jodiendo pasar tan atrás, sacrificar tantas cosas para dar tan poco resultado… La rabia me hace mantener un poco el ritmo. En el cruce del aeropuerto me vuelvo a encontrar con Manolo, nuestro compañero de Ironman de este verano. ¡Quién me ha visto y quién me ve!, le comento al paso, detrás con el furgón de cola. Manolo ríe y me anima, ¡En el verano estarás mejor!. Es rarísimo que esté tan mal. La rabia se acaba y también comienzan a fallar las fuerzas. Una cosa es que no pudiera ir más deprisa, otra la sensación de vacío, de hastío de correr. Desde la Maratón de Valencia de hace algunos años no había vuelto a tener esas sensaciones. Sacamos, como previsor que soy, el plan “C”, lo leo, lo estudio, lo asimilo… Correr lo justo para que no me pasen los obesos declarados y los jubilados. A duras penas lo consigo. Jubilados y gorditos pasan como cohetes. Esther, una chica con la que coincidimos en muchas carreras, me adelanta en silencio. La llamo, no hace falta que te escondas, le comento, con la mejor sonrisa que puedo mostrar, no me enfado porque me ganes. La chiquilla no quería hacer ruido pues suponía que me podría sentar mal que me adelantara con alharacas, yo lo hago siempre. Llegamos a meta, los cuatro que he llevado detrás mía los últimos cinco kilómetros encima me sprintan, ¡qué poca clase!. ¡Gracias a dios, se terminó!. Una cerveza y a casa, ya me ducharé allí y dejaremos los comentarios para otro día. No tengo muchas ganas de hablar.
La vuelta, menos mal que no hay más de treinta minutos hasta casa, es la de siempre cuando el Capitán me adelanta. ¡Garban!, me espeta. Si es que te pegas unas palizas pá matarte… ¡Mira yo lo bien que estoy!. De nuevo me enumera una a una cada una de sus máximas del entrenamiento…Lo hace por mi bien pero no se como decirle que yo no puedo afrontar esto de otra manera, no sería feliz…
Hoy lunes hemos nadado 2150 mts. Tenía pocas ganas de hacerlo y cuando una señora entrada en peso y con una melsa de siete kilos se ha puesto a chapotear delante mía me he salido, cualquier excusa era buena para dejarlo. Luego he ido a la sesión de spinning. El monitor, de nuevo el calvo macizo, ha preguntado cuantas pulsaciones teníamos. Las nenicas y algún tormo más que había por ahí le contestaban, 170, 168…pp, cuando ha llegado a mí, le he dicho que 111 pp. En nenico me contesta que debe de estar roto el pulsómetro, le digo que sí, que será eso… Al acabar la clase se dirige a mí y me pregunta: ¿De verdad, qué marcaba eso?. Claro, le contesto, ¿porqué te iba a mentir?. Se encoje de hombros y me dice que el próximo día me dará más caña. ¡No hace falta!, le contesto, vengo para perder peso…
Hoy nadaré 1500 mts. y comenzaré con la sesión de fuerza más un rodaje de 20 minutos. Ya no seré el más fuerte de la clase. Cien vigoréxicos esculturales me harán pasar desapercibido, ¿o quizás no?. Seguro que la señorita Rothenmeller se acuerda de aquel día que le llené el gimnasio de barro y me puso a la señora de la limpieza detrás de mí durante hora y media…

Coda.: Como es evidente que me equivoqué al hacer el cómputo de la natación ahora rectifico. Cambié una sesión de spinning por otra de natación. La realidad es esta

BICICLETA
SESIONES: 12
CALORIAS TEORICAS:13668 APROX.
TIEMPO TOTAL: 17:45:00
KM. TOTALES: 431,46.

CARRETERA
SESIONES: 3
CALORIAS TEORICAS:6918 APROX.
TIEMPO TOTAL: 9:55:00
KM. TOTALES: 225,46

SPINNING
SESIONES: 9
CALORIAS TEORICAS:8894 APROX.
TIEMPO TOTAL: 7:50:00
KM. TOTALES: 206,00.


NATACION
SESIONES: 19
CALORIAS TEORICAS:6750 APROX.
TIEMPO TOTAL: 14:39:29
KM. TOTALES: 35,40.

5 comentarios:

capitanbajoca dijo...

Garban, aunque no lo creas yo si entiendo tu forma de ver el atletismo y en general tú vida entera, eres el tipo con más voluntad que conozco, no hay cosa que empieces que no termines siendo un experto, pero como tú bien dices yo soy el tipo que se divierte con algo y en el momento que la diversión empieza a ser obligación lo deja, bastantes cosas tengo ya en la cabeza.

Tienes que mirar que has dicho muchas verdades y una de ellas es: nuestra edad yo 42 (el peque de la familia) tú 47... es hora de divertirse, lo que mucha gente no será en la vida unos pocos ya lo sois.

Y otra cosa estoy deseando que me ganes, pues volveremos a nuestros quintos y al bar de Las Rubias.

Zarautz Masters dijo...

Que post más melancólico, no has tenido ni una palabra que denote alegría o ironía. Pero muy bueno. Como tu hermano y tu, la vida se la plantea cada uno a su manera. El capitan no sufrirá tus decepciones y malos momentos, pero tampoco llegará a los momentos de felicidad a los que llegaras tu. Además recuerda que aún no has llegado a ver la "luz blanca"! un saludo

stani dijo...

jajaja, que bueno, he estado a punto de creérmelo, capitán no le hagas caso, simplemente está preparando el terreno para cuando esté bien, garban que a mí no me engañas!!!!,

XARLI dijo...

Dice Zarautz masters que no ha visto ni una sola palabra de tu post que denote alegría o ironía... ¿cómo que no, cabronazo? ¡si me has recordado, como quien no quiere la cosa, lo de la pasada que me hiciste casi al final de la salida de 100 del otro día! Te recuerdo que yo en mi p...lácida vida no había hecho nunca 100 kms. en bici, y mucho menos con esa etapa de tour de francia que hicimos (a mi me lo pareció). Además, aún tengo la rodilla derecha para cualquier cosa menos para pedalear.
Pero weno, como ya sabes que no me gusta ser un llorón, reconozco que si no hubiera sido por vuestra rueda (muchas gracias, de verdad),
me hubiera quedado por Albatera a coger tomates y que pagué mi euforia en la subida al Partidor. ¡¡ MUCHO ANIMO, JODER !! ¡¡Que a tí tampoco te va eso de lloriquear como una nenaza!! ¿y qué si te caen en ná de tiempo 47? ¿y qué si ahora te cuesta trabajo bajar de 1h40? ¡acho, despierta, que ya lo dice tu hermano!:¡como tú hay pocos tíos en el mundo! ¡yo sólo os conozco a Stani y a tí!
¡¡Venga!! ¡¡ A seguir comiéndose el mundo, que tampoco estás tan gordo !!
PD: No os he dicho ná, pero os estuve esperando el domingo en casa para invitaros a unos quinticos por san Xarli. Os lo debo.

Jetlag-Man dijo...

Acabo de felicitar la Navidad a Stani, y aprovecho para hacer lo propio contigo. Que me tenéis acojonao con esos entrenamientos para IM ¡Olvidadme, que tengo obligaciones familiares!