miércoles, 18 de junio de 2008

Travesía Getaria - Zarautz, en Junio, ¡Sí!, ¿qué passsa?.

Es tarde. Como siempre en las previas de una prueba los nervios me pueden... Esta vez es aún más importante. El Cantábrico, la distancia, el mal tiempo, las expectativas, el miedo al fracaso todo se conjura en mi contra. Son las once de la noche. Termino de hacer la maleta. La que en un principio iba a llevar se vuelve pequeña y es cambiada por otra más grande. La segunda mengua considerablemente mientras es llenada por todo lo que "creo imprescindible". Me acerco al vestidor y busco la bolsa grande de deporte. También se llena. Me acuesto. Escucho la radio y me amodorro en ese sopor que no es descanso, sólo ganas de no pensar...

¡¡¡¡Plafffff, requeteplafff!!!. Un ensordecedor ruido rompe el ligero sueño. Un gritico reprimido y una exclamación mal sonante me despiertan definitivamente. Enciendo la luz con presteza, tiro, en el rápido pero torpe movimiento, el transistor, las gafas y la foto de Julio Iglesias Jr. que preside mi mesilla de noche. Oteo el lugar de donde adivino ha salido el alarido. Junto a la maleta, entre la bolsa de deporte y los cascos de la bici yace mi santa que ha entrado en la estancia y se ha enredado con los trastos que "habilmente" había apilado un servidor junto a la puerta y "espatarrá", con toda la dignidad perdida, me mira roja de ira... ¡Garban, ahora mismo te deshaces de todo esto!. ¡Qué trompazo me he dado en la mano mala!. ¿Es qué te vas para no volver?. Estaba cómica. Intento contener la risa pero no puedo. Ella me mira aún con gesto más airado. Intento contenerme y consigo balbucear sin que la carcajada asome más allá de mi mente: "Lo que tu digas santica mía, mañana me deshago de la mitad del equipaje".

Eran las seis de la mañana, como cantaba Juan Luis Guerra, desesperado de estar pero no dormir me levanto. Mi santa me recuerda que con todo ese equipaje no me iba a ir a Zarautz, ni por las buenas, ni por las malas... Le contesto que sí, que lo que ella diga... Me ducho y me acicalo. Mal asunto, nunca pongo tanto empeño en mejorar mi imagen exterior. Ella que se queda en tierra murmulla... ¿A dónde vas que te pones tan guapo?, ¿a ver a tus amigas del triatlón...?. Intento que no se me note mucho la ilusión por conocer a esa gente... Más que nada porque no se tema lo peor mi santa y me arree un sartenazo que me deje descompuesto todo el fin de semana. Saco de la maleta y la bolsa todos los "porsiacaso" que me había echado. Fuera la ropa de lluvia de bici, fuera la ropa de abrigo, fuera... ¿Pá qué voy a llevarme la ropa de correr y la de montar en bici si lo más probable es que no llegue tan lejos?... He logrado dejar en casa la bolsa de deporte. Sólo transportaré la maleta grande...

Salimos... tarde... Como no puede ser de otra forma. Es consustancial con el carácter de esta tierra... A la altura de Teruel, que debe de existir, pero que no tienen radios, se pierde la música del transistor... Tiramos del album de CD's que llevamos en la puerta del coche. Ponemos uno, rallado. Sacamos el segundo, tampoco se oye... Al sexto nos damos cuenta que los hemos tenido tantos meses en el bolso de la puerta, bajo el sol, que todos se han hechado a perder. Garban jr. saca uno que habilmente llevaba guardado en no sé donde... Música Revival desde Teruel hasta Zaragoza... Esto comenzaba con malos augurios... Paramos en Pamplona a comer... Podíamos haber continuado, el hambre es mejor compañera que el sabor que nos dejó la pócima que nos sirvieron en ese Polígono Industrial... Seguro que es el cocinero de la aldea de Asterix el que se encarga de dirigir el condumio de ese establecimiento.

Comenzamos a subir Leizarán... ¡Me cago en la leche!. La temperatura baja diez grados, comienza a llover a base de bien y las nubes nos rodean por todos sitios menos por uno que se llama istmo. Si ya estaba acojonado esto termina por descomponerme del todo. Le digo a Garbi jr.: "Con este tiempo no me tiro al agua ni borracho, así que si acaso lo estuviera recuérdame estas palabras". Mi zagalico me mira como siempre... Esa mirada entre: "¡Qué capullo que es este tío! y ¡Pobretico, está mayor!. Pasamos cerca de Donosti. La temperatura sube algo, deja de llover, pero las nubes no dejan de acompañarnos muy de cerca, casi a la altura de nuestras cabezas.

Pagamos en el peaje y Stani me llama al móvil: ¡Garban, mete en el navegador la dirección del hotel! y pasa a darme un nombre raro, raro, raro... El navegaor es de pobres y sólo entiende en castellano y la dirección está en euskera. Nos perdemos por segunda vez en el viaje. En la primera el navegador, a la llegada de Valencia, me dijo una cosa y yo entendí otra, lo que nos llevó a pasar por todo el centro de Valencia, como unos señores... Acabamos en una urbanización de Zarautz muy coqueta. Stani baja del coche y pregunta... Tras las consultas me comenta voz en grito: "¿Has visto?, ¡por dónde yo decía!". La señora que tan amablemente había indicado el camino a Stani se le queda mirando con cara de preguntar: ¿De dónde han salido estos frikys?. Llegamos al hotel, era igual que en las fotos... Nos consuela, pues en alguna que otra ocasión la foto de la publicidad y la realidad de los hoteles sólo se parecen en el letrero que reza sobre la puerta.

Dos personas están a la entrada del parking... Uno alto, rubio, con pelo alborotado que intenta disimular, en principio con éxito, que el cartón está empezando a aparecer... Sin duda, ese es el chico. Junto a él, alguien más menudo, con pelo a mechas, grácil figura, casi da aspecto de frágil, pero no... Sin duda ella es la chica. Stani, que tiene una envidiable memoria fotográfica se baja del coche y los reconoce... ¿o a lo mejor es que les había llamado por teléfono y les habían dicho que estaban ahí?... ¡Pues sí, resultó que ellos eran Gorka y Amaia!, nuestros amigos y anfitriones en Zarautz. Me acicalo, me atuso el pelo (bueno me doy limpiamuebles en la calva) y termino de darme brillo en los labios... ¡Todo lo que sea necesario por causar buena impresión!. Las presentaciones, los besicos, las primeras impresiones... ¡Todo perfecto!, sabíamos que eran buena gente, pero esos minutos de presentación nos lo terminaron por confirmar. Quedamos para dentro de un rato. La idea era correr un poquico y estirar las piernas. El hotel bien, todo bien...

A las seis, como clavos, bajamos a la puerta Stani y yo. Hacía frío. Ibamos con nuestras mejores galas de trotadores, pantalón corto, camiseta de manga corta de un color que nos haga más estilizados... ¡Es que "semos" muy coquetos!. Helados pero guapos aguardamos la llegada de nuestros nuevos amigos. Al fondo aparecen nuestros anfitriones. Acordamos ir hacia Getaria. Estaba deseando ver el mar y me pareció estupenda la idea.

Llegamos al paseo y Amaia impone el ritmo. Por detrás Stani y yo intentamos no quedar descolgados mientras que Gorka la sigue con entusiasmo. Nos preguntan: ¿Este ritmo es bueno...?. "Nusotros, de encomedio de la güerta que semos, no podemos rajarnos tan pronto"... "¡Sí, sí, este ritmo es el nuestro, así rodamos todos los días... cuando queremos ir flojicos como hoy!". ¡Me cago en la leche, con la zagalica!, pensaba, "¡Me va a reventar!, murmuraba. Aunque iba muerto mi único objetivo era llegar lo más cerca de la salida posible y poder ver todo lo que había que nadar... Y por supuesto no descolgarme haciendo el ridi... El mar estaba bien, oscuro, pero bien... Cuando divisamos la salida a lo lejos encontramos la excusa perfecta para pedir que diéramos la vuelta y que acabara aquel suplicio infernal al que nos sometía el ritmo de Amaia. Al regreso nos citamos de nuevo para cenar. Nuestros amigos había reservado en una pizzería del lugar. Desde luego hay que agradecerles la paliza que les dimos todo el fin de semana, estuvieron siempre a nuestro lado, nos lo pusieron todo fácil, divertido, amable... Un lujo de compañía.

Durante el "trote" de la tarde conocimos a Eva. Una chica rubia,muy amable, simpática y divertida que paseaba junto a una amiga por el paseo. Por la noche, como en el chotis, conocimos a la morena, Lourdes. Conversamos de lo divino y de lo humano. El escribir es tan frío como lo puede ser el escritor, pero si encima no se es profesional puede dar motivo a que nos hagamos unos de los otros ideas equivocadas... En cuanto a mi parte estaba algo equivocado, sabía que íbamos a encontrarnos con excelentes personas, pero no, son aún mejores de lo que creí adivinar por los blogs. Fotos, risas, chanzas y alguna impertinencia por mi parte, es que soy un "pesao", lo reconozco, hicieron que nos conociéramos un poco más. Les advertí que mi temores sobre el tema de la natación no eran una pose en la que buscara protagonismo o quisiera crear expectativas, era cierto como la vida misma. No es que sea un mal nadador, es que soy un excelente candidato a ahogarme... Entre risas y buenos ratos se nos hizo tarde, Nos recogimos hasta la mañana siguiente.

No dormí nada y eso que el hotel está muy bien. Los nervios, las dudas, me hicieron escuchar todas las emisoras que podía entender y las que no. Escuché los partes meteorológicos y todos eran halagüeños, el sábado sería un día, de buena mar, sol expléndido y excelente para practicar deporte.

A las siete definitivamente me levanto de la cama. Preparo las cosas para la bici, la carrera a pie, me ducho, me olvido de poner el papelico en la puerta, ¡Lo siento, tengo una cabeza...!. A las ocho y media a desayunar. Allí hay varios grupos de triatletas, fundamentalmente del Aguaverde, unos canarios, otro de Elche con el que coincidimos en Roth. En otras ocasiones hubiera hablado con todos, pero no quiero significarme mucho, prefiero pasar inadvertido a que luego en la cena comenten, ese viejecico no pasó el corte, no sabrán de mí, así no me sentiré observado... Nos vamos a por los dorsales. Nos confirman que la subida era aún más dura de lo publicado por culpa de no se qué... También que nos enviarán la camiseta y la mochila a casa. ¡Mejor, si me hubieran dado la camiseta en meta me habría quedado sin ella... !. Nos vamos a la reunión técnica. Stani está tranquilo, yo cada vez con más nervios. Pocos participantes para lo mucho que tenían que contar los organizadores. A la primera de cambio pregunto lo que más me interesa: "¿El tiempo de corte donde se pica?". Bien, ya se a donde tengo que llegar como un cohete. Todo lo demás, para mí, es secundario, hay que ir por etapas...

Regresamos al hotel, el tiempo vuela... Parece que se nos echa encima la hora y que no va a dar tiempo a nada... Lo preparo todo, creo que no falta nada. Bajo a probar el cambio de la bici. Ahí comenzó el principio del fin. Siento que la piernas no me responden, que no tengo fuerzas ni para ir a la rotonda y volver, sólo para probar el cambio... Tengo angustia, ganas de vomitar y aún no ha empezado esto. El mar estaba precioso, pero no podía engañarme, era una pequeña trampa para mí.

Comemos, el buitre del Stani se zampa dos platos de spaguetis. A mí me entra uno pequeño justo, justo. Bebo agua y estoy deseando irme a boxes. De camino nos cruzamos con Pedro y Mabel, le dejan la cámara de fotos a Pacorro, casi no hablo con ellos, no tengo ganas de hablar con nadie... Mi crío ha llamado a media familia y a la otra media Murcia que me conoce. De camino a boxes no dejo de recibir llamadas. Mi santa me dice que le ha dicho Pacorro que estoy nerviosísimo, que no he comido casi y que estoy blanco... Recibo la amenaza de que si no me tranquilizo vendrá y me dará un par de capones. Me llama mi hermana, me llama mi entrenador, me llama El Capitán, me llama Special Force... Desesperado decido darle el móvil a mi hijo y decirle que cuando salga del agua (si sigo vivo) le daré una paliza por llamar a tanta gente... Intento tranquilizarme... Cambio, lo que a la postre será un gran acierto, el objetivo final. Mi meta es llegar a tierra, a la hora que sea, pero llegar. Eso me da un plus de tranquilidad, no tengo que pensar en el reloj, sólo tengo que nadar y llegar... Nos pintan, intento entrar en boxes y la juez no quería dejarme porque decía que el casco estaba dañado, era mentira, se lo hago ver, tras unos segundos tensos de cambios de opinión entre ambos, me toma el dorsal y me dice que la próxima vez que compita en Euskadi debo traer otro casco. El caso es que ahora me parece que lo que estaba mal era el color del mismo... Llevaba uno verde que pude haber utilizado, lo estuve barajando hasta el final y no se porqué elegí ese. Mi intención no era tensar el ambiente, era llevar mi casco que iba a juego con los colores del mono.

Una vez dentro preparo las cosas y me dispongo a saludar a conocidos. Stani y yo charlamos, ya estaba más tranquilo. En ese momento comienzo a darme cuenta del gran ambiente que tiene la prueba, de su grandiosidad, del público, de lo majestuoso que se ve el mar desde lo alto de la plaza y ahí es donde me cautiva este espectáculo que es el Triatlón de Zarautz.

Merodeamos por los boxes pues sabemos que los triatletas que vendrán tarde no tendrán piedad con nuestro material, así que no nos vamos hasta que las bicicletas de al lado y de atrás no están definitivamente instaladas. Mi crio, que había venido conmigo para llevar parte del material y hacer de mecánico en el último momento se va a comer y quedamos sobre las dos y media en Getaria, donde recogería mis chanclas y donde me daría un último abrazo de impulso.

Nos montamos en el primer viaje. Nos llevan a Getaria y en el ambiente se masca la tensión. En la parte de atrás debemos estar los mas golfos, pues allí la atmósfera está algo más distendida. Comento que me iba a camuflar como foca monje y a quedarme en un peñasco, así cuando pase la cabeza me tiraré al agua y me ahorraré un buen montón de metros... Me saluda un triatleta que no conozco. Me dice que me conoció en la salida del clasificatorio de Aguilas y que se pegó una jartá de reir... En las salidas siempre suelo estar bromeando y quitándole tensión al asunto. Hoy no estoy para muchas risas, pues me juego la vida, que no una carrera. Comento que en mi hotel se cierra el comedor a las cuatro y que debo estar allí antes de que cierren pues se me había olvidado desayunar fuerte. Junto a mí otro triatleta en un ataque de sinceridad me comenta que está como yo, que llegará muy justo al corte. Pienso que no será para tanto... Al final fue una persona sincera, el tampoco pasó el corte y nos saludamos con una medio sonrisa en boxes, mientras recogíamos nuestros bártulos. Todos esos bártulos que habíamos trasladado 800 km. para que una estúpida norma no nos dejara usar.

Vuelve mi hijo. ¡Qué gran zagal!. Creyendo que se le hacía tarde le dijo a Mariló que le pusiera la comida en un bocata y que se lo llevara a la salida. Sin comer llego a Getaria. Estuvo conmigo todo el rato. Me decía: "Papa, tú puedes!". "¡Se positivo, puedes hacerlo!". Es otra cosa más de las muchas que tengo que agradecerle. Stani, sentado a la sombra me miraba e intentaba darme conversación. Yo sólo miraba al mar. El mar que tranquilo me decía: "¡No temas, hoy no descargaré mi furia sobre tí!". A veces no es necesario que sea neutro, tiene que ayudarme y ese inerte mar no me ayudó... Tres menos veinte, como si hubieran dado un toque de silvato audible sólo para los oídos de los triatletas todo el mundo se pone en marcha. Vaselina, neopreno y a la playa. Quinientos tíos en el mar. Entro a calentar unos segundos. Me sorprendo, está tibia, no está helada como la preveía... Nado poco, ajusto las gafas, todo bien. No da tiempo a nada. Los minutos desde que bajamos al autobús hasta que nos pusimos el neopreno pasaron despacio, tediosos, rancios... Una vez que todo estaba en marcha, el ritmo endiablado de la vida se apoderó de nosotros. Suena la bocina. Nos reunimos al borde de la playa. Últimas instrucciones. Regalo un gorro que llevaba por si el agua estaba muy fría ponerme dos a una chica que estaba viendo la salida. Se empañan las gafas y el pánico se apodera de mí. ¡Al agua!. Intento llegar a la línea de salida. Al bajar las gafas ya no ajustan bien. Tengo que llegar, volver a ajustar las gafas y no agobiarme demasiado en la salida... Dan el bocinazo. ¡Dios mío, qué no me ahogue, al menos esta tarde!.

Solucioné a tiempo el tema de las gafas. Nado. Al principio intento no meterme en el follón. Luego juego a que no me descuelguen demasiado pronto. Estoy fuera, no hay nada de oleaje. Se nada cómodo y el agua está a buena temperatura... ¡Por cojones tengo que nadar bien!.

Desde dentro del agua las cosas se ven de otra manera. Lo que la tarde anterior me había parecido asequible desde lo alto del acantilado, se ve inmensamente lejano. Llego a las primeras rocas, aún veo al último grupo de nadadores. Hay varias piragüas evitando que me corte el cuello con alguna afilada arista. Me dicen algo, pero como están a la derecha no los escucho, por ese oido casi no tengo nada de audición. Me desoriento y me cuesta algo encontrar la salida a algo que desde arriba parecía simple pero que desde dentro parecía el Laberinto del Minotauro. Cuando consigo salir de allí dejo de ver al grupo y soy consciente que voy solo. Tengo que empezar a trabajar contrareloj. Seguro que ellos se irán alejando pero intento que sea poco a poco. Cruzo la bahía grande, creo que me meto algo a tierra... Saco la cabeza, distingo sobre el paseo la camiseta roja de Murcia que llevaba mi hijo puesta. Me alegra verlo pero a la vez entiendo que debe ser un signo evidente de que no voy nada bien. Me grita, lo distingo por el movimiento de sus brazos, pero no logro saber que me dice. Llega una piragüa. Me alegro, al menos no moriré solo, porque subirme a la barca seguro que no me subo. Se empeña en hablarme, pero sigo sin entenderlo. Me gustaría decirle que se quitara de allí que se pusiera delante y que me marcara el rumbo. Se va un poco en línea recta, yo llego, se va otro poco... y así hasta que llegáramos a algún sitio donde pudiera orientarme... No se lo digo, mi código ético me lo impide, pero me gustaría que el lo adivinase... Cruzar la bahía grande se me hace eterno... Comienzo a dudar sobre si seré capaz de llegar en tiempo. Soy positivo. Si el grupo grande llega en 45 minutos, en 15 más puedo llegar yo. Llego a la segunda boya. Ya se que voy fatal. Por la mañana había visto que estaba lejos de la orilla y yo la tenía a la derecha, intento orientarme e irme para dejarla muy, muy a la izquierda. Cuando la alcanzo casi me doy con ella. ¡Me desespero!. Giro a la derecha y creía que debía ver Zarautz. ¡Joder, queda una pequeña bahía más. Ahora si que casi me rindo... Exclamo: "¡Me cago en mi puta madre!". Es la primera y única vez que me paré. El piragüista ya sabía quien era, mi hijo no hacía más que gritarle desde lo alto del paseo. Me expeta: "¡Murciano, no te rindas, ya no queda casi nada!". Sigo nadando y no se si por la marea o por el desgaste físico, creo que sería más por lo primero, el avanzar es lento. Estoy deseando ver Zarautz para dar lo último de mi. En una espera eterna llego a las rocas que me servían de referencia e intento irme más hacia el centro, como me habían aconsejado para aprovechar la corriente. No avanzo nada, pierdo los nervios y me lanzo directamente hacia la orilla a pesar de que sabía que era peor, pero a mí me parecía que estaba más cerca. Me pasa otra piragüa y al momento un nadador. El pensamiento no puede ser más negativo. ¡Si no era el último ya lo soy....!. Intento cogerle pies, pero se va hacia las rocas y se que allí no debo ir... Sigo nadando pero cada vez me parece que la orilla se aleja de más de mí. Creo que ya hago pie, pero sé que hasta que no toque con las manos en la arena no debo dejar de nadar. ¡Ya, lo he hecho, lo conseguí!. Me pongo en pie y un montón de gente está allí, aplaudiendo. ¡Qué subidón!. No había puesto el crono y no veía ninguno. Me atuso, coqueto que es uno y una ola, floja, pero como estaba tan débil ya, me tira por los suelos a mí y a mi dignidad. Me levanto y salgo. Lo he dado todo, estoy vacío, sólo quiero quitarme el neopreno y coger la bici y disfrutar por una puta vez desde que dieron la salida. Veo a mi crío y le pregunto si estoy en tiempo. Antes de oir su respuesta la sé. El mismo chico que había dirigido la reunión tecnica estaba ante mí, junto a los escalones y me dice: "¡Estás descalificado, vas fuera de tiempo!". Me derrumbo. ¡Tanto esfuero, tanta ilusión, tanto sacrificio!. ¿Para qué?. Por primera vez en mi vida me siento una mierda... Me dan arcadas y vomito el agua que había tragado, más por impotencia que por falta de fuerzas. No puedo dejar de llorar... Desahogo toda la tensión y los miedos... El chico se dirige de nuevo a mí, me pregunta si estoy bien. Es tan amable, tan educado que no tengo más que darle las gracias por que me descalificara, despertó en mí mi ternura de padre. Me enseña el reloj, una hora y siete minutos, me dice que no era el único, que este año se había quedado mucha gente fuera. Le contesto "qué a mí eso no me contenta, que lo que yo quería es correr yo". Le doy de nuevo las gracias y me voy a mi box, no puedo dejar de llorar, de rabia, de impotencia, de frustración, de desilusión. Mi crío se acerca, nos abrazamos y los dos lloramos juntos... ¡Gracias Paco!. Se acercan algunos amigos de los ZarautzMasters. Gorka, Amaia, Eva, Lourdes, Javier... Algunos más... De momento no puedo hablar con ellos, las lágrimas me desbordan cada vez que quiero hablar, dar las gracias...
Me calmo y recojo los muchos trastos que inutilmente había trasladado hasta allí. En el fondo sabía que no lo iba a conseguir, aunque siempre uno espera el milagro.

Se rompe el hechizo. Despierto a la realidad... Pacorro, cuanto te tengo que agradecer, me hace un gran favor. Se acerca al bar y me acerca una botella de cerveza, seguro que seré el único triatleta que se tomó en el Triatlón de Zarautz una cerveza en boxes.

El Triatlón de Zarautz es único, engancha, embruja, te capta. Así que eso no terminó así. El triatlón siguió y yo en él, desde ese momento como espectador, pero eso, eso ya te lo contaré mañana, querido diario...

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Si hay algun triunfador en la vida es aquel que se levanta frente a las dificultades. Te vi en boxes cuando no te dejaron continuar, pasando el mal trago ayudado por la cerveza y luego en la cena tu buen humor nos contagió a todos.
Eso es ser un gigante. Animo, como decia Carlos Sobera en uno de sus multiples concursos "La constancia en los reveses dió el triunfo a los portugueses"(No se de que va pero queda bonito no?). Con un poco de esfuerzo la mar es tuya. Te esperamos el año que viene.
Saludos Ramón Ugarte

magopepo dijo...

Hola Paco, campeón, muy buenas.

Me descubro ante tu intento, ante tus huevos de ponerte en esa salida, a sabiendas de todo lo que venía, ante tu entrega dando todo lo que tenías, ante tu deportividad, aceptando la situación con una birra en la mano, ante tu eterno bueno humor, alegría de vivir y lo bien que lo cuentas y, por encima de todo eso, ante ese pedazo de familia que te apoya, te sigue y te da vida.

Definitivamente, Paco, voy a tomar prestada una cita de "Zalacain el aventurero", ¿qué mejor tratándose del Pais Vasco?, para adpatarla un poco y expresar la admiración que siento:

"AQUI ESCRIBE GARBANZITO EL FUERTE.
VENGANZA TOMO LA SUERTE DE SU AUDACIA Y SU BRAVURA.
Y AUNQUE EL LIBRO DE LA HISTORIA SU RUDO NOMBRE RECHAZA,
TRIATLETA DE SU RAZA, DESCUBRETE ANTE SU GLORIA".

Un abrazo.

P.S. Bien sabe Dios que el año que viene no me tocaba Zarautz, ni triatlón alguno en Junio. Sables y Ronda serán los objetivos de verdad. Pero desde este momento te digo que si tú vuelves, yo me voy contigo. Aprendo a nadar como toca, te marco el ritmo, el rumbo adecuado, vamos juntos, yo controlando todo, tú sólo dando palique y llegamos seguro con tiempo de echar la cerveza antes de salir con las bicis. No te lo digo de coña, ya hablaremos.

XARLI dijo...

Paco,
me gusta eso de los portugueses, creo que nos pega bastante a la pandilla, pero sobre todo a tí, que tienes dos güevos que parecen balones de reglamento...
Y lo mismo me da un aire y me sumo a lo que te propone magopepo, y como en el agua no hay drafting, el año que viene vamos aunque sea para ir abriéndote paso, porque yo seguro que no pasaría con mi 23 el montecito del sector ciclista, ja,ja.
Venga, un abrazo y ya verás como nos echaremos unas risas dentro de poco.

stani dijo...

Zagales está muy bien esto del apoyo moral y tal, pero no olvidemos que el triatlón es un deporte individual por lo tanto el que tiene que solucionar este duelo es el propio garbanzito en solitario, sin ningún tipo de ayuda, conociendolo estoy seguro que lo conseguirá. olé.

Zarautz Masters dijo...

Fue un placer conoceros a todos, y me alegro de que le hayas dado la vuelta y pienses en positivo. Me sumo a la teoría de Stani, que el duelo lo ha de superar uno mismo, eso si, si uno quiere, porque si no lo quiere no pasa nada... para eso tenemos a Arconada!

Andreseitor dijo...

Garban, has escrito un relato precioso.
Suerte

Andreseitor dijo...

Garban, has escrito un relato precioso.
Suerte

Juanma dijo...

Xe Paco, a la próxima más.

Mira en junio que prueba más guapa... y nada, para el resto de lectores también..jeje: http://www.escapefromalcatraztriathlon.com/site3.aspx

mmmm, que no caerá...???

Besicos
Juanma

XARLI dijo...

Joé Stani, te pareces a Risto Mejode. Te pones unas gaficas así en plan mosca, y te cortas un poquico el pelo (¡ah, mira, en eso también te vas pareciendo!), ¡y hala! ¡a darle caña de España a tó'l mundo!...
Por cierto, amigos de Zarautz, ¡la de tiempo que no oía eso del "no pasa nada, tenemos a Arconada"! Mala señal, eso de que me suenen cosas de hace tanto tiempo es que me estoy haciendo mayor.
Venga Paco, di algo, ¡defiéndete o ataca! ¿o nos estás preparando una encerrona en Cartagena como si fuera Anibal Urban?

Pedro Mª Campoy dijo...

Paco,me quede con ganas de hablar contigo despues¡ si hay un tio cabezon ese eres tu¡ asi que mucha fuerza que quedan muchos zarautz y tu nadando todavia no eres ni alevin, con el poco tiempo que llevas¡ asi que arriba y al agua.

Un abrazo.

lover dijo...

JODER COMO ME GUSTA LEERTE, SUERTE EN TU PROXIMO OBJETIVO

Felipe Javier dijo...

Garban, a tope! Qué bien te sienta el Norte! Enhorabuena!!!!