viernes, 13 de septiembre de 2013

Cualquier cobarde que huye merece mi respeto (II)

Diario de un crucerista sin vocación

Si siempre haces lo que haces siempre, siempre llegarás donde siempre llegas

Estaba Garban pensando en escribir sus pequeñas tribulaciones sobre el equipaje a llevar al crucero cuando una mano amiga lo llamó para que fuera a un concierto, La Musicalité y Melocos, pues sabía que los segundos eran del Puerto de Santamaría y Garban siente especial predilección por la música de esa tierra.

Aunque el chiquillo pensaba estar concentrado para el calvario de mañana, se presenta por segunda vez al cruel examen de pista de la moto, decidió hacer caso al lema que encabeza este relato y se aventuró a ir a escucharlos en vez de refugiarse en la soledad de la concentración para pasar la difícil prueba para él.

El concierto, sobre todos los gaditanos ha sido muy bueno y ha recuperado estas dos historias de amor tan iguales y tan distintas. Mañana hablará sobre el equipaje hoy es muy tarde.

No dejeis de escucharlas merecen la pena.

Mañana seguro que es otro día.




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