miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cualquier cobarde que huye merece mi respeto (VI)

Diario de un crucerista sin vocación

Si siempre haces lo que haces siempre, siempre llegarás donde siempre llegas

Pocos fueron los instantes de tranquilidad del Garban. Nada más decidir acudir al gigantesco bufett libre del barco, llegó a la conclusión que los españoles no son distintos al del resto de los europeos, africanos o asiáticos. Tienen “condición humana”. El buffet había sido arrasado por un ejército de disciplinadas termitas y encontrar cualquier elemento del menaje no era más que un milagro. Solicitó un plato y un eficiente camarero apareció transcurridos breves instantes, con uno. Se lo entregó y le dijo con la mirada: ”Trátalo con mimo te entrego “el tesoro”…” . Pronto comprendió el porqué. Pudo colmar el platico con comida abundante y variada. No en vano medio Filipinas trabaja en este buque en la elaboración y el servicio de restauración. Tenía el plato, tenía la comida, pero no tenía con que llevársela a la boca. Cuando a los veinte minutos largos los servicios de cocina pudieron reponer la vajilla, tenía el sustento frío y más de medio plato vacío. Tomó una sabia, a su entender decisión: La primera vez que pasara por el buffet se llevaría al camarote un cubierto, una servilleta y un plato para utilizar en casos de emergencia…. Por supuesto, en cuanto pasó el de la limpieza por allí, se lo llevó… Mañana robará otro…

Pasó la tarde viendo como los pasajeros se dejaban seducir por los cantos de sirena del animador de la piscina. Participaban en un sinfín de juegos que hacían las delicias del pasaje. Le recordaba a Garban la lucha de los gladiadores en el circo romano. Con los desaires de los menos,  se entretenían las masas.

Haciendo caso a la señorita que amablemente había dirigido una charla a los cuatro que hablan castellano en este puto barco, el Garban se acicaló, se puso más bonico que un San Luis y se aventuró de nuevo a sumirse en el gran agujero negro que es tener una iniciativa sin saber explicar a nadie que es lo que lleva en mente. Se dirigió a la cubierta 5, en popa, al restaurante temático “Taste Contemporáneo”. Este es de semi-etiqueta, toca un señor un piano y desde fuera tenía, para el de La Arboleja, pinta de muy fino…

Así que a las siete y media (sin pizca de hambre, solo de investigar), como había recomendado la tripulanta, se dirigió con firmeza al mostrador de reservas y espetó: “¡Mesa para uno!”… ¡Coño, como  si hubieran escuchado al oráculo del señor!. De inmediato, la amable señorita, soltó una parrafada que si Garban hubiera sido capaz de entender seguro que se hubiera puesto a llorar. Ya había perdido la vergüenza, le dijo:”Sorry, (que no sabe que significa, pero se lo sueltan con cara de pena cada vez que le pisan en el ascensor) sólo hablo castellano”. ¡Eso es otra!, todo dios responde: “¿Italiano?. ¡Qué no, coño! Los españoles hablamos castellano, no hablamos español…Pues nada, hasta que no le dice español no se enteran. Como la señorita de la puerta se dio  cuenta que su actitud era irreductible y se fijó que el zagal puso la cara de tonto más angelical del mundo, tras aporrear las teclas de su ordenador durante un tiempo que se le antojó interminable al nene, llamó la atención de una camarera y lo hizo acompañar al lugar donde pensaba confinarlo.

Ni habiendo comenzado a probar el primer plato, le sientan en la mesa junto a la suya a cuatro rubias de dos metros de alto por algo menos de ancho, edad  indefinida, porte distinguido con ojos verdes y azules como platos…

Las nenas comienzan a realizar comentarios respecto a si Garban era gay o simplemente un gilipollas de tomo y lomo al quien no aguanta ni dios…. Luego supo que en perfecto sueco… Como ese tipo de conversaciones se notan enseguida, el Garban decidió romper el fuego con un educado: Por favor, ¿podeis hacerme una foto? Y ese fue el comienzo de una corta y frágil amistad… Lo primero que le preguntan en inglés es de dónde es… El nene lo entiende pero quiere intentar mantener la conversación en castellano y se prueba. ¿Español?. Nada, que dicen que son de un poco más al sur de Estocolmo, luego será como todas, que cuentan que viven en Madrid y lo más cerca que han estado de la Puerta del Sol ha sido Getafe. Se prueba de nuevo el Garban, ¿Francés?. No sabiendo bien si prefería que contestaran que si y no supieran una palabra del  idioma o que realmente lo hablaran… Resulta que una habla algo de francés… Peor que el del Garban. Una de la nenas veranea en Marbella y cierto es, que se les veía impecables y de amplio recorrido… El caso es que quieren liar al Garban con la eventual Marbellí y cree éste que ella no hacía ascos al asunto…. Pero como la francesa (de lejos…) Se explica bastante mal y cada vez van más borrachas porque se beben las botellas de vino de a cuarenta euros como si fueran “Caseras”, el huertanico decide no meterse en líos, no vaya a ser que no digan lo que el Garban entiende y proseguir con su plan de ir al teatro a ver el espectáculo de los “Blue Man”. Se despiden cariñosas y quedan con el zagal para el día siguiente en la cubierta cinco a las ocho y media para ir todos a Capri.

Los Blue Man son un espectáculo de luz y sonido, en clave de humor. Tremendamente efectista y entretenido y en el que la participación del público es muy activa. Se entiende perfectamente sin saber inglés, porque el diálogo no va más allá de dos o tres frases sueltas.



Por la mañana nos encontramos en el lugar convenido. Una no aparece, dicen que está enferma… ¡Una mierda, eso no es enfermedad, se llama resaca! Las otras traen una carica de morirse. Comprando los billetes para el Ferry cae una tormenta de la leche. El viaje a la isla es mortal para los sanos, no lo va a ser para las supervivientes de las “Chicas de Oro”. Los barcos son de esos veloces. Entre la tormenta y que el capitán parecía que pretendía aterrizar en la isla en vez de fondear en ella, a base de descomunales saltos, se nos queda un cuerpo a todos para morirnos. En tierra comentan que suben en el funicular pero que se quedan en una terraza del coqueto pueblo. No había pasado tanto penuria el Garban para quedarse tomando café con tres resacosas suecas, por mucho que pudiera prometer la historia. Al cabo de cinco horas, cuando regresa el Garban, como es lógico, ya se habían marchado.

Como empeora el tiempo y ya había visto todas la domus romanas habidas y por haber, fotografiado calles estrechas, preciosos jardines y alucinantes farallones, el chiquillo decide regresar antes de lo pensado y aprovechar el tiempo en tomar cerveza a tres euros, que sigue siendo caro, en la fea de cojones, Nápoles.

Como buen crucerista regresó al barco y se fue al buffet a reponer fuerzas y escuchar por la megafonía la lista de pasajareos que no habían regresado a tiempo y que por los huevos del capitán se quedaban en tierra. Dos o tres brasileños, que cogen unas curdas como pianos, dos o tres japoneses, unos de nacionalidad indefinida y como no los cuatro o cinco angoleños que van del mismo corte que los brasileños.

Volvió Garban a ponerse “de bonito” y se aventuró a cenar en el Manhattan Room, el lugar más exclusivo del barco. Tras intentar charlar con la interprete japonesa que también estaba sola y fracasar, no por falta de interés de ambos, si no porque lo mismo le podía haber hablado del desove del salmón que ninguno de los dos se enteraba de nada, ha parado junto a él dos españolas, más o menos de su edad. Al menos con éstas no iba a haber  malas interpretaciones y hubo algo más de conversación. Se llamaban una a otra “Señora” cuando se dirigían al camarero, por ejemplo: “Póngale más pan a la señora…” y ese ha sido el desencadenante de la conversación. “No os llaméis señoras la una a la otra”, con indudable tono de requiebro, sonrisa de don juan  y apuesta y medida pose… “Sois demasiado guapas y jóvenes para utilizar esa palabra…”.Como ellas estaban más aburridas que el Garban al vuelo han entraron al capotazo. Al finalizar la “soiree” se han acompañado en un espectáculo musical, por lo menos al Garban le salieron las copas gratis, pues las zagalitas llevaban pagado hasta el lavado de sus bragas….Fue divertido y hasta ahí me contó el Garban. Creo que mañana se verán en Roma, pero eso es solo una posibilidad. Esperemos que mañana nos diga como ha ido…

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