martes, 5 de marzo de 2013

La Planificación Deportiva.-


Planificar es una de las tareas más importantes de un entrenador, de cualquier persona que desee conseguir un objetivo, obtener un éxito.

Gene Sharp, autor del libro “De la Dictadura a la Democracia”, en cuyos fundamentos y principios se han inspirado las últimas revoluciones no violentas del planeta desde Serbia a “La primavera Arabe”, nos comenta al respecto del fracaso de las protestas de la Plaza de Tian'anmen en 1989 que: “No se planificó, se realizó una improvisación constante...(sic)... La idea de que la improvisación te dará un gran éxito es absurda. Si no sabes lo que estás haciendo (estrategia para conseguirlo), lo más probable es que te metas en graves problemas”.

Es básico para conseguir un objetivo, por nimio que sea, planificar su obtención y la estrategia para llegar a él.

La planificación comienza en el mismo instante en que se te ofrece la dirección de un equipo o grupo. ¿Qué desea el club de tí?. ¿Qué objetivos desea alcanzar?. ¿Qué medios pone a tu disposición?. ¿Qué grado de implicación tienen los directivos?. Por otra parte también hay que analizar que es lo que nosotros deseamos como entrenadores para nuestra carrera deportiva. ¿Títulos?, ¿Dinero?. ¿Prestigio?. Debemos ser consecuentes y saber que deseamos y si esa relación deportiva nos puede ayudar a conseguirlo. Conociendo nuestros deseos y los del club, debemos analizar si ambos discurren en la misma dirección y nos ayudan a llegar a nuestra meta o si nos distancian de ella. Por ejemplo Maradona y Vicente del Bosque. Ambos son entrenadores de éxito. El primero entrenó a una de las mejores selecciones del mundo, la de Argentina. El segundo a la de España. Ambos tienen un éxito parecido. Pero..., ¿tienen los dos el mismo prestigio?. Evidentemente la planificación y la estrategia seguida en la carrera de Del Bosque, ha sido mucho mejor planteada que la de Maradona, pues mientras el primero es un profesional respetado, Maradona acude a exhibiciones de tenis a montar un show...

Una vez llegado al compromiso entre ambas partes hay que evaluar el punto de partida. No es lo mismo comenzar a entrenar a un equipo campeón con el objetivo de volver a alcanzar la Liga, que entrenar al eterno segundón. Nos encontraremos varios handicap. El primero es que si el equipo ha quedado segundo es porque con criterios objetivos el grupo es inferior al otro. Segundo, entre varios factores más, que la actitud del grupo con respecto al logro de objetivos de gran dificultad sera menos positiva que la del otro grupo, por el efecto de derrota, cuando no se alcanza la meta señalada. Para ello tenemos que evaluar, sincera, fría y cruelmente la realidad de nuestro punto de partida. Nuestra planificación estará dirigida por la evaluación de nuestro estado inicial. Segundo: Tenemos que señalar un objetivo principal que sea “alcanzable”. Es ilógico que pretendamos alcanzar el campeonato de liga en la primera temporada del ciclo, si el año pasado estuvimos jugando por no descender. A continuación debemos señalar objetivos secundarios. Estos objetivos tienen que ser coincidentes con el principal. Por ejemplo: No puede ser un objetivo secundario ganar al equipo del pueblo de enfrente, si el partido se disputa en vísperas de un objetivo principal como podría ser una final de copa. La planificación física, táctica y estratégica debe estar dirigida a la preparación de la consecución del objetivo principal, para ello debemos obviar que hay un derbi en las vísperas y centrar la planificación y estrategia en la final de copa, aunque nuestro equipo no se presente al ciento por ciento a un partido emocionalmente importante.

Teniendo marcados los objetivos principales y secundarios, recuerdo, es imprescindible que sean realistas y que puedan ser alcanzados, comenzaremos la planificación. Esta se hará en función de los objetivos en la periodificación de las cargas e intensidades. La planificación no es la Tabla de los Diez Mandamientos. Debe ser dinámica y flexible. Es importante valorar periódicamente si la planificación consigue obtener los objetivos propuestos. Es necesario que cambie esa planificación si las circunstancias cambian y por tanto los objetivos también deben cambiar. Si a principio de la temporada tenemos tres lanzadores y en los momentos importantes de la misma están lesionados, los objetivos (secundarios) deben cambiar, ya que las circunstancias han cambiado y en función de los resultados de los test, el objetivo principal también podría ser susceptible de ser cambiado.



*** Nota de Garbanzito: Esto igual no es lo que esperaban los amigos que me han pedido que siguiera escribiendo, pero igual, si no todo, a alguien le viene bien. Se que tengo varios seguidores que son entrenadores y aunque seguro que lo saben, no está de más recordar cosas básicas

Mañana o pasado la siguiente parte, relativa a esto o a cualquier otra cosa... ya veremos.

1 comentario:

la santa dijo...

muy buena comparacion