lunes, 20 de octubre de 2008

La Cresta, la natación y las elecciones...


Tras varias consultas lo primero que voy a hacer esta semana, querido diario, es contestar a una serie de preguntas que me han formulado algunos amigos.

A la primera que me han realizado ha sido: “¿Porqué no me has dicho que te presentabas a las elecciones?. Hubiera solicitado el voto por correo y lo hubiera hecho. Ahora ya no puedo hacerlo.”

La respuesta a ese planteamiento es sencilla. Los amigos están para pedirles favores sobre cosas que realmente necesites. Si mi compañero de grupeta no ha tenido nunca intención de votar, ¿porqué ahora yo tengo que pedírselo?. Esa función es de las organizaciones que promueven las elecciones, no es función de los candidatos. La FETRI, creo, que no ha puesto ningún interés en que la gente ejerza su derecho al voto. Por otra parte esto se asemeja un poco al problema de los vendedores de seguros, si su cartera de clientes la comienzan a conformar entre su círculo cercano, pronto se quedará sin clientes. Creo que es mejor comenzar lejos de hermanos, amigos y primos. Si el producto que vendes es bueno, al final ellos también formarán parte de tu cartera y si es una “caca” al menos conservarás las amistades con todos ellos. Los votos de tus amigos cercanos no hacen que salgas elegido, hay que buscar más allá…

Pepo, no puedes votar, por eso la primera vez no te contesté. No estás en el censo. Si hubieras reclamado en su tiempo podrías haber ejercido tu derecho. Puse una reclamación al censo pues está fatalmente realizado, pero eso es lo que ellos querían, cuantos menos voten más fácil es que ganen las elecciones los que ya están instalados en el poder, es cuestión de planeamiento. Por eso la Junta Electoral sabiendo que lo que yo manifestaba era verdad, lo desestimaron, sabiendo también, que nadie con algo de cerebro iba a ir a los tribunales a pleitear por eso.

Si salgo elegido me esforzaré en cumplir mis promesas, sino pues daré la enhorabuena a los que lo hayan conseguido y comenzaré a exigirles que cumplan con su obligación de ayudar a que este deporte vaya hacia delante.

Lo que más me extraña es que hayan presentado su candidatura las personas y en ningún sitio manifiesten sus inquietudes, sus proyectos (Clemente Alonso y Menedez de Luarca, sí lo han hecho)… Parece más bien que debemos votarlos por el mero hecho de : “ser vos quien sois”. Nadie se compromete a nada, es como si esperaran que nadie los vote, o lo contrario, el saber que saldrán “sí o sí”.
Es lo “bueno” que han conseguido estos dirigentes actuales, nos han dormido, nadie tiene inquietudes, o nos han asustado y todo el mundo teme expresarlas, al menos la mayoría de los candidatos.

Hasta el último día mantendré la esperanza de que los triatletas son seres vivos que sufren y padecen y que son capaces de movilizarse. Ni siquiera pido que me presten su confianza, que voten a los otros, pero por favor, ¡participar!.

En la Federación Murciana se han celebrado elecciones. Lo primero es manifestar que no cuestiono a nada ni a nadie. Mis felicitaciones a quien ha conseguido la presidencia. El caso es que ha llegado a ser presidente sin un solo voto a favor. Los triatletas estamos dormidos. Ni siquiera le damos la oportunidad a nuestros candidatos a tener un mínimo apoyo. Es como cuando vas a tomar la salida en una carrera, la suerte no existe, los ánimos no corren, pero escuchar un “¡suerte!”, antes de salir, o escuchar unos gritos de ánimo, te ayudan a conseguir los objetivos, a luchar para llegar. Pues, no. Aquí el nuevo presidente sólo ha escuchado el silencio, que esperemos no sea indiferencia.

Por otra parte ya han pasado unos días desde su elección. Cualquier gobierno tiene los famosos “100 días” de cortesía, pero aún no ha dicho ni ¡mú!. No ha publicado quien formará su grupo de trabajo, que objetivos se ha propuesto… Todo aquello que podría darnos ánimos para saber que esto no está muerto… El recibió silencio y nos responde con más de lo mismo. Malos hábitos para que dure una relación

La semana…

Estoy nadando con mucho entusiasmo. No se si es que alguien del grupo de natación lee este diario, o que simplemente se han artado de nosotros. El caso es que en la calle donde estamos los dos “viejunos”, que por cierto, nos llamamos igual, no hay casi nunca nadie. Por una parte es estupendo, más cómodo para mí. Por otra me fastidia pues me hace sentirme culpable de la incomodidad de mis compañeros. Podríamos hablarlo y quizás todos estaríamos más cómodos repartidos en las calles y no una semi-vacía y la otra colapsada.

Estoy corrigiendo un sinfín de vicios de técnica. Poco a poco voy mejorando, pero tampoco es que sea algo como para tirar cohetes. Las piernas acaban como botas de vino, hinchadas al finalizar las sesiones. Nunca había hecho tantos pies (para avanzar tan poco, todo hay que decirlo)… Los brazos, como ahora ya sé como se meten en el agua me duelen hasta estallar. La cabeza me va a reventar de tanto estar pensando, si lo hago bien o mal (algunos comentan que lo que ocurre es que llevo las gafas demasiado apretadas), si los mil detalles de la técnica los realizo correctamente. Una monitora que está con los chiquillos en la calle contigua me dice con sarcasmo: “Garban, intentas hacerlo todo tan bien, con tanto interés que te sale una verdadera mierda…” No deja de ser bastante real. Al final salgo molido del agua. Me comenta mi entrenadora que gasto demasiadas fuerzas dentro del agua… Espero que esto mejore o por lo menos me ponga tan fuerte que no lo note tanto. De momento ya me han dicho que todos los meses me pasarán dos recibos. Uno por la cuota del club, el otro por el consumo extra de agua. Desde que acudo a la piscina, entre el agua que me bebo y la que tiro fuera necesitan llenarla dos veces cada día.

Mi carrera a pie sigue siendo sólida. Estoy algo mejor que el año pasado por estas fechas. El problema sigue siendo el peso. A pesar de lo que me sacrifico estoy bajando de peso demasiado lento. Estoy aún en los setenta kilos, justos, pero aún no he visto el seis en el marcador digital de esa máquina del diablo que se llama báscula. El mes que viene tenemos dos medias maratones. Estas carreras me gustan y como son las mismas del año pasado podré comprobar el estado de forma. Seguro que es mejor, el del año pasado fue patético.

Las bicicletas son para el verano… ¡Noooooo!. Estamos saliendo en bici, con buenos kilometrajes y buenos ritmos. La cenicienta del grupo es un servidor de las monjas. Pero eso, de momento, no es importante. Mi objetivo no es ir más rápido que Stani, Juan o Xarly, que son mejores ciclistas que yo. El objetivo es estar cada vez más cerca de ellos.
Stani, que es un prisas, no hace más que preguntarme: “¿Estás peor que el año pasado?”. Lo tranquilizo, no, estoy bien, lo que ocurre es estoy bien para mi nivel, tranquilo, mejoraré. Juan no hace más que romper ruedas, domingo sí, domingo también. Debe de ser problema de la horquilla de la bici, o de las telarañas del tejado, que yo digo eso por decir algo, que yo de máquinas sólo sé pagarlas.

Este domingo hicimos una ruta de 85 kilómetros con tres subidas. La primera a la Cresta del Gallo. Puerto mítico y del que ya he hablado de él en otras ocasiones. Subí con el último grupo, pero lo peor fue bajar, se me fueron bajando y me metieron unos segundos, o minutos tal vez. Después nos dirigimos al del Garruchal. Igual, con los últimos, pero seguí en el grupo. Tras éste nos fuimos al Cabezo de la Plata. Subí con Stani que me esperó. En los toboganes entre una montaña y otra, una ruta pestosa, me corté. Me hizo un trabajo de maestro, al final los teníamos a menos de cien metros. Es decir íbamos bastante más rápidos que la cabeza. Ocurrió lo que tenía que ocurrir. Bajando me corté y otra vez una minutada. Stani que estaba de ángel salvador me esperó de nuevo y tiró de mí hasta que casi cogimos al grupo. Llegábamos a 34-37 por hora de media y justo cuando enlazábamos los cabroncetes se meten por un semáforo a la izquierda y no los seguimos. Para regresar a casa teníamos que seguir rectos. Me hubiera gustado que nos vieran llegar y decirles, ¡qué pedazo de mamones!, ¿creísteis que nos habíais quitado de encima?. El caso es que todo va por buen camino. Seguro que todo mejora. Incluso la natación. Incluso el triatlón en general. Y no, no digo que el triatlón español esté mal, no digo que sus dirigentes lo hagan mal, solo afirmo que seguro que lo podríamos hacer mejor…

¡Hasta el próximo día, querido diario!.

4 comentarios:

Jetlag-Man dijo...

Puta natación. Yo también voy con mil cosas en la cabeza cuando nado. A ver si este año sirve de algo. ¿Cuándo se conocerán los resultados de la FETRI? Veo que habéis empezado muy fuerte ¿no? Suerte con las erecciones, uy, perdón, elecciones.

XARLI dijo...

Paco, me haces un hombrecico cuando dices esas cosas de mi... ¡uy, me da un no sé qué...!
¿Que soy mejor ciclista que tú?... Como tú bien dices la carrera no se gana hasta que no se cruza la meta, así que no me despistes halagándome. Prefiero que me digas cabecica loca y eso, ¡que seguro que aprendo más!.
Por cierto, hablando de aprender, seguro que contigo en la federación aprenderíamos tós un webo. ¡Oye! Que si hay que ir a Madrid a votar...

stani dijo...

Si que fue dura la etapa! pero bueno esto es así, en cuanto a lo de la fetri sabes que te deseo lo mejor, pero de verdad merece la pena todo eso?

magopepo dijo...

Vaya, al parecer no podré prestarte mi voto. A ver si en las próximas, como tú ya estarás dentro, me entero con tiempo de la publicación de los censos y esas cosas.

Por cierto, un judoka valenciano, con doce añitos, gran proyección -dicen- y mucho morro compite en Murcia el fin de semana del 1 y 2 de noviembre. Como es lógico a esas edades, sus padres y hermana se desplazarán para acompañarle, animarle y esas cosas. ¿Se podría organizar algo para el padre del chaval, quiero decir una salidita en bici (corta, suave y lenta de verdad) o un trotecillo cutre por los caminos huertanos o las inemdiaciones del mítico "Pirata"? Sabiendo siempre que está a dieta, ojo, no le vayais a organizar al hombre un arroz de bacalao con cebolla.

Ilusionados saludos.