lunes, 13 de agosto de 2007

En Agramón comenzó el despegue hacia la más absoluta de la incompetencia Triatlética

Pues finalizó el fin de semana. Ha sido duro pero hemos sobrevivido. Cuando la prueba es el sábado por la tarde me fastidia bastante el fin de semana. Me tengo que cuidar, no mucho pues como se me ve en las fotos me he puesto “de buen año”. Como dice mi entrenador, “me he preñao”. Así que el viernes no lo puedo exprimir. El sábado por la mañana tampoco puedo salir a tomar el aperitivo y lo paso entre tareas domésticas y preparando el material para la prueba que se trate.
A las cuatro quedamos Stani y yo en casa para junto con nuestras santas

¡Por aquí me ando!. ¡Vaya espaldas de nadador que tengo!


irnos para Agramón. Pusimos las chinas encima de la baca y para Albacete. A las cinco estábamos recogiendo los dorsales y tras dejar la gorra y las zapatillas en el box nos dirigimos al embalse. El secreto de esta carrera está en dejar el coche a la orilla de la carretera para que en cuanto den la salida del agua poder salir dirección al pueblo y ver a los ciclistas pasar y luego la carrera pie. Mi santa y Mariló (fotografa) salieron pitando con el coche enseguidica, no sin antes hacer unas foticos en donde se nos veía la panza que habíamos echado y que seguramente no perderemos hasta el mes de octubre o noviembre, que la vida está mu mala… Las lorzas están sólidamente asentadas en nuestras barrigas cerveceras pero como ya estamos casaos nos hemos dejao un poco, total ya nadie nos mira…

Las chinas fueron la envidia de los boxes y luego al final de la carrera hicimos el Stani y yo un corro de triatletas, todo el mundo pregunta precio, tocaba nuestras chinas y admiraba nuestra adquisición por su baratura.
La natación fue en el pantano de Camarillas a una vuelta. Primero teníamos que ir a la boya que estaba completamente al otro lado de embalse. En cuantico que me explicaron como era me entró un yuyu… Nadar en el embalse, sin ver el fondo y con las historias que salen fin de semana si, fin de semana también de ahogados en los pantanos al enredarse en los fangos del fondo me pusieron nerviosísimo. Todo el mundo salió desde dentro del agua. Como no tenía prisa cuando salió todo el mundo me metí y comencé a nadar hacia el abismo. Al ratico me tocaron los pies y tragué un buen montón de agua. Me paré y me vi en medio del lago y me volvió a entrar un ataque de pánico. Me puse a nadar con mi mejor estilo perruno, siendo la envidia del contorno. Pensé en volverme, pero me di cuenta que estaba igual de lejos de una orilla que de la otra, así que me dirigí hacia la boya más lejana con la idea de que si seguía con tanto miedo salirme por el otro lado. Al llegar a la boya el río hacía corriente y el agua estaba algo más fresca. Eso debió ser lo que aclaró las ideas. Decidí seguir hasta la segunda boya y salir por esa parte del embalse y así no tener que darle toda la vuelta. Una vez que había llegado hasta allí, pensé en nadar cerca de la orilla, haciendo algunos metros de más pero mucho más seguro y entonces ya empecé a nadar mejor, incluso adelanté a algunos competidores. Como siempre comenzaba el triatlón con la gran cagada de la natación. No llevaba reloj, mejor así no sabía cuanto tiempo llevaba ya perdido…
Al salir del agua vi que aún quedaban algunas zapatillas en la alfombra. Me puse las mías y ya en la primera cuesta adelanté a dos triatletas. Entré en boxes, me puse las zapatillas de ciclimo, el casco, las gafas y la china. Con el con el 36 y el 25 me dispuse a afrontar el primer kilómetro de terrorífica subida. Enseguida pensé que me iría bien pues pasé a otros dos ciclistas en las duras rampas. Pronto comencé a alcanzar ciclistas y a pasarlos como un rayo, tanto apreté que al volver hacia Agramón ya iba en una larga hilera, ¡qué gusto da ver que estás en la carrera! y no como en Jumilla que cuando salí a correr creí que me había equivocado de ruta pues no vi a nadie. Las transiciones de nuevo fueron patéticas. En los dos últimos kilómetros adelante a cuatro participantes que salieron a correr antes que yo… La carrera a pie fue nada más que regular. No fue mala pero al final de la primera vuelta iba algo tocado. En la segunda me animé un poquillo más. Como resumen diremos que no se dio mal la prueba. Stani me volvió a dar una buena tunda, pero cada vez está más cerca así que debe atarse los machos.
En cifras diremos que en la natación tardé 20:26, podría haber sido peor. De los 188 que llegaron a meta hice el 179. La bici ya fue algo mejor. Mi cuentakilómetros me dice que marque 40:23 para 21 km. 700 mts. añadiéndoles las transiciones se fue a 45:26, el puesto 112 por tiempos. A pie 19:30 para cinco kilómetros con el puesto 56 por tiempos. La clasificación final fue 139 a sólo cinco minutos de Stani, así que ya falta menos.
En las fotos se nos ve gordos, pero no creáis que es un espejismo, estamos tremendamente obesos y lo que es peor, sin vías de reparación…
En instantánea que salimos en plan gay con todo el pelo al aire, el del pecho es el único que nos queda, no es que estemos enfadaos con la cámara es que estamos apretando la barriga sin respirar pa meter la panza y la fotógrafa estaba empeñada en soltáramos el aire pa sacar la tripa en el foto.
Hasta mañana, querido diario

4 comentarios:

stani dijo...

En vez de ganarme a mí en un triatlón,preocupate de que no te moje la oreja en la media maratón, olé. jajaj.

Juanma dijo...

esto es el cartel de 'Pepito piscinas II, el retorno' ??

aixiya dijo...

Tanquilos por las barrigas, que en el triatlon de Zarautz podeis perder 5kgs en un par de horas!por cierto, ¿que tal estan las chinas? ¿han salido buenas? ¿merecio la pena la espera?

stani dijo...

gorka! las bicis son de primera la verdad, de hecho hay varios compis que están en trámite de comprar otras, pues la calidad es la misma y el precio casi por la mitad, ahora bien, merecio la pena? pues sí, pero tampoco te pienses que es la hostía,pues a la otra también había que darle a los pedales y las sensaciones son parecidas, es decir merece la pena gastarte 4.000 euros en una bici, pues rotundamente no....